Turismo de borrachera
El escandaloso retrato del turismo de borrachera en Mallorca: dos señoras durmiendo en la carretera
La escena fue captada por el conductor de un autobús privado, que se preocupo por el estado de salud de las dos visitantes
Cada verano, Baleares se enfrenta a las consecuencias del turismo de excesos sin que se haya conseguido hasta ahora poner remedio. Esta vez, el ejemplo más gráfico ha sido el vídeo viral de dos turistas tiradas en plena carretera de Mallorca, en plena madrugada, aparentemente inconscientes tras una noche de fiesta.
Una imagen que resume el desafío: alcohol desmedido, conductas temerarias y un modelo de ocio que sigue dejando una huella difícil de borrar en las islas. Sobre todo en ciertas zonas concretas como el Arenal o Magaluf.
El archipiélago vuelve a estar, como cada verano, en el foco por escenas de incivismo ligadas al llamado turismo de borrachera, un fenómeno que combina alcohol, drogas, ruido, comportamientos peligrosos y un deterioro evidente de la convivencia ciudadana.
Tumbadas en plena calzada
Una muestra reciente ha encendido de nuevo las alarmas: dos turistas, aparentemente inconscientes, fueron grabadas en plena madrugada tumbadas en la calzada de una carretera de Mallorca, poniendo en riesgo su vida y la de los conductores.
Las imágenes, captadas por el conductor de un autocar privado y difundidas en redes sociales, muestran cómo una de las mujeres permanece tendida sobre la acera, con los pies colgando hacia la vía, mientras la otra yace boca arriba en mitad de la calzada, con la cabeza apoyada en el bordillo.
Aunque el vídeo no detalla las causas, el contexto y los comentarios de los usuarios apuntan al exceso de alcohol como causa probable. "Escenas como esta no solo ponen en riesgo a los propios turistas, sino que generan una gran preocupación entre los vecinos y proyectan una imagen lamentable del destino", reconocen fuentes municipales.
Un fenómeno difícil de mitigar
El turismo de excesos no es un fenómeno nuevo en las Pitiusas y Mallorca. Desde hace años, las autoridades baleares intentan poner coto a esta deriva mediante legislación específica.
En 2020, el Govern balear aprobó un Decreto Ley pionero en Europa que establece restricciones muy concretas en zonas como Magaluf, el Arenal o Sant Antoni: se prohíbe la venta de alcohol en comercios entre las 21.30 y las 8 horas, se limita la cantidad de bebidas alcohólicas incluidas en los paquetes de "todo incluido", y se vetan prácticas como los happy hours, los recorridos de bares o la publicidad que fomente el consumo.
Además, el decreto contempla multas que oscilan entre los 500 y los 60.000 euros por incumplimientos graves, como organizar fiestas ilegales en embarcaciones o practicar el conocido balconing, una peligrosa moda que ya ha causado víctimas mortales en temporadas anteriores.
Campañas de concienciación del Govern
Pese a estos esfuerzos, las escenas de descontrol siguen apareciendo verano tras verano. El Govern balear ha reforzado este 2025 las inspecciones en establecimientos de ocio nocturno y ha invertido en campañas de concienciación para promover un turismo responsable.
Sin embargo, la presión turística, sumada a una creciente tolerancia a los excesos por parte de algunos visitantes, pone en entredicho la eficacia de las medidas.
Los empresarios del sector turístico piden mayor contundencia y coordinación entre administraciones, mientras que los residentes, especialmente en las zonas más afectadas, denuncian una degradación constante de su entorno. Por ahora, la lucha contra el turismo de borrachera sigue siendo una asignatura pendiente en el modelo turístico balear.