Turismo

Una turista advierte sobre el miedo que ha pasado en una villa en Ibiza: "Alguien nos vigilaba"

La viajera ha pasado sus vacaciones en un alojamiento privado y en una zona aislada llamada Cas Mut, donde se produjo un robo durante su estancia

Más de 1.300 metros cuadrados de mansión en Alicante.
Imagen de archivo de una mansiónLuxinmo

Una viajera británica ha querido compartir públicamente su experiencia en Ibiza para alertar sobre un aspecto que considera poco visible: la seguridad en las villas de alquiler turístico.

La mujer asegura que nunca se sintió insegura en las calles de la isla, pero su alojamiento no le transmitió la misma calma. “Ibiza es preciosa -admite-, pero nunca volvería a reservar una villa allí; si regresara, lo haría en un hotel”, como ha publicado el periódico local La Voz de Ibiza. Sus palabras no buscan alimentar el miedo, sino advertir a futuros visitantes de los riesgos que, según cuenta, vivió en primera persona.

El relato pone en cuestión la imagen de seguridad que muchos viajeros asocian a las villas privadas. La comodidad de disponer de piscina propia y espacios amplios se vio eclipsada, en su caso, por la sensación de vulnerabilidad.

“No quiero asustar a nadie, solo que la gente viaje informada”, subraya. Para ella, la diferencia está clara: un hotel ofrece un control de acceso y una vigilancia que una vivienda aislada difícilmente puede garantizar.

El espejismo de las plataformas digitales

La turista apunta además a un problema recurrente en los alquileres vacacionales: la falta de transparencia en las plataformas online. Afirma que los anuncios pueden desaparecer tras un incidente y reaparecer con otro nombre, borrando así cualquier rastro de reseñas negativas. Eso, sostiene, deja al viajero en una posición de desventaja.

Algunos detalles de su experiencia son reveladores. “La cámara de la entrada estaba rota” y “una de las suites del patio no estaba conectada a la alarma” son frases que, según recuerda, resumen la precariedad de la seguridad en su villa. Para ella, son fallos graves en una propiedad destinada al alquiler turístico.

"Alguien nos vigilaba"

La impresión que se llevó tras el episodio es que alguien había estado siguiendo de cerca los movimientos de su grupo: las salidas nocturnas, las horas en las que la vivienda quedaba vacía, incluso los hábitos con las luces. “Nos habían estado observando”, resume. Por ello recomienda a otros turistas variar rutinas, no dar información sobre horarios a desconocidos y extremar precauciones al compartir imágenes en redes sociales durante el viaje.

Lejos de un tono catastrofista, la viajera insiste en que su grupo se encuentra bien, aunque admite que perdieron objetos de gran valor sentimental. De esa experiencia extrae una serie de recomendaciones: activar siempre la alarma, incluso durante el día; comprobar cerraduras y ventanas antes de salir; y no confiar únicamente en que una cámara de seguridad sustituya a una protección real.

La importancia de la seguridad

Su mensaje se dirige también a los propietarios de villas. Considera esencial reforzar ventanas vulnerables, mantener operativas las cámaras y garantizar que el sistema de alarma cubra todas las estancias, incluidas suites exteriores o dependencias del patio. “Si una casa se alquila de forma habitual, debe ofrecer un mínimo de seguridad real, no solo estética”, recalca.

De Ibiza se lleva dos certezas contrapuestas: por un lado, el cariño por una isla que considera única; por otro, la convicción de que no volvería a alojarse en una villa. “No se trata de tener miedo, sino de viajar con la información que a mí me faltó”, concluye.