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El tripartito nos empuja al empobrecimiento

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El último informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros sitúa a la Comunidad Valenciana en una senda de desaceleración económica muy pronunciada.

Las casualidades se dan, existen, pero son escasas y aleatorias por lo que no te puedes encomendar a ellas para salir adelante aunque hay inconscientes que fían su “modus vivendi” a la improvisación y el azar. Estos frágiles cimientos son la base de las políticas que los valencianos sufrimos desde hace tres años y que nos asoman a un horizonte cada vez más incierto y preocupante.

Si con el rigor y el trabajo esmerado ya resulta complicado revertir coyunturas difíciles como las que nos ha tocado vivir en la última década imagínense intentarlo a base de ocurrencias, sectarismo e imposiciones: parece imposible lograrlo. Y eso viene a refrendar el último informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) que sitúa a la Comunidad Valenciana en una senda de desaceleración económica muy pronunciada.

Ximo Puig (PSPV), Mónica Oltra (Compromís) y Antonio Estañ (Podemos) son las caras de ese frenazo que va a afectar a los valencianos en su día a día, en su capacidad de ahorro, de consumo y en la calidad del trabajo o tristemente de desempleo. Las ideas del tripartito no funcionan y van labrando una estructura deficitaria que después costará desmontar.

El PP está acostumbrado a estos legados ruinosos y ya fue capaz de reactivar con mucho sacrificio de los ciudadanos la economía de España. Ahora vemos que la Comunidad Valenciana, en base a las previsiones citadas, en este ejercicio tendrá un crecimiento del 2,3% –casi un punto menos que el año pasado–. Genera ansiedad ese parón en un momento en el que deberíamos estar despegando con fuerza y también agobia ver que la previsión para el próximo año reduce el crecimiento al 2,1% cuando la media española estará tres décimas por encima este año y una el que viene.

Es lo que tiene gobernar de espaldas a la realidad. Cuando uno se dedica a legislar a golpe de rancia ideología, aunque sea sin éxito, para intentar transformar la sociedad con una educación controlada por los partidos de izquierda se olvida de todo lo demás. Han olvidado a los ciudadanos y sus verdaderos problemas y también han hurtado la posibilidad de centrar sus esfuerzos en la búsqueda de soluciones imaginativas.

Puig y sus compañeros de viaje hacia ninguna parte han renunciado a tener un mejor sistema de financiación para no enemistarse con Pedro Sánchez. El PP tenía una hoja de ruta para mejorar el nefasto modelo que dejó José Luis Rodríguez Zapatero –el ahora blanqueador de regímenes autoritarios como el venezolano– y la consecuencia de ello es que la Comunidad Valenciana va a ser incapaz de cumplir con su objetivo de déficit, ni siquiera acercarse a él.

Otras decisiones como gravar productos como el diésel van a afectar, ya lo están haciendo, a empresas claves para nuestra economía como es la Ford. Debía saber Sánchez cuando lo decidió (Puig tampoco ha hecho nada por evitarlo) que el contexto automovilístico vive una situación compleja y que la irrupción del coche eléctrico y el autónomo alterará los empleos. Ford, además, tiene otro problema grave con el caprichoso Brexit pero los socialistas decidieron empeorar el panorama y el ataque al diésel, que ahora se amplía a todos los motores de combustión en el horizonte de 2040, se va a llevar por delante muchos empleos de la marca del óvalo y de empresas auxiliares.

El desempleo en la Comunidad Valenciana es el afectado por estas decisiones y va superando cada vez más la media nacional. Este año con el 15,8% estará cinco décimas por encima y el que viene con un 14,5% ya serán seis. Vamos perdiendo oportunidades.

Y también un motor económico autonómico como el turismo nota la falta de impulso desde la Administración. Van bajando las visitas a medida que otros destinos como Túnez o Egipto recuperan sus valores habituales pero la Generalitat Valenciana no ha hecho nada para “atar” a los turistas extra que nos llegaron estos años. Ximo Puig no tiene siquiera una consejería de Turismo, sino que la relegó al rango de secretaría autonómica.

Nada se ha hecho para consolidar un modelo de éxito como el valenciano y vertebrar la Autonomía con la recepción de viajeros. El PP sí lo hacía porque lo contrario, como demuestran los últimos datos, perjudica a una de las joyas de la corona de nuestra economía junto a las pymes.

Y tampoco son buenos tiempos para estas pequeñas estructuras empresariales donde abundan los trabajadores autónomos a quienes los socialistas van a aplicar subidas que inicialmente eran de 400 euros anuales y que ahora intentan establecer en unos 260. Es un ataque a la economía real y al corazón económico de España.

La Comunidad Valenciana con estas políticas del tripartito –potenciadas por la irresponsabilidad de Pedro Sánchez– se ve empujada al empobrecimiento y no hay nada más desalentador para una sociedad que tener un horizonte de sufrimiento para poder llegar a final de mes y sin ilusiones de mejora. Necesitamos un cambio urgente antes de que el deterioro sea tan grave que después tengamos que volver a adoptar decisiones que generen inicialmente más apreturas.