Turismo y Viajes
Cada otoño, miles de alemanes hacen las maletas y huyen del frío hacia esta isla española aún poco conocida
El viajero germano busca sosiego, senderos para perderse y garantía de buen tiempo

Con la llegada del otoño y las primeras lluvias en Europa, muchos alemane vuelve a mirar hacia el Atlántico en busca de sol, mar y mucha calma. Entre todas las opciones del mapa español, La Gomera se ha convertido en su refugio favorito. Su clima, su estilo de vida y la sensación de autenticidad que desprende cada rincón la han situado entre los destinos más deseados para quienes huyen del frío y la nieve.
Canarias cerró 2024 con una cifra de visitantes que rozó los 18,2 millones según los balances autonómicos. El Archipiélago mantiene a Reino Unido como primer mercado emisor y sitúa a Alemania en segunda posición con un peso cercano al 16% del total de turistas y con gasto al alza respecto a 2019. Estos datos refuerzan el atractivo del destino en la campaña de otoño, cuando crece la demanda de climas más cálidos y tranquilos.
El viajero germano busca sosiego, senderos para perderse y garantía de buen tiempo. La Gomera encaja en ese escenario con un octubre y noviembre que ofrecen máximas medias por encima de los 24 grados y un océano que ronda los 23 grados, condiciones que permiten bañarse y programar rutas a cualquier hora del día.
El tirón no se explica solo por el clima. La conectividad interna facilita la escapada de fin de semana desde Tenerife gracias a los enlaces marítimos diarios, lo que abre la puerta a paquetes combinados playa y naturaleza. Esta fórmula gana terreno entre parejas y senderistas centroeuropeos, que reparten su estancia entre costa y monte y evitan aglomeraciones típicas del verano.
El corazon verde de la isla, el Parque Nacional de Garajonay, que figura en la Lista del Patrimonio Mundial, conserva una de las mejores laurisilvas de Europa. Se trata de un bosque húmedo que sobrevive gracias a los vientos cargados de humedad y a las nieblas de cumbre. La designación de la UNESCO sostiene el relato de naturaleza primigenia que atrae al público alemán, muy sensible a la conservación ambiental.
La cultura local suma otro valor diferencial a La Gomera El silbo gomero, reconocido por la UNESCO en la lista representativa de patrimonio inmaterial, simboliza una forma de vida adaptada al relieve y mantiene viva una tradición que sorprende al turista.
La gastronomía es otro de sus tesoros, con productos como el almogrote, el gofio, la miel de palma o los quesos artesanales elaborados con leche de cabra. Todo ello acompañado de vinos locales que completan una experiencia marcada por la sostenibilidad y el respeto al entorno.
Así es La Gomera
La Gomera es la segunda isla más pequeña del archipiélago canario, con una superficie de unos 370 kilómetros cuadrados y poco más de 22.000 habitantes. Se encuentra a media hora en barco de Tenerife y mantiene una red de comunicaciones que permite recorrerla con facilidad.
Su costa combina acantilados y pequeñas playas de arena negra, con núcleos turísticos de tamaño reducido como Valle Gran Rey o Playa Santiago. Los pueblos del norte, entre ellos Agulo y Hermigua, conservan una arquitectura tradicional y una economía ligada al campo y a la pesca.
Con una política turística centrada en la sostenibilidad, La Gomera apuesta por un modelo que combina respeto medioambiental, economía local y promoción internacional. Su imagen como isla tranquila, segura y con buen clima durante todo el año la ha situado entre los destinos mejor valorados por el visitante alemán