
Viajar Otoño
El destino de España donde no hace falta abrigo ni en enero y guarda uno de los templos más visitados del país
Con temperaturas que rondan los 22 grados durante el invierno y una mezcla de fe, cultura y costa, este rincón es una escapada ideal para los próximos meses
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En Tenerife hay un lugar donde la llegada del otoño apenas se nota. Candelaria, a unos 15 kilómetros de la capital de la isla, mantiene los termómetros alrededor de los 20 grados durante la mayor parte del año en comparación con otras zonas del país, donde el frío comienza a marcar el calendario.
Pero el pueblo tiene algo más que sol. En la Plaza de la Patrona de Canarias se levanta la Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria, donde se venera a la patrona del Archipiélago. Cada 2 de febrero y 15 de agosto llegan miles de peregrinos desde distintos puntos de Tenerife. Si tienes pensado venir en alguna de las dos fechas, las autoridades insulares recomiendan planificar la ruta con antelación y respetar los senderos señalizados, especialmente cuando el calor o el viento obligan a cerrar accesos de montaña.
Frente al templo, una fila de esculturas de bronce recuerda a los menceyes guanches, los antiguos reyes aborígenes de la isla. El conjunto, obra del escultor José Abad, se ha convertido en un símbolo local y en una forma de mantener viva la historia anterior a la conquista castellana. Las figuras miran al mar, igual que lo hacían sus pueblos antes de la llegada de los europeos.
La Cueva de Achbinico, situada cerca de la basílica, es otro punto clave del lugar. Allí, según cuenta la historia, se protegió la primera imagen de la Virgen. Hoy sigue siendo un lugar de paso para quienes buscan entender el origen religioso y cultural de Tenerife.
Qué ver en uno o dos días
La visita puede empezar en la Plaza de la Patrona. A primera hora, la basílica abre al público y permite recorrer su interior. Al salir, el paseo marítimo conduce hacia Punta Larga, una zona abierta al mar con buenas vistas y restaurantes de pescado. En el camino aparecen las esculturas de los menceyes, la Cueva de Achbinico y varios puntos donde el mar rompe a pocos metros. Quien disponga de más tiempo puede continuar por el casco antiguo y sus calles, donde aún se conservan pequeñas ermitas y talleres. La jornada puede terminar frente al puerto, con una comida sencilla de pescado del día, papas arrugadas y mojo verde o rojo.
Consejos prácticos para un viaje perfecto
Desde Santa Cruz, el trayecto por la autopista TF-1 dura alrededor de 20 minutos. Hay aparcamientos gratuitos cerca de la plaza y conexión por guagua (autobús) con frecuencia regular. También es recomendable llevar protección solar y si la visita coincide con las fechas de peregrinación, es preferible llegar temprano y revisar los avisos del Cabildo sobre desvíos y cortes de tráfico. Fuera de esas fechas, el ambiente es tranquilo y los alojamientos mantienen buenos precios.
En definitiva, este municipio tinferfeño combina mar, fe e historia. Su basílica sigue guiando las fiestas, el paseo marítimo mantiene el pulso diario del pueblo y las esculturas de los menceyes recuerdan el origen de la isla.
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