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Secretos

¿Te atreverías a buscar este barco hundido en una de las playas más bonitas de Cantabria?

Descubre el misterioso pecio del “Antártico” y disfruta de un plan perfecto con niños en uno de los rincones más espectaculares del norte de España

Te atreverías a buscar este barco hundido en una de las playas más bonitas de Cantabria? Tripadvisor

En una de las playas más espectaculares de Cantabria se esconde un secreto que parece sacado de una película de aventuras. Es uno de esos planes que se pueden hacer cualquier día, y que tiene todos los ingredientes para fascinar a los más pequeños… y también a los adultos con alma curiosa. Allí, en mitad de un paraíso de arena dorada y olas salvajes, reposa desde hace más de seis décadas el esqueleto oxidado de un antiguo mercante: el “Antártico”.

La escena es digna de postal. La Playa de Somo, con más de tres kilómetros y medio de longitud, es un paraíso para surfistas y amantes de la naturaleza. Frente a sus aguas se abren vistas únicas de la Bahía de Santander, el Palacio de la Magdalena y las islas de Mouro y Santa Marina. Pero lo que pocos imaginan al caminar por su orilla es que, entre las dunas y las mareas, se encuentra uno de los pecios más llamativos del norte de España.

Para encontrarlo en todo su esplendor hay que mirar el reloj y estudiar la tabla de mareas: solo en bajamar aparece ante los ojos de los visitantes, como un gigante dormido, varado para siempre frente a la costa. Es entonces cuando el “Antártico” deja ver su estructura carcomida por la sal y el tiempo, convirtiéndose en uno de los lugares más fotografiados de Cantabria.

Este barco no es cualquier naufragio. Construido en 1914 y reformado en 1947 para transportar carga refrigerada, el “Antártico” sufrió una grave avería en octubre de 1959 mientras navegaba cerca de la costa de Santander. Al intentar volver a puerto, el viento y la marea lo arrastraron irremediablemente hasta las rocas de Las Quebrantas, donde encalló para siempre.

Un planazo para hacer con niños

Se intentó todo para salvarlo: se descargaron 2.000 toneladas de manganeso, se movilizaron remolcadores… pero fue inútil. Un fuerte temporal terminó por partirlo en dos. Desde entonces, su historia forma parte del paisaje y de la memoria local.

Hoy, más que un naufragio, es un punto de encuentro para la imaginación. Niños que sueñan con tesoros escondidos, fotógrafos que buscan el encuadre perfecto, y paseantes que se dejan atrapar por la belleza extraña de esta escena marina. Si buscas un plan diferente, emocionante y gratuito en Cantabria, solo tienes que esperar a la próxima bajamar y dejar que el “Antártico” te cuente su historia.