Verano
Ni Bali ni Santorini: uno de los atardeceres más mágicos del norte está en Cantabria
Es el templo del surf y tiene un chiringuito con vistas privilegiadas para despedirse del día
En plena costa cántabra, escondida entre acantilados y al abrigo de un mar que nunca duerme, se encuentra una playa que lo tiene todo: buena energía, olas para surfear, vistas de infarto y uno de los mejores atardeceres que vas a ver este verano. Se llama Playa de Los Locos, está en Suances, y cada tarde se transforma en un espectáculo natural que hay que vivir, al menos, una vez.
Cuando el sol empieza a descender sobre el horizonte del Cantábrico, la arena se vuelve dorada de verdad, el cielo se pinta de mil colores y las olas rompen con esa fuerza hipnótica que hace que todo lo demás deje de importar. Es uno de esos lugares donde el estrés se evapora, el reloj desaparece y solo quedan tú, el mar... y quizás una cerveza bien fría en la mano.
La cuna del surf
Los Locos no es solo un lugar bonito. Es territorio sagrado para surfistas, gracias a su oleaje potente y constante. Las olas rompen con fuerza contra las rocas, levantando cortinas de espuma blanca que parecen coreografías del mar. Si vas con la cámara (o el móvil), prepárate para capturar fotos que parecen salidas de una postal.
Y por si fuera poco, esta playa también tiene historia. Su curioso nombre viene de principios del siglo XX, cuando muy cerca de allí funcionaba un sanatorio psiquiátrico. Dicen que los pacientes solían pasear por esta playa para encontrar calma, y con el tiempo, la zona fue bautizada popularmente como "la playa de los locos". Hoy, lo único que enloquece aquí es el atardecer.
Chiringuito con vistas de cine
Si lo tuyo no es el surf, no pasa nada. Puedes vivir el atardecer desde el chiringuito, con una cerveza artesanal o un café mientras el sol se hunde lentamente en el mar. Es el sitio perfecto para charlar, desconectar o simplemente quedarte en silencio mientras el cielo se transforma frente a tus ojos.
Y si después te apetece seguir la jornada, el pueblo de Suances está justo ahí arriba, con su castillo, sus terrazas, y su aire marinero perfecto para cerrar el día con algo rico de cenar.
Porque hay atardeceres… y luego está el de Los Locos.
En verano todos queremos momentos que se queden grabados. Y este es uno de ellos. La Playa de Los Locos es ese lugar que no necesita filtros, ni efectos, ni más descripción que la de estar allí, respirar hondo y dejarse llevar por la magia del sol escondiéndose entre las olas. Eso sí: una vez que lo veas, vas a querer volver.