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Arte
El Centro Botín ha incorporado nueve obras de importantes artistas del siglo XX a la colección de Jaime Botín, cedidas por sus herederos a la Fundación, y que se suman a la exposición que ya alberga los ocho retratos entregados en 2018. Así, desde este viernes, 27 de junio, podrá visitarse de forma permanente esta nueva sala, titulada 'Punto y contrapunto', que vuelve a estar comisariada por María José Salazar, miembro de la Comisión Asesora de Arte de la Fundación Botín y experta en arte del siglo XX.
Las obras incluyen creaciones de artistas españoles como Manolo Millares, Pablo Palazuelo y Antoni Tàpies, cercanas a la abstracción, bien sea matérica, expresionista o geométrica; en un contrastado diálogo con el iluminismo de Joaquín Sorolla; el cubismo de María Blanchard y Juan Gris; la pintura poética de Joan Miró; la figuración lírica de Pancho Cossío; el realismo de José Gutiérrez Solana; el noucentisme de Isidre Nonell y el neocubismo de Daniel Vázquez Díaz.
Además, comparten el espacio con algunos de los artistas internacionales más significativos del siglo XX que representan la nueva figuración, como Francis Bacon; el Fauvismo, como Henri Matisse; y el Expresionismo, como Mark Rothko. La nueva sala se ha inaugurado este jueves, coincidiendo con la presentación de la Memoria de 2024 de la Fundación Botín, en la que se recuerda a Jaime Botín, miembro de la junta rectora de la Fundación desde su creación en 1965 y vicepresidente del patronato desde que este se constituyó en 1996, fallecido en 2024.
En la memoria se destaca que Jaime Botín no solo fue uno de los banqueros "de referencia" de su generación, sino que, a lo largo de su trayectoria, una buena parte de sus esfuerzos los dedicó a la filantropía a través de su implicación directa en la Fundación Botín, siguiendo así la estela de los fundadores -Marcelino Botín y Carmen Yllera- y del resto de generaciones de la familia y colaboradores, que han trabajado por la misión social de la Fundación desde 1964 y hasta la actualidad. Uno de los ejemplos más visibles de este compromiso es cuando en 2018 cedió a la Fundación un conjunto de retratos de su colección personal, obras de grandes maestros del siglo XX, para que quedaran expuestos de forma permanente en una sala del Centro Botín.
Esas obras no solo enriquecen desde entonces la experiencia del visitante, sino que recuerdan a Jaime Botín y son "la mejor muestra" de su vocación filantrópica. Salazar trabajó estrechamente con Jaime Botín para comisariar la exposición 'Retratos: esencia y expresión', que reunió el conjunto de obras que el banquero cedió en 2018, y ha vuelto a encargarse de esta nueva sala en la que se configuran puntos similares de conexión entre las obras, pero también, como en una silenciosa melodía, contrapuntos de artistas y estilos que coexisten en armoniosa concordancia.
"Emerge así una serena unidad, pese a que pertenecen a dos momentos relevantes de la historia del arte: el tiempo de las vanguardias y el arte de la posguerra, en los años tras la Segunda Guerra Mundial, en que surgen nuevos modos de representación", ha señalado.
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