De todos los deportes que te puedes imaginar seguro que hay uno que no se te pasa por la cabeza. Se trata de uno que es único en el mundo y que sólo se practica en Cantabria, si lo haces, eres un cántabro de los de verdad y no te supera ni el sobao, ni la quesada, ni la anchoa de Santoña, ni la corbata de Unquera.

Hoy te descubrimos el salto pasiego (saltu pasiegu, le llaman en Cantabria), un deporte rural que en el año 2015 fue declarado como Bien de Interés Local Etnográfico Inmaterial. Para practicarlo solo necesitas un palo y mucha destreza, porque aunque a simple vista puede parecer que es algo sencillo, la cosa es mucho más complicada de lo que parece.

Los pasiegos utilizaban el palo y el salto porque lo necesitaban cuando estaban en el campo o en el monte y tenían que pasar por encima de alguna zona más elevada. Para ello, afincaban el palo bien en el suelo, y usando este como palanca, pasaban de un salto por encima de muros, arroyos, agujeros que había en el suelo. No había ningún obstáculo que no pudiese salvar un pasiego si tenía el "palu".

En realidad el palo o "palu" es una vara de avellano recta y flexible. Si vamos al cancionero popular cántabro, ya se habla de este salto en algunas canciones populares de la tierruca. "Todos los mozos del Valle Pas, tienen un palo para saltar, saltan p'alante saltan p'atrás, con mucha fuerza y agilidad, con mucha fuerza y agilidad, todos los mozos del Valle Pas", recoge una de las canciones tradicionales de Cantabria.

Ahora, aunque el palo ya no se usa en el día a día, si que se mantiene la tradición, y se llevan a cabo competiciones y en diferente categorías, y es que, de hecho, están catalogadas las diferentes modalidades del salto pasiego: salto como una pértiga de tipo medio; corrida sobre el palo, cambiando el palo de sitio cuando el pasiego está en el aire, cambiando el palo de sitio todas las veces que el competidor pueda y también, cambiándolo una sola vez mientras que el saltarín está en el aire.

El récord del salto pasiego lo tiene el saltador Juan Manuel Fernández Saro, cuya marca se establece en 9,10 metros de longitud y que sigue vigente desde el año 2001.

Este deporte, que sobrevive por ser ahora un deporte rural, se lleva a cabo en diferentes celebraciones y fiestas de Cantabria, como la fiesta de la Virgen de Valvanuz, que se celebra el día 15 de agosto en la localidad de Selaya. Antiguamente, y según se ha reflejado en la tradición oral, los pasiegos acudían a esta fiesta y hacían apuestas para ver quién saltaba mejor. ¿Te atreves a intentarlo?