Delicias
Este es el duce que más desayunan los cántabros y que es el souvenir más regalado
Se elaboraba a partir de los ingredientes que quedaban en casa, principalmente de los panes sobaos
Desayunar en Cantabria es un lujo ya de por sí. En esta región del norte puedes disfrutar de unas vistas y paisajes maravillosos, pero además la gastronomía es una de las excelencias de la región.
Múltiples y variadas son sus productos y entre ellos también hay dulces típicos. Pero hay uno que se lleva la palma por excelencia y que es sin duda el que más se desayuna, probablemente porque además de ser una delicia es ideal para mojarlo en café o leche. ¿Intuyes de qué te estamos hablando?
Si has pensado en el sobao pasiego has acertado. El bocado dulce por excelencia de la gastronomía cántabra que ha traspasado todas las fronteras y que se ha convertido también en uno de los "souvernirs" más comprados para regalar a quienes están fuera de la región. Y es que llevar sobaos es acertar seguro.
No es solo un dulce; es una expresión de identidad, un legado transmitido de generación en generación en los Valles Pasiegos, una de las comarcas más auténticas del norte peninsular y obviamente, de Cantabria.
La historia del sobao pasiego se remonta al siglo XIX. En sus inicios, era una forma sencilla y eficaz de aprovechar ingredientes que abundaban en las casas pasiegas, de utilizar los restos: la mantequilla casera, los huevos frescos y el azúcar. Originalmente, se preparaba con masa de pan sobao (de ahí su nombre), a la que después se añadían mantequilla y azúcar para convertirla en un postre energético y nutritivo, ideal para resistir las duras jornadas del campo.
Con el tiempo, la receta fue evolucionando hasta convertirse en el bizcocho esponjoso que conocemos hoy, abandonando la masa de pan por una mezcla más cercana al bizcocho tradicional que sabe a pura manteca.
Un producto que no acepta imitaciones
Pocos ingredientes, pero bueno, para dar forma a este bocado que es una delicia. Mantequilla (que representa casi la tercera parte de la receta), azúcar, huevos, harina de trigo, ralladura de limón y, en algunos casos, un toque de ron o anís. Nada más. Sin aditivos ni conservantes, su sabor depende enteramente de la calidad de sus componentes y del mimo con el que se prepara.
En 2004, el sobao pasiego obtuvo la Indicación Geográfica Protegida (IGP), un reconocimiento que garantiza su origen y la autenticidad de su elaboración. Solo los que se producen en los Valles Pasiegos y siguen la receta tradicional pueden llevar este sello. Esto ha permitido no solo proteger el producto frente a imitaciones, sino también revitalizar la economía local y dar a conocer esta joya culinaria en ferias gastronómicas de toda Europa.
Es el desayuno preferido de los cántabros y de muchos otros, que fuera de sus fronteras, han tenido la suerte de probarlos. ¿Eres uno de ellos?