Castilla y León
La elegancia cumple un cuarto de siglo en Salamanca
El Museo Casa Lis pospone la celebración de su 25 aniversario por la pandemia y revive sus salas desde las redes sociales
Entrar en el Museo Art Nouveau y Art Déco Casa Lis de Salamanca es como un billete directo al París de principios del XX, a la Viena del cambio de siglo y las construcciones de Otto Wagner. Reciben al visitante una original escalera con terrazas ajardinadas y una fachada de hierro y vidrio, materiales propios de este estilo, que, sin embargo, no disminuyen ni por un segundo el asombro que supone entrar en este edificio con sus coloridas vidrieras y su patio interior, una suerte de sueño modernista sin salir de Castilla y León.
Este palacete urbano enclavado sobre la antigua muralla de la ciudad fue mandado construir por el industrial Don Miguel de Lis de la Puebla a finales del siglo XIX pero en los años setenta, tras haber pasado por diversos inquilinos, quedó cerrado y sin uso, en un estado de decadencia del que se salvó gracias al Ayuntamiento salmantino que, tras su arreglo, reabrió sus puertas en 1995 convertido ya en uno de los mejores espacios expositivos de artes decorativas a nivel internacional.
De aquello se cumplen ahora 25 años. Una celebración cuyo día más álgido iba a ser el pasado 6 de abril y que se ha quedado desdibujada por la pandemia al verse obligado el director del centro, Pedro Pérez Castro, a cerrar de forma temporal.
“A lo largo de estos años, hemos ido superando todas las dificultades inherentes a una institución como este Museo. Salvamos la crisis de 2005 con la ayuda de la sociedad salmantina y hemos conseguido situarlo entre un grupo importante de centros especializados a nivel mundial. Esperaremos tiempos mejores que seguro que vendrán”, señaló Pérez Castro en la efeméride.
No obstante, aquellos lugares en los que se encuentran la cultura y la belleza, la armonía y la historia, nunca están cerrados del todo. Es el caso de la Casa Lis que, gracias a las tecnologías, y bajo el hashtag #DeNuestraCasaATuCasa, se abre a salmantinos, castellanos y leoneses y gentes de todas las comunidades y países a través de las redes sociales para que disfruten de su exposición permanente, de la temporal que llegó con motivo del aniversario, "De Rubens a Van Dyck. La pintura flamenca en la colección Gerstenmaier”, y de todas esas curiosidades que entraña un museo.
Así, las actividades van mucho más allá de sus paredes y se extienden por todo el globo. Se comentan las obras, hay juegos con pistas y premios para los ganadores, selección de temas musicales de la época que se dan a conocer a través de una lista en Spotify, vídeos y fotografías listas para que el espectador haga las maletas imaginarias hacia ese lugar de fantasía que es este espacio expositivo.
Una de esas piezas que siempre despierta simpatía es Kewpie, un muñeco que representa un elfo de alas azules muy querido por los visitantes y los amigos del museo y que ha sido recientemente protagonista en Twitter, donde se dan, mediante pequeñas píldoras, los datos más relevantes de cada pieza y de sus autores.
Además, quienes no pudieron acercarse a esta Casa antes de que quedarse en los hogares fuera obligación no tienen de qué preocuparse, ya que la exposición temporal se mantendrá más allá de la fecha que estaba prevista, según avanza a LA RAZÓN Pedro Pérez y también se podrá disfrutar de una nueva, prevista para junio pero que no se quedará sin mostrar, sobre tres visiones muy diferentes de España, la de Sorolla, Gutiérrez-Solana y Romero de Torres.
“Somos un museo singular, diferente en el panorama expositivo de Castilla y León y de España”, señala su director, quien agradece la ayuda del Consistorio municipal en estos difíciles momentos para mantenerse y reconoce que buena parte de sus visitantes son turistas internacionales, uno de los colectivos que más tardará en volver “aunque lo hará, porque en la Comunidad hay una riqueza patrimonial cuya importancia se está demostrando en estos momentos, por lo que hay que cuidarla y ser conscientes de ella".
Siempre con algo nuevo, siempre con algún atractivo que aún no se ha explorado, la Casa Lis, la de todos los salmantinos y amantes del arte, volverá a abrir, volverá a llenarse de sonrisas frente a sus obras y alegría. Volverá, como todo, a ser lo que era y, mientras tanto, las puertas virtuales de su tienda siguen abiertas, con piezas únicas para regalar o autoregalarse en lo que volvemos a tomar el pulso de nuevo a las calles.
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