Coronavirus
Los farmaceúticos, clave para el control de los asmáticos y evitar ingresos hospitalarios
En el Día Mundial del Asma, los profesionales de Farmacia reivindican su papel como educadores sanitarios y especialmente ahora en plena pandemia
El asma es una inflamación crónica de las vías respiratorias que suele provocar la aparición de tos y disnea, que tiene mucho de genética aunque se puede desencadenar por factores externos como una alergia, las condiciones ambientales, el ejercicio físico, el reflujo gastroesofágico, los factores emocionales, el tabaquismo o el uso de determinados fármacos. Es una enfermedad que no tiene cura porque no se conocen completamente sus causas fundamentales, pero sí que hay herramientas diagnósticas, terapéuticas y preventivas eficaces, que permiten reducir tanto el número de exacerbaciones de asma como de muertes relacionadas.
Y es ahí donde entra en juego el papel del farmacéutico, que aprovechando el Día Mundial del Asma que se celebra este martes bajo el lema “Basta ya de muertes por asma”, reivindican su protagonismo como educadores sanitarios, y especialmente ahora en tiempos de pandemia ante las dudas de muchos asmáticos o posibles asmáticos que no saben si pueden estar contagiados de coronavirus por la falta de aire. Y es que los profesionales de Farmacias son en la mayoría de las ocasiones los primeros que atienden a los ciudadanos, sobre todo en el medio rural, y por ello tienen mucho que decir tanto en la prevención del asma como en el seguimiento y control de los asmáticos y sus efectos adversos aportando soluciones personalizadas a a cada uno de ellos, y enseñándoles a hacer un buen uso de los medicamentos, la mayoría inhaladores.
“El farmacéutico es un pilar básico en el seguimiento multidisciplinar de esta enfermedad así como en el asesoramiento e incluso en la asistencia sanitaria a los pacientes a lo largo de su proceso terapéutico”, destacan desde el Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León (Concyl)
En España, se estima que en torno al cinco por ciento de los adultos sufren asma y es una causa importante de absentismo laboral, mientras que entre la población infantil alcanza el diez, siendo la enfermedad crónica más común entre los niños y también causa de que muchos niños no vayan a clase, según la Organización Mundial de la Salud.
Además, siete de cada diez asmáticos no tiene un “adecuado” control de la enfermedad en nuestro, algo que, en opinión de los farmacéuticos, hace que el 80 por ciento de los ingresos hospitalarios que se producen serían evitables con el tratamiento idóneo que pueden facilitar los profesionales de la Farmacia.
La fiebre, para diferenciar el asma de la Covid-19
La falta de aire es unos de los síntomas habituales que sufren los asmáticos y por eso necesita de un “chute” de inhalador para abrir las vías respiratorias y recuperar la sensación de bienestar. Pero también este efecto de ahogo, de que el aire no llega a los pulmones es una de las señales que avisan de que la persona puede estar infectada del letal y contagioso coronavirus además de otros síntomas similares como puede ser la tos. Por ello, y ante estas dudas que pueden surgir entre los ciudadanos, el mejor indicador que hay para diferenciar una enfermedad de la otra es la fiebre, que en los asmáticos no se da pero sí casi siempre entre los que sufren o han padecido la Covid-19.
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