Sociedad

Almarza y San Andrés de Soria cumplen de forma simbólica con el traslado del arca

Sólo diez habitantes de cada pueblo han cumplido con la tradición

Tradicional traslado del Arca desde San Andrés a Almarza (Soria)
Tradicional traslado del Arca desde San Andrés a Almarza (Soria)Concha Ortega/Ical

Los habitantes de Almarza y San Andrés de Soria han cumplido este miércoles con la tradición del traslado del arca en el que se guardan desde hace siete siglos los documentos sobre la gestión de una dehesa comunal, aunque alejados de la fiesta de otros años, debido a la pandemia.

Los dos pueblos han cumplido un año más con esta tradición y para ello ha seleccionado cada uno de ellos a diez de sus vecinos, para trasladar a hombros este arca -este año desde San Andrés de Soria a Almarza-, con sus porteadores protegidos con mascarillas.

La alcaldesa de Almarza, Ascensión Pérez, ha resaltado a Efe la responsabilidad de los vecinos para cumplir con la tradición y con las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia.

Este año no se ha concentrado un millar de personas para asistir a esta tradición y sólo diez habitantes de cada pueblo han realizado el traslado del arca, para cumplir con la tradición, y lo han hecho sin demorarse en discursos en el paraje de “Canto Gordo”, en el límite de los dos términos municipales.

”El traslado del arca se ha celebrado siempre; se ha hecho hasta en plena Guerra de la Independencia. Hay constancia documental de año tras año realizar el traslado”, ha recalcado.

Para Pérez, esta tradición es la “fiesta grande” de Almarza y San San Andrés de Soria, por ser con la que se identifican sus vecinos y ser un legado que han transmitido y “que es una obligación moral y una responsabilidad seguir para que no se pierda”.

La alcaldesa de Almarza, que ha recalcado que el traslado del arca es “un tesoro cultural y sentimental”, ha recordado que la historia de la tradición se remonta siete siglos atrás, cuando en 1329 el rey Alfonso de Castilla concedió privilegios reales al uso y disfrute de la dehesa “Mata”, un proindiviso que han compartido hasta hoy Almarza y San Andrés de Soria y en un primer momento con otros dos pueblos hoy desaparecidos, Cardos y Pipahón.

Pérez ha señalado que el Ayuntamiento seguirá intentando conseguir que la Junta de Castilla y León declare esta tradición como fiesta de interés turístico regional, por entender que cumple muchos de los requisitos exigidos, como la permanencia en el tiempo -siete siglos de antigüedad- y la originalidad.

”Uno de los motivos que alegaba la Junta para no concederla era que no había traspasado de alguna manera la barrera provincial. En eso venimos trabajando desde hace muchos años. Y la fiesta cada año tiene más participación de visitantes de la provincia y la Comunidad”, ha resaltado.

Cada pueblo tiene una llave del arca, y es necesario accionar las dos llaves a la vez para poderla abrir y comprobar, una vez al año en el paraje de “Canto Gordo”, que todos los documentos están en su lugar.

En el 2002 el arca y su contenido fue minuciosamente estudiado en el Archivo Provincial de Soria, siendo la única vez que ha salido fuera de Almarza y San Andrés de Soria.

El inventario de su contenido, en buen estado de conservación, comprende 109 documentos y cuatro sellos de plomo pertenecientes a los cuatro reyes que concedieron los privilegios que figuran en sus correspondientes legajos.

El documento más antiguo data de 1329, referente al primer privilegio dado por el rey castellano Alfonso XI cediendo el uso exclusivo de una fértil dehesa -la Dehesa de la Mata- a los pueblos de Almarza, San Andrés de Soria, Cardos y Pipahón, como premio a los hombres de estas tierras que le acompañaron en la batalla y demostraron así su nobleza y lealtad hacia él.

Antiguamente el arca era portado por los quintos -los mozos a los que les tocaba hacer el servicio militar-, pero desde su supresión lo hace cualquier persona que quiera, habiéndose incorporado las mujeres en los últimos años, como han hecho este miércoles en el recorrido desde San Andrés de Soria hasta el paraje de “Canto Gordo”.