Coronavirus

La vacuna libera a Castilla y León del yugo del COVID-19: la curva de muertes regresa a niveles prepandemia

Abril arroja una caída del 35% de los fallecimientos previstos, una tendencia que comenzó en marzo cuando el exceso de mortalidad fue del 14,7%, muy por debajo de olas previas

Vacunación masiva en el Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid
Vacunación masiva en el Centro Cultural Miguel Delibes de ValladolidPhotogenic/Claudia Alba

Con la esperanza puesta en llegar al verano con el 70 por ciento de la población vacunada y la sombra de una cuarta ola, las cifras hablan por sí solas de cómo Castilla y León se va liberando del yugo del COVID-19, y retoma los niveles de mortalidad habituales. Los datos diarios del Sistema de Monitorización de la Mortalidad (MoMo), que identifica las desviaciones de mortalidad por todas las causas y alerta de las significativas -que en el último año se achacan al coronavirus-, pintan ya en la Comunidad dos líneas que se juntan, incluso se invierten, la de muertes esperadas y la de muertes registradas.

A falta del cierre de abril, la primeras señales arrojan cierta normalidad en los datos, lo que corrobora la menor agresividad de esta cuarta ola por los efectos de las vacunas, hasta el punto de que a lo largo del mes de abril, con datos cerrados al día 13 y según la última actualización a día 14, la cifra de muertes observadas se sitúa por debajo de las estimadas, al sumar 527, frente a la previsión de 813. Son 286 menos, un 35 por ciento menos de las esperadas. A ello se une, que a lo largo de estos 13 días, en diez jornadas los datos reales de muertes han sido menores de los esperados. Sólo se superaron los días 3 y 7 de abril.

Cuadro de mortalidad
Cuadro de mortalidadIcal

Si se analiza el grupo de mayores de 74 años, donde está incluida buena parte de las personas que viven en residencias y que fueron los primeros en inmunizare, a los que se han ido uniendo los mayores de 80, los datos son más reveladores. En estos 13 días de abril murieron 211 personas menos de las estimadas, es decir, 420 frente a 631, lo que supone que no hubo exceso de mortalidad, todo lo contrario, falleció un 33 por ciento menos de la gente prevista en esta franja de edad. De hecho, todas las jornadas anotaron menores decesos de los calculados, con la excepción de los días 2 y 7, cuando hubo 51 y 59, para 49 y 48 muertes previstas.

Marzo, inicio de la tendencia

El mes de marzo comenzó a dibujar esa tendencia, al cerrar el exceso de mortalidad en un 14,7 por ciento, con 265 muertes más de las esperadas, es decir, 1.802 frente a 1.536, muy por debajo de los excesos anotados en las primeras olas, y también inferior al del período entre el 20 de enero y el 12 de febrero de este año, cuando la Comunidad atravesó uno de los cuatro mayores períodos de exceso de mortalidad estimados por el sistema MoMo, por el efecto de las Navidades. En concreto, en este tiempo cerró un exceso del 24,3 por ciento, con 431 fallecidos más de los 1.774 estimados, es decir, 2.205 muertes.

Si se analizan los datos de marzo de la población mayor de 74 años, se observan también niveles por debajo de los habituales. En concreto, hubo un 14 por ciento de mortalidad menos en este colectivo, con 1.345 decesos, frente a los 1.561 estimados. En este mes, sólo hubo cinco días en los que las muertes observadas superaron las estimadas, en concreto, los días 2 (58 observadas y 52 estimadas); 12 marzo (54 y 51); 15 de marzo (53 y 52); 26 de marzo (54 y 49), y 30 de marzo (50 y 49), siempre según los datos del sistema diario MoMo actualizados a 14 de abril.

Desde febrero, todavía con excesos del 25 por ciento, comenzaron a verse los efectos de las vacunas sobre las olas previas. Entre el 13 de octubre y el 20 de diciembre, Castilla y León cerró un exceso del 38,2 por ciento, al superar las 5.844 muertes reales en 1.615 las estimadas, que eran 4.229. El sistema MoMo también anota el período de entre el 26 y el 29 de agosto como otro de los períodos de mayor desvío de las previsiones, con un exceso que fue del 27,3 por ciento, con 63 fallecidos más de los previstos en tres días, hasta los 294.

El mayor pico se registró entre el 15 de marzo al 9 de mayo del año pasado, cuando la desviación fue del 106,4 por ciento, al superar las 7.141 muertes registradas en 3.682 a las 3.460 estimadas.