Cultura
El jugoso intercambio epistolar de Delibes y Umbral
“La amistad de dos gigantes” es el título del libro presentado en Valladolid que recogen su visión sobre el panorama periodístico, político, social y literario de una época de la historia de España
«La amistad de dos gigantes» es el título del libro prologado por Santos Sanz Villanueva y coordinado por Araceli Godino y Luciano López, que se presentaba esta miércoles en Valladolid, en el que se describe la vida y la época que les tocó vivir a Miguel Delibes y Francisco Umbral a través de las trescientas cartas que se enviaron en una época en la que no existía el correo electrónico, cuando las cartas se escribían a mano o a máquina, se echaban al buzón y tardaban varios días en llegar a destino con un sello estampado.
Unas misivas extensas, también breves e incluso sentenciosas y líricas, escritas con mucha ironía unas y humorísticas otras en las que intercambiaban confidencias, desvelos y sus opiniones acerca de la literatura, la novela, la libertad de prensa o la censura durante la Dictadura, y en las que se alegraban de sus éxitos, confraternizaban en las desgracias personales, se lanzaron reproches pero también se ayudaron mutuamente.
Por ejemplo, Umbral (1932-2007) valoró la amistad de Delibes (1920-2010) al preguntarse con quién se iba a confesar, al que le consideró su “hermano mayor” e, incluso, considerarse el octavo hijo del novelista. Por su parte, Miguel reconocía que su amistad, más allá de algunas diferencias, estaba por encima de “menudencias” que son “tonterías” por que aseguraba que su relación iba más allá de “dimes y diretes”.
Se trata de experiencias personales e inquietudes artísticas que son claves para conocer el panorama periodístico, político, social y literario de una época de la historia de España. La obra cuenta también con la colaboración con la Diputación de Valladolid y coincide con el centenario del nacimiento del novelista vallisoletano.
Una presentación a la que no faltó el consejero de Cultura, Javier Ortega, ni el presidente de la Diputación de Valladolid que acompañaron a María España, viuda de Umbral y presidenta de la Fundación Umbral, y a Elisa Delibes, de la Fundación Delibes e hija del universal escritor.
“Delibes y Umbral fueron dos personas que se quisieron y admiraron”, destacaba María España, mientras aseguraba que Paco “habría sido feliz de compartir estos momentos y comprobar que muchas personas disfrutarían de su lectura”. Mientras que Elisa Delibes, por su parte, ponía en valor los “mensajes desenfadados” de Primitivo Lascetty, el escritor maldito, miope y alterego de Umbral que Miguel Delibes, dueño de textos más prácticos, retrató en “Señora de rojo sobre fondo gris”.
“Mi padre, que era muy ordenado pero poco metódico y sistemático, era muy pudoroso y recatado con todas sus cosas, por eso sentimos muchos escrúpulos al leer las cartas que guardaba cuando murió, pero la obligación de la Fundación Miguel Delibes es la de facilitarlas a las instituciones que los soliciten como hemos hecho en los casos de Paco Rabal, Carmen Laforet o Américo Castro”, señalaba, en declaraciones recogidas por Efe.
El presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, valoraba el hecho de que este intercambio de cartas entre ambos no solo permite profundizar en su amistad sino que también subyace un interés por los temas abordados. “Hablaban de todo pero sobre todo de literatura”, decía Íscar, para quien este intercambio epistolar entre 1960 y 1991, demuestra el respeto y admiración que tenían por las obras del otro, “pese a que su forma de escribir y su universo literario era muy diferente”.
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