Sociedad

Ansia de Semana Santa en Valladolid

Cientos de personas acompañan a la Virgen de la Amargura por las calles de la ciudad en una procesión que rinde homenaje a los que han estado en primera línea contra la covid

Salida de la procesión desde la Catedral de Valladolid con la imagen de la Virgen de la Amargura
Salida de la procesión desde la Catedral de Valladolid con la imagen de la Virgen de la AmarguraValladolid CofradeLa Razón

Hay ganas de Semana Santa en Valladolid. Los dos años de pandemia se han hecho muy largos para los hermanos y cofrades, pero también para los fieles y cristianos.

Y este sábado se ha visto en la capital de Pisuerga, donde los hermanos de la cofradía del Santísimo Cristo Despojado han sacado a hombros desde la Santa Catedral de la ciudad con destino a la iglesia de San Andrés a la imagen de la Virgen de la Amargura, que realizaba el recorrido por varias calles del centro histórico acompañada de los sones de la banda de cornetas y tambores de esta hermandad, y con miles de personas siguiendo el desfile, en un día magnífico en lo climatológico para disfrutar de esta bella jornada.

Una procesión que, además, ha rendido homenaje a los profesionales de todos los sectores que estuvieron en primera línea contra la covid en los peores momentos de la pandemia, como por ejemplo, los sanitarios, los policías, trabajadores sociosanitarios, los trabajadores de supermercados, transportistas o guardias civiles, en lo que ha sido la forma de agradecer de las cofradías de la ciudad de Valladolid a la labor e implicación de todos ellos.

Durante el recorrido, se rezaron los siete dolores de la Virgen en otras tantas ubicaciones de la ciudad. Así, por ejemplo, el primer dolor fue en la propia Catedral con los sanitarios como protagonistas, y el segundo, en la iglesia de las Esclavas, con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como protagonistas de la meditación.

En la Iglesia del Santísimo Salvador se llevaba a cabo el tercer rezo del dolor de la Virgen, con destino a los trabajadores esenciales, mientras que el cuarto se hizo en la iglesia de San Felipe Neri, en recuerdo de las asociaciones caritativas.

El quinto, sexto y séptimo tuvieron como escenario la iglesia de Nuestra Señora de Porta Caeli, la Iglesia de Nuestra Señora Reina de la Paz y la Iglesia Parroquial de San Andrés, donde finalizaba la procesión, lugares en los que se rezó por los que han perdido su trabajo, por los enfermos crónicos y por los refugiados ucranianos y por la paz en ese país.

Una procesión, también, que ha servido de anticipo y para abrir boca ante lo que se avecina en esta deseada Semana Santa que se avecina, y para que la restan apenas dos semanas para que dé el pistoletazo de salida.

El cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, presidía esta tarde la Misa que se celebraba antes de la procesión, donde agradecía a todos los profesionales que han luchado frente a la pandemia. Además, bendijo la nueva diadema y las nuevas andas de la Dolorosa, que después estrenó en el desfile, ya que van destinadas a su uso cultural y procesional.

En su sermón, reivindicaba también la Semana Santa de Valladolid como una celebración religiosa que es mucho más que estética y folclore, y que será la última que viva al frente de la Archidiócesis vallisoletana, tras su jubilación.

Misa en la Catedral oficiada por el cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez
Misa en la Catedral oficiada por el cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo BlázquezValladolid CofradeLa Razón

“Nuestra Semana Santa es un acontecimiento tan elocuente en sus diversos mensajes que nos sentimos dignificados como personas con su celebración”, destacaba el prelado, mientras apelaba también al equilibrio entre liturgia y devoción popular “para no reducir la celebración de Semana Santa a una mera manifestación cultural, artística, histórica y turística”.

La Catedral acogerá el 1 de abril el tradicional pregón de Semana Santa, a cargo del historiador Javier Burrieza, mientras que el 8 de abril Viernes de Dolores dará comienzo la primera procesión de una Pasión que regresa a las calles después de un parón de dos años recluida en templos y sedes de cofradías y hermandades penitenciales.