Medio rural

Garantizar la alimentación los niños de la provincia de Valladolid en riesgo de exclusión

La Diputación presta este servicio en colaboración con Cáritas y Cruz Roja a través de tarjetas de compra

Consumo de ultraprocesados en niños
Consumo de ultraprocesados en niñosDip. ValladolidLa Razón

Un verano más la Diputación de Valladolid ha puesto en marcha el programa de alimentación para los niños en riesgo de exclusión social de la provincia. Objetivo: apoyar durante los períodos vacacionales escolares, la atención a las necesidades básicas esenciales, especialmente la alimentación, de los menores matriculados en enseñanzas obligatorias y de educación infantil que habitualmente utilicen los servicios de comedor de los centros educativos a los que asistan.

Los beneficiarios de este Programa son las unidades familiares que tengan a su cargo menores matriculados en centros de enseñanza.

Para garantizar la eficiencia de la gestión y una correcta alimentación de los menores, una vez valorada la situación de necesidad por parte de los profesionales de los CEAS, se deriva cada caso a la correspondiente entidad de reparto (Cáritas o Cruz Roja) que, antes de las vacaciones escolares, entrega a los progenitores una tarjeta prepago junto con un listado de productos básicos para que adquieran en los supermercados los alimentos que permitan garantizar una alimentación equilibrada y saludable. Los importes de las tarjetas varían en función de los menores de la unidad familiar y de las cuantías determinadas según el número de días vacacionales.

Tras finalizar el pasado 23 de junio el curso escolar, con el consiguiente cierre de los comedores escolares, un año más se ha procedido a la entrega, en una primera fase, de tarjetas para que las familias afectadas puedan acceder a la adquisición de alimentación infantil durante el mes de julio y la última semana de junio.

En esta primera fase son 140 los menores inscritos para beneficiarse del programa durante las vacaciones estivales, llegando las tarjetas repartidas a un importe de 44.293 euros.

Por zonas, el mayor número de tarjetas corresponden al CEAS de Tordesillas (20 tarjetas), Cercanías 2 y Portillo (18 tarjetas en cada CEAS), Cercanias 1 y Peñafiel (17 tarjetas en cada CEAS) seguido de los CEAS Íscar y Tierra de Campos Sur (12 tarjetas en cada CEAS), Valoria Valle de Esgueva (11 tarjetas) y Tierra de Campos Norte, Pinoduero (7 tarjetas) y Olmedo (4 tarjetas).

Se establece un segundo periodo de entrega de tarjetas para dar cobertura al mes de agosto y los primeros 8 días de septiembre, hasta el comienzo del curso escolar previsto para el 9 de septiembre. De esta manera, las entidades colaboradoras pueden comprobar, antes de la entrega de la segunda tarjeta, si se ha hecho una correcta utilización de la misma y si se han adquirido los productos apropiados a las características de los menores, según el listado de productos facilitados, garantizando así la correcta alimentación de los niños y niñas de nuestros pueblos.

El programa, que se enmarca dentro del Convenio que la Diputación de Valladolid suscribe anualmente con Cruz Roja y Cáritas, se puso en marcha en las vacaciones de 2016, con el fin de garantizar una alimentación equilibrada a los escolares de nuestra provincia pertenecientes a familias con bajos ingresos y en riesgo de pobreza durante el periodo estival, teniendo en cuenta el cierre de los comedores escolares.

En una primera etapa, el servicio se organizó a través del programa de Comida a Domicilio, que en el verano de 2016 llevó comida y cena adecuada a las características de edad, salud y culturales de 150 menores de 26 municipios de la provincia de Valladolid.

Sin embargo, en diciembre de ese mismo año, coincidiendo con las vacaciones navideñas, la Diputación de Valladolid decidió prestar el servicio ampliando los Convenios ya existentes con Cáritas y Cruz Roja para la atención de diversas situaciones de inclusión social.

De esta forma se habilitó un sistema de tarjetas prepago y vales de compra, distribuidos por ambas entidades, para que las familias pudieran adquirir los alimentos necesarios directamente en las cadenas de alimentación.

El fin era evitar una posible estigmatización de los menores ante la llegada a sus domicilios de los vehículos que repartían la comida a domicilio.