El nuevo rey británico, Carlos III, visitaba Salamanca hace 35 años

En el día en que el nuevo rey del Reino Unido, Carlos III, toma posesión tras la muerte Isabel II, cabe echar una mirada al pasado y recordar aquel 23 de abril de 1986, cuando el actual monarca se acercaba hasta la capital salmantina, dentro de un viaje institucional realizado por España. Por aquel entonces estuvo acompañada por la princesa de Gales, Lady Di, que fallecería en un trágico accidente de tráfico, diez años después, por las calles de París.

Un día bastante ajetreado, ya que la pareja no paró durante la jornada que pasó en la ciudad charra en compañía de las Infantas Elena y Cristina. Desde Madrid llegaron en helicóptero y fueron recibidos en el Ayuntamiento por el entonces alcalde de la ciudad, Jesús Posada, para posteriormente saludar desde el balcón de la Plaza Mayor, donde se congregaron cientos de vecinos que jalearon a los entonces príncipes.

Luego llegó el periplo por las calles de la ciudad, agasajados por los salmantinos y siempre con una sonrisa ambos en la boca. Desde el Ayuntamiento hasta el Museo de Salamanca, hasta la Universidad o el Palacio de Fonseca, o las dos catedrales, donde fueron recibidos por el obispo de entonces, Mauro Rubio. El entonces príncipe ofrecía un pequeño discurso en la casa del saber y destacaba los vínculos existentes entre la Universidad de Cambridge y de Salamanca, dos de las más antiguas del mundo. Carlos confesó sentirse embriagado por la belleza de las calles y monumentos que encerraba Salamanca.

Un día bastante duro, y que tuvo varias anécdotas. La más simpática, la protagonizada por Lady Di, tras visitar el inaugurar el Museo de Historia de la Ciudad. Allí rompía el protocolo, y para calmar los pies la princesa se descalzó, no sin antes pasar por encima de las capas que varios tunos depositaron a sus pies mientras cantaban canciones populares y de ronda.

Una visita muy especial y la única que el actual monarca inglés ha realizado a tierras castellano y leonesa. Habrá que esperar cuántos años deberán pasar para que algún representantes de la Casa Real británica vuelva a gozar de las bellezas patrimoniales, naturales y gastronómicas que goza esta tierra.