Palentología

Atapuerca: un filón de huesos de animales, vasijas y opiáceos

Además, una cámara hiperespectral aplicada en Gran Dolina permitirá analizar los yacimientos sin tener que excavarlos

ATAPUERCA (BURGOS), 10/07/2025.- Trabajos en el yacimiento de Cueva de El Mirador en Atapuerca. Cueva Fantasma, el yacimiento más grande de la sierra de Atapuerca (Burgos), se ha revelado como un espacio especialmente rico en restos dentro del complejo debido a su diversidad. En otro de los yacimientos del complejo, El Mirador, trabajan en una época mucho más reciente, con restos de hace unos 7.500 años.EFE/ Santi Otero
Cueva Fantasma, el yacimiento más grande de la sierra de Atapuerca (Burgos), se ha revelado como un espacio especialmente rico en restoSanti OteroAgencia EFE

Cueva Fantasma, el yacimiento más grande de la sierra burgalesa de Atapuerca (, se ha revelado como un espacio especialmente rico en restos dentro del complejo debido a su diversidad, según destaca uno de sus investigadores, Juan Marín.

La parte al aire libre fue un refugio donde criaban las hienas, que lo llenaron de huesos de diversas especies con tal densidad que se están dejando sobre el terreno para poder tomar fotografías en tres dimensiones de alta resolución, antes de retirar restos de muchos animales herbívoros pero también carnívoros, incluso hienas que llegaban a comerse los huesos de otros ejemplares de su especie.

Entre esos huesos, de hace entre 40.000 y 120.000 años, han aparecido varios correspondientes a renos, de hace unos 40.000 años, lo que hace pensar a los investigadores que en ese momento hubo en la zona una temporada de temperaturas muy bajas, especialmente en zonas altas como la sierra de Atapuerca.

Junto a ese gran depósito hay una parte en la que el sedimento incluye un elevado número de huesos de caballos que no fueron atacados ni consumidos por las hienas, aunque se sospecha que pudieron ser animales enfermos que se acercaban a esa zona porque había agua y terminaban muriendo allí.

La tercera parte es la propia cueva que da nombre al yacimiento, que aún se está empezando a excavar.

Industria lítica

Los investigadores han encontrado ya restos de industria lítica que hace pensar que estuvo poblada por neandertales, una especie de homínido de la que apenas han aparecido restos en Atapuerca.

Otro de los investigadores, Josep María Vergés, explia, en declaraciones recogidas por Efe, que tendrán que profundizar unos ocho metros para llegar a donde creen que estaba la boca de la cueva.

Una vez retirado el sedimento podrán acceder a lo que fue la entrada de la cueva, donde esperan encontrar restos de neandertales, aunque después tendrían que excavar unos quince metros para llegar a los niveles más antiguos, que estiman entre el millón y el millón y medio de años, coincidiendo con los más antiguos de Atapuerca, situados en la Sima del Elefante. Si bien, estima que se tardará entre veinte y treinta años en llegar a ese nivel.

Vasijas y opio

En otro de los yacimientos del complejo, El Mirador, trabajan en una época mucho más reciente, con restos de hace unos 7.500 años. La principal novedad es que la abundancia de restos de vasijas encontrados permitirá realizar estudios sobre la alimentación que contenían e, incluso, qué cocinaban en algunos de esos recipientes.

Lo que ya parece claro es que cocinaban utilizando trigo en una especie de pasta, aunque los estudios permitirán averiguar mucho más, tanto mediante el uso de tomografía de gases como por pruebas físicas y químicas, además del uso de la arqueología experimental para reproducir los recipientes o la comida que albergaron.

Y han encontrado restos de un opiáceo en uno de los recipientes, aunque trabajan con la hipótesis de que no era para un consumo de ocio, sino para calmar algún dolor intenso.

Restos de animales

Mientras tanto, en otro de los yacimientos de la zona de la Trinchera, el más antiguo de Atapuerca en cuanto a su excavación, siguen apareciendo restos de animales de todo tipo.

Una de las investigadoras de este yacimiento, Isabel Cáceres, apnta que esta zona debía ser un lugar de caza, donde los animales caían a una sima que funcionaba como una trampa natural.

Hace unos 450.000 años, los habitantes de Gran Dolina, donde tenían el campamento, se desplazaban a esta sima para recoger la carne que pudieran, por lo que se han localizado restos de herramientas líticas pero solo esqueletos parciales.

"Dejaban las carcasas, la columna y las cabezas y se llevaban la carne, especialmente las patas, por lo que esos huesos de las patas son los que aparecen en lo que fue su campamento, en Gran Dolina", explica la investigadora.

Captura de datos con cámara hiperespectral en Atapuerca
Captura de datos con cámara hiperespectral en AtapuercaAlfonso Benito CalvoIcal

Imagen hiperespectral

Por otro lado, el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) colidera un estudio pionero en el que se ha utilizado por primera vez una innovadora técnica conocida como imagen hiperespectral (HSI) que ha permitido analizar los depósitos arqueo-paleontológicos del nivel TD10 del yacimiento de Gran Dolina, en la Sierra de Atapuerca (Burgos), sin necesidad de intervención directa, es decir sin tener que excavarlos.

El estudio, publicado en la revista ‘Heritage’, fue realizado por Berta García-Fernández, de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), junto con Alfonso Benito-Calvo y Adrián Martínez-Fernández, del Cenieh, además de investigadores de la Universidad de Málaga y del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social de Tarragona.

Con la técnica de HSI se puede capturar información del terreno utilizando cientos de “colores”, es decir, longitudes de onda del espectro de luz, invisibles para el ojo humano. Además, combinada con algoritmos estadísticos de clasificación, esta técnica permite diferenciar materiales aparentemente similares y generar mapas detallados de la estratigrafía de los yacimientos. “Gracias a esta técnica, podemos obtener nueva información sobre la composición y distribución de los sedimentos y restos arqueológicos sin alterar el contexto”, explicó el responsable científico del Laboratorio de Cartografía digital y Análisis 3D del Cenieh, Alfonso Benito-Calvo.

En el caso concreto del nivel TD10 del yacimiento de Gran Dolina, uno de los niveles más ricos en ocupaciones humanas del Pleistoceno medio europeo, el análisis hiperespectral ha permitido realizar una clasificación cuantitativa diferenciando espectralmente los bloques rocosos, la matriz sedimentaria y los restos fósiles, con objeto de estudiar la organización espacial del nivel y poder analizar en mayor detalle su formación.

“Hemos obtenido los datos mediante el uso de cámaras hiperespectrales en condiciones de luz natural y a diferentes distancias, lo que demuestra su gran utilidad para trabajos de campo”, señaló el técnico del Laboratorio de Cartografía digital y Análisis 3D del Cenieh, Adrián Martínez Fernández.

Además de representar una herramienta valiosa para el desarrollo de investigaciones en el ámbito de la arqueología, el análisis hiperespectral también ofrece un enorme potencial en lo que respecta a la conservación y a la gestión del patrimonio cultural. Esta técnica avanzada permite llevar a cabo una documentación de los yacimientos de manera rápida, eficiente y, lo que es fundamental, sin causar daños ni alterar los materiales, es decir, de forma completamente no destructiva.

"La imagen hiperespectral (HSI) se está consolidando como una herramienta de gran utilidad no solo para registrar con precisión los datos, sino también para contribuir a la conservación y a una mejor comprensión de los contextos arqueo-paleontológicos más complejos. Esto cobra especial relevancia en lugares como el yacimiento de Gran Dolina, donde la densidad del registro y la riqueza de los hallazgos son verdaderamente excepcionales”, finaliza Benito-Calvo.