Campo

Castilla y León actúa con rapidez y contundencia frente a la expansión de los topillos

La Junta permite el laboreo vertical en tierras de siembra directa para poder destruir huras y galerías mientras las Opas piden a los ayuntamientos que limpien las cunetas

El viceconsejero Jorge Llorente se reúne con las Opas para abordar el problema de los topillos
El viceconsejero Jorge Llorente se reúne con las Opas para abordar el problema de los topillosMiriam ChacónIcal

El Gobierno que preside Fernández Mañueco en Castilla y León actúa con rapidez y contundencia contra la expansión del topillo campesino.

Un roedor que se está expandiendo en varias zonas de la Comunidad, y ya ha hecho bastante daño en cultivos de la zona abulense de Arévalo y Madrigal, pero también en El Cerrato palentino, en los municipios salmantinos de Alba de Tormes y Peñaranda; en el segoviano de Cuéllar; en La Bureba burgalesa y en las tierras altas de Soria; o en la Tierra de Campos de Valladolid y Zamora.

«Hay muchísimos y campan a sus anchas por todas partes», decía hace unos días el líder de Asaja en Castilla y León, Donaciano Dujo, quien pedía la declaración de plaga de topillos.

La Junta no ha declarado tal situación pero sí que ha reconocido la explosión poblacional de este roedor aunque considera que es un problema recurrente, en palabras del viceconsejero de Política Agraria Comunitaria y Desarrollo Rural, Jorge Llorente, tras reunirse con las organizaciones agrarias en Valladolid para abordar este asunto del repunte de topillos.

Y es que las abundantes lluvias otoñales y de la pasada primavera han provocado una abundancia de vegetación donde el roedor se puede proteger de las aves rapaces, sus enemigos naturales, cuando su hábitat junto a la zonas de cultivo quede al descubierto una vez efectuada la cosecha, según explicaba el viceconsejero.

La Junta flexibilizará de forma inmediata dos prácticas de los ecorregímenes de la PAC con el fin de favorecer el control de las poblaciones de estos roedores.

De esta forma, se permitirá el laboreo vertical en tierras de siembra, por lo que al agricultor podrá destruir las huras y galerías donde se cobijan los topillos cuando pase con su cultivador, chisel o grada de discos por encima. Una actividad que, además, mantiene el rastrojo sobre la superficie de manera que el suelo está cubierto durante todo el año.

La segunda de las medidas tiene que ver con la práctica de establecimiento de espacios de biodiversidad, que favorecerá la recolección de las superficies de cereal no cosechado sin tener que esperar al 1 de septiembre para facilitar la alimentación de las especies animales protegidas o en peligro de extinción. Ahora, y de forma excepcional, sí se podrá cosechar antes de esa fecha.

Pese a estas medidas, Llorente apelaba a la colaboración de todos, agricultores, administraciones, Adif o CHD porque, según decía, «no hay una medida eficaz cien por cien contra el topillo, sino la coordinación de todas ellas».

Las organizaciones agrarias apoyan estas medidas extraordinarias pero llaman a los municipios y mancomunidades a limpiar caminos y cunetas.

Además, desde UPA, Aurelio González ha pedido un fondo económico para compensar a los agricultores afectados, así como para investigar, «para no tener que esperar a los repuntes para poder actuar».