Sociedad

Deporte inclusivo para todos, con RuralBike

El programa, promovido por la UEMC y la Diputación de Valladolid, busca ofrecer turismo activo sin barreras y analiza las oportunidades de negocio con salidas en bicicleta por la provincia

Deporte inclusivo para todos, con RuralBike en Medina de Rioseco
Deporte inclusivo para todos, con RuralBike en Medina de RiosecoRubén Cacho/Ical

El ambiente festivo reinaba desde primera hora de hoy en la dársena del Canal de Castilla en Medina de Rioseco. La localidad vallisoletana acogió esta mañana la primera cita de RuralBike, un programa de ocio inclusivo promovido por la Universidad Europea Miguel de Cervantes y la Diputación de Valladolid, con el que brindan a toda la sociedad la posibilidad de participar en una propuesta de deporte familiar en la naturaleza, disfrutando sin barreras de la inmensa riqueza del patrimonio natural de la provincia.

Los nervios y las sonrisas estaban a flor de piel instantes antes del arranque de la ruta, un recorrido circular, con salida y llegada en la dársena, un enclave que Gustavo Martín Garzo definió como “una lámina tocada por la magia del agua”. Los participantes, más de 65 inscritos y 14 voluntarios de la UEMC, marcharon hasta la séptima esclusa en un trayecto no competitivo a la vera de uno de los grandes prodigios soñados por la Ilustración: el Canal de Castilla, informa Ical.

Desde toda la provincia se sumaron participantes de todo tipo, desde niños y niñas en la sillita con sus padres y otros que apenas han comenzado a dar pedaladas a sus cinco años, como la hija pequeña de Diego, un aficionado riosecano a la bici que intenta contagiar esa pasión a su mujer y dos hijas, hasta Javier, que a sus 69 años se enfunda cuidadosamente el maillot ante la atenta mirada de su nieto Aitor, de 9 años, impaciente porque todo comience. Al lado de ambos está Diego Blas, la generación intermedia, hijo de Javier y padre de Aitor, además de responsable de Ciclohome, un proyecto de reparación de bicis a domicilio que se ha sumado desinteresadamente a RuralBike para que todos los participantes pongan a punto sus vehículos en la salida.

No es baladí la cuestión mecánica, ya que RuralBike es una apuesta muy especial. El proyecto es fruto del trabajo del grupo de investigación i+HeALTH de la UEMC, que analiza el efecto del ejercicio físico y la nutrición en poblaciones especiales. Fue creado en el 2017 por parte de profesionales de la actividad física y de la salud y está formado por 14 investigadores, incluyendo a estudiantes de doctorado.

La coordinadora de la propuesta, Carmen Matey-Rodríguez, fisioterapeuta especializada en pediatría e integrante del grupo de investigación, explica a Ical que RuralBike busca fomentar el “turismo activo para todos”, favorecer la inclusión en zonas rurales y propiciar una investigación que permita “promover nuevos modelos de negocio” alejados de las grandes urbes.

Así, tanto la jornada celebrada hoy en Rioseco como la próxima salida, prevista para el próximo 15 de junio en Tordesillas, permitirán analizar las principales barreras a las que se enfrentan las personas con una gran discapacidad y sus familias para participar en propuestas de ocio no segregado. “El ocio de las personas con discapacidad está muy condicionado al sobresfuerzo que tienen que asumir sus familias, y no todo el mundo puede permitírselo”, señala.

Desde dos horas antes del pistoletazo de arranque, ella y un nutrido grupo de voluntarios trabaja para poner a punto las bicicletas adaptadas que usarán las personas con grandes problemas de movilidad que se han animado a disfrutar de la propuesta, algo que podrán hacer gracias al a generosidad de InDisVall (Inclusión de Personas con Discapacidad Valladolid), la asociación que ha cedido para la ocasión hasta cinco bicicletas adaptadas para que grandes dependientes puedan también participar en el recorrido.

Disfrute en familia

Isabel Escolar creó InDisVall a finales de 2021, con el objetivo de facilitar la inclusión de personas como su hijo Jaime, que no ha querido perderse esta marcha. La sonrisa no se marcha de su cara mientras aguarda expectante el inicio, y comienza a moverse agitado cuando por los altavoces comienza a sonar ‘APT’, la canción de Bruno Mars y Rosé que, como cuenta su padre, “es su preferida”. Isabel recuerda que ella y su marido compraron la primera bicicleta adaptada para poder salir con su hijo y hacer actividades juntos: “Vimos que él lo disfrutaba, se sentía incluido y eso nos hacía muy felices. Le gusta mucho salir y estar en la naturaleza”, confiesa.

Las bicicletas adaptadas que necesitan las personas como su hijo Jaime para participar en recorridos así son “exageradamente caras”, algo que se suma al coste del mantenimiento y de la puesta a punto de los propios vehículos, por lo que ella anima a que cualquier institución o empresa privada que quiera ayudar se involucre y colabore con una causa que posibilita disfrutar de turismo activo para todos.

Otra de las grandes dependientes que toma la salida es María, de 32 años. Ella estudió Primaria en el CRA Campos Góticos de Rioseco, a escasos metros de la dársena, junto a compañeras como Lara, que hoy la acompaña y tranquiliza. Su padre José Luis, nos cuenta que la evolución de su enfermedad hizo que tuvieran que trasladarse desde la Ciudad de los Almirantes hasta la capital vallisoletana, para facilitar la atención que ella requería, en este caso en el Centro San Juan de Dios. María está nerviosa, muy nerviosa; aunque conoce bien el entorno, desde pequeña, es la primera vez que participa en una marcha ciclista. Sus padres la amansan sujetándole la mano porque las actividades físicas no suelen ser de su agrado y lo desconocido la tensa, pero lo de hoy será una vivencia diferente y especial. María toma la salida escoltada por Silvia y Javier, dos voluntarios de la UEMC. Ella, estudiante de fisioterapia, asume la jornada como parte de un aprendizaje que a buen seguro le acompañará toda su vida.

La ilusión se desborda entre tanto en Younesee, un pequeño marroquí de nueve años afincado en Villalón, que accede a su bicicleta adaptada casco en ristre, guiado con ternura por su padre Mustafa. Fue su profesora en el CEIP Tierra de Campos la que le informó de la marcha y les animó a participar, y desde entonces el niño ha ido tachando las horas hasta poder subir de nuevo a una bicicleta, como hacía sin dificultades apenas unos años atrás. “Antes andaba en bici, corría, jugaba al balón sin parar, pero ahora cada vez tiene mayores problemas de movilidad”, explica su progenitor, que no se resigna a dejar al pequeño en casa y solo quiere que aproveche todas las oportunidades de disfrutar que se le presenten.

Todo está a punto ya para la salida, y es el alcalde de Medina de Rioseco, David Esteban Rodríguez, el encargado de cortar la cinta. Antes de hacerlo, recalca a Ical, la “importante simbiosis” que el Consistorio ha alcanzado con la UEMC con proyectos como la Universidad de la Experiencia y propiciando la investigación en torno a la accesibilidad, un trabajo que les valió el Premio Reina Letizia de Accesibilidad Universal 2018. Según relata, en Rioseco confluyen medioambiente, naturaleza, historia, turismo y deporte una “fórmula infalible” para el “deleite de todos”. “Que disfrutéis el recorrido, nos llevéis en el corazón y sintáis la necesidad de volver en el futuro”, invita a los asistentes. Todo está listo, cuando Carmen Matey-Rodríguez recuerda que RuralBike demuestra que “es posible la inclusión en actividades físicas, independientemente de la situación de cada uno”. Todos marchan, con la mirada proalmente ya puesta en la próxima cita, el domingo 15 de junio en Tordesillas.