
Patrimonio
Las enigmáticas chimeneas que apuntan al cielo en el pueblo con más encanto de España
El "Skyline" de este pequeño municipio asombra al mundo por su estilo y singularidad

Castilla y León cuenta con una amplia y variada arquitectura popular a lo largo y ancho de su extensa geografía donde confluyen diferentes estilos, y esta comunidad puede presumir de contar con lugares con espectaculares líneas de cielo en su medio rural.
Es el caso de la provincia de Soria, donde hay un pueblo medieval con mucha historia a sus espaldas. Situado en zona de pinares, aparte de su pasado islámico -se dice que allí Abu Amir Muhammad ben Abi Amir al-Maafirí, llamado al-Manūr, «el Victorioso», más conocido como Almanzor, perdió su tambor, que es tanto como decir que perdió su talismán de imbatible y que resultó derrotado.

Se trata de Calatañazor, una pequeña villa Soriana donde el tiempo se ha detenido en la época medieval, que fue bautizada por los árabes como Qalat an-Nusur (Nido de águilas) hace más e un milenio al situarse más de mil metros por encima del nivel del mar y erguirse sobre una roca desde la que domina las Tierras del Burgo.
Las calles, plazas y casas de esta Villa se adaptan a la topografía y su población. De aspecto medieval, Calatañazor deslumbra por sus calles empedradas con canto rodado, algunas casas blasonadas y las otras de arquitectura tradicional, con entramado de madera de sabina y cubiertas de teja árabe.
Pero si algo caracteriza a Calatañazor, y la causa de que sea un pueblo muy visitado, es por lo singular de su arquitectura popular.
Son dignas de ver las tradicionales casas pinariegas, una construcción rústica y sencilla, generalmente de planta baja y bajocubierta en la que se utilizaba la piedra, la mampostería o el sillarejo, o con dos plantas. Los habitantes de este municipio usaban este segundo piso para proteger el edificio de la humedad del terreno.
Las viviendas, además, culminan con aleros pronunciados, para proteger los muros, generalmente de adobe, para protegerlos del agua de la lluvia, mientras que los vanos de las ventanas son pequeños para abrigarse del frío soriano.
Aunque lo que caracteriza a Calatañazor y conforma el Skyline rural con más encanto de España, son sus bellas y singulares a chimeneas cónicas, también llamadas cocinas pinariegas.
Construidas con madera, el armazón se hacía con postes o colondas de roble, formando una estructura cónica cuya envolvente se cuajaba con tejido de cestería a base de bardas de enebro recubiertas de barro y cal por el interior, que se ennegrecía con el humo dándole un aspecto muy característico. El exterior se recubre con tejas fragmentadas para proporcionar su impermeabilización. Además, disponen de aberturas en la parte superior para permitir que entre la luz ya que por norma no tienen ventanas.

La chimenea solía atravesar la planta superior para asomarse al exterior y se remata con la “contera” acabando en una punta metálica llamada chipitel a modo de terminación.

Igualmente, esta estancia servía de alacena, un armario para dejar menaje, especies o el horno de pan, mientras que en la paredes se colgaban utensilios mediante barras.
José Tudela de la Orden, investigador soriano, define a estas chimeneas de forma poética y literaria de la siguiente forma:
“Son cocinas recogidas, humildes, donde se cobijan en verano las golondrinas adornando la estancia con sus nidos y alegrándola con sus revuelos y chillidos. Son el lugar sagrado donde se vive, se come, se abriga, se sueña.”
Actualmente, estas chimeneas permiten su prefabricación en otro lugar así como su montaje y terminación posterior en el edificio.
Además, Calatañazor es un conjunto histórico artístico desde hace sesenta años, en 1962, y no hay que dejar de ver su entorno mas cercano del Sabinar de Calatañazor, del Monumento natural de La Fuentona, de la iglesia de Nuestra Señora del Castillo, de la Ermita de la Soledad o del espectacular Rollo del siglo XV en la plaza, donde se impartía justicia a los reos de la época.
✕
Accede a tu cuenta para comentar