
Polémica
Decenas de usuarios ridiculizan a Puigdemont después de su tuit contra la Hispanidad
El expresident cuestiona la Fiesta Nacional de España por su relación con la conquista de América, pero la realidad histórica y cultural muestra un legado mucho más complejo y compartido

El expresident Carles Puigdemont aprovechó el Día de la Hispanidad para lanzar un nuevo dardo contra España. En un mensaje publicado en X (antes Twitter), afirmó que “una parte importante del mundo hispánico aún espera que España pida perdón por la conquista y colonización del continente americano”, comparando el 12 de Octubre con otras fiestas nacionales europeas como la reunificación alemana o la Revolución Francesa. “Su fiesta les define”, concluía el dirigente catalán, en alusión crítica al sentido de la jornada.
Sin embargo, los usuarios no han tardado en darle su visión a Puigdemont. La mayoría en catalán (lo que indica que son catalanes) han lanzado comentarios como:
-"¿Tú que engañaste a toda Cataluña vienes a dar lecciones? ¿Tú que cuánto viste los dientes al lobo huyste? ¡Haz un favor a tu Cataluña querida y desaparece pero del todo que ahora ya tienes los bolsillos llenos!"
-"Los pueblos hispanos de todos los continentes pronto celebraremos nuestra reunificación, igual que Alemania. Y el pueblo catalán, como pueblo hispano también lo celebrará"
-"Yo estoy esperando que los romanos también nos pidan pierdo. Demagogía, todo. La historia de la humanidad es: conquistar y arrasar, siempre. El que pasó, pasó y no tenemos ninguna culpa ahora de lo que se hizo hace 500 años y lo han hecho todos los pueblos."
-"El dia de la llegada a América es un hito que la civilización reconoce y permite que casi todo un continente comparta un idioma común que une y hermana. Sólo puede ser lamentado por la necedad separatista de un político que quiere sacar rédito de la división y el odio".
La otra cara de la historia
Es cierto que la conquista de América fue un proceso violento, como toda empresa imperial de su tiempo. Pero reducirla a un relato de opresión es desconocer la realidad más amplia. España llevó consigo no solo soldados, sino también misioneros, juristas, arquitectos, científicos y maestros. Fue en los territorios del Virreinato donde se fundaron las primeras universidades del continente, así como hospitales, colegios y bibliotecas, mientras los británicos actuaban de manera totalmente opuesta en sus colonias del norte.
A diferencia de otros imperios coloniales, la Monarquía Hispánica no consideraba aquellas tierras como colonias, sino como provincias integradas en su propio cuerpo político. Los nacidos en Lima, Quito o Veracruz eran, jurídicamente, tan españoles como los nacidos en Sevilla o Toledo. Las Leyes de Indias, inspiradas en buena medida por los frailes dominicos y jesuitas, establecían la protección de los indígenas frente a los abusos, reconociéndoles dignidad y derechos.
Evangelización y civilización
La llegada del cristianismo al continente americano no solo significó la difusión de una nueva fe, sino también la introducción de una visión del ser humano basada en la dignidad y la igualdad ante Dios. Los misioneros, en muchos casos, fueron los principales defensores de los pueblos indígenas frente a los encomenderos y autoridades civiles. Figuras como Francisco de Vitoria impulsaron un pensamiento pionero en materia de derechos humanos, siglos antes de que el término existiera.
España llevó también la escritura,la imprenta, la arquitectura y una lengua que hoy es vehículo de comunicación, cultura y ciencia en todo el continente. Además, cabe resaltar que antes de la llegada de los españoles, muchos pueblos indígenas tenían como práctica común tanto el canibalismo como los sacrificios humanos, y tanto el imperio inca (actual Perú y Ecuador) y el imperio mexica (actual México) tenían subyugados a los pueblos de alrededor, cuyos habitantes se unieron a los españoles para derrocar a los imperios opresores. Se introdujo un modelo jurídico y educativo que, con sus luces y sombras, permitió el desarrollo de sociedades cohesionadas.
La Leyenda Negra antiespañola
Buena parte de la visión negativa que aún hoy persiste sobre la historia de España y su papel en América tiene su origen en la llamada Leyenda Negra, una campaña de propaganda surgida en los siglos XVI y XVII. Fueron principalmente los países protestantes (Holanda, Inglaterra y Alemania), junto con ciertos sectores italianos rivales, quienes la impulsaron para debilitar a la Monarquía Hispánica, que entonces era la primera potencia mundial tanto en lo militar como en lo político y lo cultural.
A través de panfletos, grabados y textos difundidos por toda Europa, se retrató a España como un imperio cruel, fanático e inquisitorial. Pero tras esa imagen se escondía una lucha mucho más profunda: la del catolicismo frente al protestantismo. El ataque a España fue, desde el principio, también un ataque a su fe. La defensa de la religión católica era el alma del proyecto hispánico, y la expansión americana se entendía como una misión evangelizadora, no meramente política. Por eso, la Hispanidad no puede comprenderse sin su raíz espiritual: la fe católica que dio sentido a la empresa americana y a la cultura que de ella nació.
Orgullo de una herencia común
Pese a los discursos críticos, gran parte de los pueblos hispanoamericanos se siente orgullosa de su identidad mestiza. La cultura hispánica no es solo española ni solo indígena: es el fruto del encuentro entre ambos mundos. Desde México hasta Argentina, el español, el catolicismo y las tradiciones compartidas son el vínculo que da sentido a una comunidad cultural que trasciende las fronteras políticas.
Por eso, mientras algunos dirigentes insisten en pedir perdón, millones de personas celebran con naturalidad una historia común que les pertenece tanto como a los españoles. La hispanidad, más que una herida, es una herencia viva: la de un mundo que, pese a sus conflictos, supo fundar una civilización basada en la fe, el idioma y la cultura compartida.
Crítica de Puigdemont
Cada año, el Día de la Hispanidad vuelve a situarse en el centro del debate público. Para algunos sectores, la fecha conmemora la “invasión” y “explotación” del continente americano por parte de la Corona española. Para otros, representa el inicio de un proceso de mestizaje cultural y lingüístico sin precedentes en la historia de la humanidad.
Las palabras de Puigdemont se enmarcan en una corriente de crítica a la herencia española que ha cobrado fuerza en América en los últimos años. En 2019, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pidió oficialmente a España que ofreciera disculpas por los abusos cometidos durante la conquista. Un gesto simbólico que fue rechazado por el Gobierno español, recordando que aquellos hechos deben entenderse en su contexto histórico y que el vínculo entre España e Hispanoamérica hoy es de fraternidad, no de culpabilidad.
Es frecuente escuchar que España es “el único país que celebra su día nacional recordando una conquista”. Sin embargo, esa afirmación ignora la naturaleza original del 12 de Octubre. Lejos de conmemorar una “invasión”, la fecha busca reconocer el encuentro entre dos mundos y la creación de una nueva realidad cultural: la hispanidad.
El concepto, impulsado en el siglo XX por pensadores como Ramiro de Maeztu, no hace referencia a una dominación, sino a una comunidad de pueblos unidos por una lengua, una fe y una tradición compartida. Hoy, más de 500 millones de personas hablan español, y la mayoría de los países hispanoamericanos celebran también su propio “Día de la Raza”.
Aunque sectores independentistas tienden a rechazar el 12 de Octubre, en Cataluña son muchos los que celebran con orgullo el Día de la Hispanidad. En Barcelona, el ambiente festivo se concentra especialmente en el centro de la ciudad, donde Paseo de Gracia y Plaza Cataluña se llenan de familias, banderas y música. Durante la jornada, numerosos catalanes participan en los actos institucionales o en concentraciones ciudadanas que reivindican el legado común de España y la Hispanidad. Para muchos de ellos, más allá de los discursos políticos, el 12 de Octubre es una ocasión para recordar los lazos históricos, culturales y religiosos que unen a todos los pueblos de habla hispana.
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