Turismo

El espectacular pueblo medieval ideal para visitar en el mes de junio

Por sus calles empedradas, sus bellas edificaciones y su riqueza natural

La villa medieval salmantina de La Alberca
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El calor ya se está dejando notar y mucho en España. Por eso el mes de junio es el momento ideal para disfrutar de parajes con temperaturas más moderadas. Y si destacan por su espectacularidad y belleza, mejor que mejor. Es el caso de uno de los pueblos medievales más bonitos de España, que se encuentra en una espectacular sierra y que destaca por sus calles empedradas, sus edificaciones de película y su riqueza natural. Además este pequeño rincón de la España autonómica se transforma con el verdor de la primavera y el estallido floral en sus balcones, ofreciendo un espectáculo natural y arquitectónico que cautiva a todo el mundo.

La Alberca

La impresionante villa medieval perfecta para visitar en junio no es otra que la salmantina de La Alberca. Enclavada en el corazón de la Sierra de Francia, es sin duda uno de los pueblos más representativos de España. Además en este mes que está a punto de comenzar es más atractiva, ya que su cercanía a la sierra, hace que las temperaturas sean más suaves. Los primeros vestigios de la historia de La Alberca hay que buscarlos en la prehistoria, cuya huella permanece en las pinturas rupestres de la época del neolítico en numerosos canchales y riscos de los valles que rodean a La Alberca: Lera y Las Batuecas.

En la Edad Media, entre los siglos XII y XIII se produjo la repoblación por decisión del rey Alfonso IX. Del flujo de gente que llegó a esta tierra, parte destacada fue la de origen francés a través de D. Raimundo de Borgoña, noble francés casado con doña Urraca, una de las hijas de Alfonso VI. Este origen justificaría la numerosa presencia de topónimos franceses en la Sierra de Francia.

Al final de la Edad Media destaca un hecho de importancia capital para la zona: el hallazgo de la imagen de la Virgen de la Peña de Francia (1434), que convirtió el santuario construido posteriormente en un lugar de peregrinación, al que se unieron los peregrinos del Camino de Santiago que seguían el llamado Camino del Sur por la Calzada de la Plata.

En el siglo XVII la Peña de Francia, con su Virgen Negra, es ya citada por Cervantes en El Quijote; el valle de Las Batuecas es para Lope de Vega el escenario en el que se refugian dos enamorados que huyen de la Corte. Desde entonces La Alberca, con la Peña de Francia y Las Batuecas, han sido un escenario convertido en mito, en leyenda. Esencia mítica que se mantiene en la actualidad en su arquitectura y su paisaje, en sus gentes y costumbres.

Además la villa salmantina en 1940, fue el primer pueblo de España en ser declarado Conjunto Histórico-Artístico. La calle del Puente y la plaza Mayor bastan para entender los porqués, aunque su monumento de mayor valor se erige en su propia plaza.

Atractivos turísticos

Para conocerla a fondo hay que recorrer sosegadamente las calles y plazas, para que el viajero se vaya encontrando, con atractivos rincones y perspectivas, en los que resalta una arquitectura popular levantada a base de piedras y geométricos entramados de madera. Destacan los dinteles cincelados con fechas de fundación de las casas, con inscripciones, signos y anagramas religiosos, que quieren ser profesión visible de fe. Cada una de las plantas superiores va sobresaliendo sobre la inferior, hasta llegar casi a tocarse los aleros de los tejados de las casas que se hallan frente a frente, lo que hace que en las calles se produzca un curioso juego de luces y sombras.

Se ha dicho que la estructura urbana de La Alberca es la de una judería, por lo intrincado, laberíntico y secreto de sus calles. Pero tampoco han faltado quienes, al recorrer el pueblo, lo han asociado con los arrabales de Damasco. Este pueblo es así, la unión, a lo largo de los siglos, de las culturas cristiana, islámica y judaica.

Plaza Mayor

La Plaza Mayor, es el corazón de La Alberca, limitada por las casas porticadas sustentadas sobre columnas de granito. Las fachadas de las casas presentan dos hileras de balcones en los que en primavera y verano se encuentran llenos de flores. Y en el centro de la plaza destaca su característica cruz central.

Iglesia parroquial

También destaca la iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVIII, que como curiosidad se terminó en 1733, el mismo año que la Catedral Nueva de Salamanca. La torre fue construida doscientos años antes por los Duques de Alba, cuyo escudo de armas está esculpido en uno de los ángulos. Posee un interesante púlpito en granito policromado del siglo XVI, así como una imagen del Santísimo Cristo del Sudor.

Ermitas

La iglesia ha compartido protagonismo con la Ermita del Cristo del Humilladero dentro del pueblo que es la más antigua del municipio. La Ermita de San Blas, antiguamente conocida como la de Los Santos Mártires, hasta hace unos años fue el cementerio del pueblo. Y la Ermita de Nuestra Señora de Majadas Viejas. También cabe mencionar desde la entrada de Salamanca la Ermita de San Antonio.

La Ermita de San Marcos, cerca de la anterior, es un lugar privilegiado por las vistas que se pueden contemplar. Se encuentra junto a una gran laguna en medio de un bosque de robles. En la actualidad, está en ruinas, pero sorprende por su grandeza.

Atractivos naturales

Situada a más de mil metros sobre el nivel del mar, La Alberca es el municipio a mayor altitud de la Sierra de Francia, además de la puerta de acceso al remoto valle de Las Batuecas. Por eso no había mejor ubicación para la Casa del Parque Natural de Las Batuecas-Sierra de Francia.

Se encuentra al sur de la provincia de Salamanca y con una extensión de 32.300 hectáreas pertenecientes a 15 municipios, el Parque Natural forma parte de las estribaciones occidentales de la Cordillera Central. Sus cotas más altas se sitúan en el Pico Hastiala (1.735 metros) y en la cresta de la Peña de Francia, que con sus 1.723 metros domina el conjunto de la comarca, encontrando la menor altitud en el término municipal de Sotoserrano, a orillas del río Alagón, sobre los 400 metros.

El Parque se establece en la divisoria de dos cuencas hidrográficas: Los ríos Alagón, Francia y Batuecas vierten al Tajo, mientras que el Agadón pertenece al Duero. Aunque está situado en la región mediterránea, la diferencia altitudinal existente y la orientación de las laderas determinan la existencia de zonas con clara influencia atlántica, y otras mucho más cálidas de tendencia mediterránea que en conjunto favorecen una gran diversidad faunística y florística, y permiten la producción de cerezas, uvas, aceitunas o castañas.

Pero este singular entorno encierra, además, una gran riqueza cultural y un importante patrimonio histórico-artístico, con cinco núcleos declarados «Conjunto Histórico – Artístico», enclaves con pinturas rupestres, restos de minas romanas o ermitas y monasterios repartidos por todo su territorio.

Fiestas populares

Además de su riqueza patrimonial y natural, La Alberca destaca por las numerosas actividades y tradiciones que celebra año tras año, entre las que destacan:

Marrano de San Antón

Además en este mes de junio, La Alberca es atractiva, ya que el día 13, festividad de San Antonio de Padua, se celebra en el pueblo salmantino un acontecimiento especial; un cerdo, también conocido como garrapato o marrano, se suelta por las calles después de haber sido bendecido, y de que se le coloque una campana en el cuello; que permanecerá suelto por el pueblo, engordando día tras día, hasta el día 17 de enero, San Antón, día en el que será sorteado.

Este cerdo vaga libremente por el pueblo, y los encargados de alimentarlo son los propios vecinos, que en muchas ocasiones también lo cobijan en alguna cuadra por la noche. Antiguamente, este cerdo era cebado por los vecinos, y después se entregaba a la familia más desfavorecida o pobre; en la actualidad el cerdo es subastado, previa compra de unas papeletas. La recaudación de estas se destina a obras sociales o a una ONG.

La tradición del "Marrano de San Antón" se remonta a la baja Edad Media cuando en La Alberca vivían árabes cristianizados que levantaban los recelos de la Inquisición, que tuvo en este pueblo una sede. Una forma de hacer ver al Santo Oficio que el pueblo era cristiano y cumplía los preceptos era potenciar iconos de esta religión como el cerdo.

Corpus Christi

El día del Corpus Christi es el de mayor significado de la primavera en cuanto a manifestaciones religiosas y populares, según aseguran fuentes del proyecto Ayuntamiento. Las amas de casa tienen que sacar de sus armarios y arcas los mejores paños, las más lujosas colchas con bordados realizados por ellas.

El día del Corpus Christi se vive en La Alberca, con una emoción inusitada. Todo el pueblo es testigo de la procesión bajo palio del Cuerpo de Cristo, escoltada por autoridades y mayordomos. En las calles por donde pasa la procesión se pulen y adornan balcones, ventanas, paredes… con paños, colchas, mantones, flores… y se perfuma el suelo con tomillo y otras hierbas aromáticas, con una explosión de colores y olor, que hace que el visitante se sienta trasladado a otra época.

Las autoridades son las encargadas de llevar el palio que protege al Santísimo, hasta su llegada al altar de la Plaza, momento en el cual, son los Mayordomos, los encargados de portarlo el resto de la procesión. En el itinerario de la procesión, se colocan cinco altares, en los cuales el Santísimo, en su custodia de plata, es mostrado a todos los allí presentes, y es rociado por pétalos de rosas de los niños que ese año han tomado la primera comunión.

El quinto altar, es sin duda el más importante. Se coloca en el atrio de la Iglesia, y allí ante el Santísimo ofrecen autoridades, mayordomos, cofrades y familias de los mayordomos; esta vez tres familias, una por cada esquina del Solano.

De nuevo se arrollidan tres veces sin dar la espalda al Santísimo, pero con la dificultad añadida de que esta vez lo tienen que hacer subiendo y bajando las empinadas escaleras que dan acceso al atrio de la Iglesia. Es otra de las ocasiones en que contemplar en todo su esplendor, la espectacularidad de los trajes y más arraigadas tradiciones y sentimientos en La Alberca.

La Loa

Es una especie de Auto Sacramental que inicia las representaciones teatrales del Solano la mañana del 16 de agosto. Ese día, después del encierro matinal por las calles del pueblo, y de que las campanas de la Iglesia convoquen a los vecinos, se celebra en el Solano la “loa”.

Esta no es más que un auto sacramental, en el que se escenifica la victoria La Loa del bien sobre el mal, pero con la particularidad de que es uno de los autos sacramentales medievales, más antiguos de España, la arraigada tradición que tiene en La Alberca, y la peculiaridad de sus personajes.

El más destacado sin duda es el conocido como la “serpiente”, un monstruo con cuerpo y cabeza de chivo, y con siete cabezas de serpientes, que representan los pecados capitales. Sobre los lomos de la serpiente, hace su aparición el demonio, y comienza un espectáculo pirotécnico, simulando el fuego del infierno. El demonio tienta a los galanes que van a celebrar la fiesta de la Asunción, pero en esos momentos aparece el Arcángel San Miguel…