Inmobiliario

Un estadounidense compra un pueblo abandonado de Zamora por 300000 euros y planea convertirlo en destino turístico

El sueño americano aterriza en la España vaciada: un inversor de Estados Unidos compra el pueblo abandonado de Salto de Castro, en Zamora, para levantarlo de sus ruinas y convertirlo en un complejo turístico con una inversión millonaria

Vista del antiguo poblado del Salto de Castro, que lleva más de tres décadas deshabitado
Vista del antiguo poblado del Salto de Castro, que lleva más de tres décadas deshabitadoMARIAM A. MONTESINOSAgencia EFE

La resurrección de un pueblo entero de la España vaciada tiene ya un nombre y una cifra inicial: 310.000 euros. Es lo que ha pagado el inversor estadounidense Jason Lee Beckwith por Salto de Castro, una aldea zamorana fronteriza con Portugal que llevaba más de treinta años muerta. Sin embargo, el desembolso inicial es solo la punta del iceberg de un proyecto que afronta un coste de rehabilitación millonario, estimado entre los 3,7 y los 6,5 millones de euros.

De hecho, la ambición de Beckwith es transformar este enclave fantasma en un nuevo foco de vida y turismo. Su plan de negocio incluye la construcción de un hotel, un restaurante y una piscina, así como la reforma de las viviendas para destinarlas al alquiler de larga duración. Su implicación es tal que el inversor planea instalarse allí de forma permanente para dirigir sobre el terreno una primera fase de obras que espera concluir a finales de 2025.

En este sentido, lo que Beckwith ha adquirido es un vestigio del pasado industrial español. El pueblo fue levantado en 1946 por la antigua Iberduero para dar cobijo a las familias de los obreros que construyeron la presa cercana. El complejo, abandonado desde hace décadas, cuenta con 44 viviendas, una iglesia, una escuela, un bar e incluso un antiguo cuartel de la Guardia Civil. Con el fin de las obras, la vida se fue extinguiendo hasta su total despoblación en 1989.

La doble cara de un sueño en la España vaciada

No obstante, para cerrar la enorme brecha entre el precio de compra y el coste de la reforma, el nuevo propietario ya ha puesto en marcha la búsqueda de inversores internacionales. Además, explora la posibilidad de optar a subvenciones tanto del Gobierno de España como de la Unión Europea, fondos que serían cruciales para garantizar la viabilidad de una operación de esta envergadura.

Por otro lado, la iniciativa ha despertado tanto esperanzas como recelos en la comarca. Mientras que el alcalde de la localidad ve el proyecto como una oportunidad para revitalizar la economía de la zona, varios colectivos ecologistas han mostrado su preocupación. El motivo es la delicada ubicación de la aldea, enclavada en pleno Parque Natural Arribes del Duero, lo que añade una considerable complejidad administrativa y medioambiental a cualquier plan de reconstrucción.