Cargando...

Patrimonio

El grito de auxilio del primer castillo señorial de España abaluartado propiedad de la Casa de Alba

Este histórico palacio fortificado del siglo XVI, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1949, presenta un estado lamentable y de ruina

Imagen del castillo-palacio de la Casa de Alba en San Leonardo de Yagüe (Soria) Hispania NostraLa Razón

España, en general, y Castilla y León, comunidad histórica donde las haya formada por los antiguos reinos de Castilla y de León, en particular, pueden presumir de contar con un patrimonio arquitectónico amplio y variado, pero, sobre todo, único en el mundo.

Catedrales, monasterios, conventos, iglesias de todos los estilos arquitectónicos de la historia, pequeñas ermitas con tesoros escondidos, palacios o castillos dan cuenta de este ingente patrimonio existente a lo largo y ancho de los 2.248 municipios existentes en la comunidad, todos ellos con alguna joya patrimonial digna de mecnión y que bien merecen una visita alguna vez en la vida.

Pero dicho esto, en estas líneas de LA RAZÓN de hoy queremos acercar uno de los edificios emblemáticos e importantes de la historia de España, que además es propiedad de la Casa de Alba, que lleva muchos años agonizando y lleva la friolera de diez años incluido en la lista roja de Hispania Nostra, la entidad encargada de velar por el patrimonio español, pero cuyo SOS de auxilio lanzado en 2014 no ha tenido éxito hasta el momento.

Y es que, de no ser así, los días de esta fortaleza -la primera de estilo señorial y abalaurtada de España, o lo que es lo mismo, fortificada con baluartes o bastiones-, tendrá los días contados.

Se trata de un castillo-palacio renacentista situado en la localidad soriana de San Leonardo de Yagüe, construído en 1563 por Juan Manrique de Lara,

que se apoya en un estilo utilizado en Italia que fue inspiración de los fuertes abaluartados de las Américas, y que pese a su deterioro visible, cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC).

Un castillo o palacio de época renacentista, d ebase rectangular, con patio interior y dos plantas, que contaba con una vivienda interior decorada con ricos y suntuosos ornamentos mientras que el exterior estaba preparado para repeler los ataques con arma de fuego, con baluartes más gruesos y resistentes.

El edificio cuenta con grandes ventanales, impropios de un castillo y originalmente decorados con molduras clásicas, de las que han aparecido algunos restos, y destaaca por la portada clásica, que a lo largo de estos años se ha reinterpretado, según informa la web de Hispania Nostra. De hecho, dispone de hasta cuatro baluartes en sus cuatro esquinas compuestos a partir de un cuadrado sobre la diagonal.

La planta inferior del castillo-palacio es un semisótano cavado en la roca y en la fachada principal del castillo se colocó la lápida fundacional con la siguiente inscripción: D. JOANES MANRICUS A LARA ET D. ANA FASARDA VXOR EX PHILIPI II HISPANIARUM REGIS MUNERE A FUNDAMENTIS FECERE. AB HOSTE ET HOSPICE TUTUS.

A pesar de que en el año 1982 se llevó a cabo una discreta restauración en la que se obtuvieron algunas piezas de cerámica del siglo XVII que se exponen en el Museo Numantino de Soria, la situación de deterioro es tal que toda la piedra del castillo ha sido arrancada entera, y solo ha quedado la base almohadillada de la portada de una de las entradas. Su estado es lamentable y de ruina, y sus restos se encuentran expuestos, desprotegidos y vulnerables al expolio y a la intemperie. Algo que no e snuevo por cuanto durante más de dos siglos ha servido de cantera para las casas del pueblo, por donde se encuentran desperdigadas sus piedras y cornisas.

En 2006 se solcitó un Plan Director para su restauración que fue aprobado y contó con una partida de la Junta de más de 33.000 euros, aunque a la vista está que no ha servido para nada.

Si bien, precisamente ayer viernes, durante la Comisión de Cultura, Turismo y Deporte de las Cortes de Castilla y León, este palacio-castillo protagonizaba el debate parlamentario de la mano de una proposición no de ley impulsada por Soria ¡Ya!, que exige a la Junta que actúe con urgencia sobre este Bien de Interés Cultural. En primer lugar con estudio sobre su estado de conservación del castillo, para después continuar con un plan director y, en tercer lugar, que se aplique para que los propietarios del inmueble, la Casa de Alba, cumpla con sus obligaciones legales en su conservación.

Castillo de Alba de Tormes (Salamanca)WikipediaLa Razón

El legado de la Casa de Alba en Castilla y León

La Casa de Alba la forma una de las familias aristocráticas más conocidas del panorama social por su historia y valioso legado, el cual ha ido pasando de generación en generación, siendo ahora Carlos Fitz–James Stuart el jefe de la Casa y, por tanto, el principal gestor del patrimonio familiar.

En Castilla y León conservan algunos edificios de los impresionantes de la época como el castillo de Alba de Tormes; la fortaleza de los Zúñiga, situado en el municipio salmantino de Miranda del Castañar; el castillo de El Tejado, de la también charra Calzada de Don Diego; las fincas de Gómez Velasco, Monasterio, Aldeanueva Carnero, Gallegos de Crespos y Castillejo; el Palacio de Piedrahita, el Castillo de Valdecorneja y el Castillo-Palacio de Castronuevo, ya en tierras abulenses.

También es propiedad de la Casa de Alba el Palacio de los Osorio, en Valladolid, que hoy está completamente abandonado; y el de Coca, en Segovia; así como el Palacio de Monterrey en Salamanca capital.