Turismo
La idílica estampa navideña de una de las iglesias románicas más deslumbrantes de España
Esta auténtica joya, ubicada en el corazón de la Montaña Palentina, esconde además un altar único
Las nieves caídas en las últimas horas han dejado varias estampas curiosas. Una de ellas en la Montaña Palentina, en pleno corazón y que cuenta con una de las joyas del románico mundial. Una iglesia con una armonía inigualable, con una única y majestuosa espadaña y un altar inimitable. Nos estamos refiriendo a la Colegiata de San Salvador, en la localidad palentina de San Salvador de Cantamuda, y que es uno de los grandes reclamos de este lugar, al que se acercan cada vez más visitantes. Y ahora con la nieve caída, la imagen es de postal, no solo de la iglesia, sino también de todo el pueblo.
Una iglesia, que formaba parte del monasterio de San Salvador, y cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XI gracias a la condesa Doña Elvira, esposa del Conde Munio Gómez, que como certifican sendos documentos, que se conservan en el Archivo de la Catedral de León, cedía villas y fincas a la diócesis donde se encontraba el entonces monasterio.
Cuando uno se aproxima a ella no pasa desapercibida la majestuosa espadaña, que parece competir con las altas cumbres que se observan desde la lejanía, Cuenta con 18 metros de altura y está considerada como una de las obras cumbres del románico castellano. Entre sus decorativos, con temas religiosos y vegetales llama la atención la presencia de un osezno. Y es que en aquellos tiempos también los osos campaban por estos lares.
En la actualidad la iglesia cumple las funciones de iglesia parroquial y en el año 1993 era declarada Monumento Histórico de Bien de Interés Cultural. La iglesia sorprende al visitante por su armonía, unidad y equilibrio y conservando la construcción románica original, aunque con el paso del tiempo, ha ido añadiendo otros elementos como por ejemplo una torre del lado norte en el siglo XVI.
En el interior, destaca su altar mayor, con un bello conjunto de columnillas, con fustes y capiteles de variada y delicada ornamentación de motivos vegetales, entrelazadas y tramas geométricas. Dentro se conserva un Cristo Crucificado gótico así como varias talles de Vírgenes y preside el templo una talla de El Salvador.
Una pequeña localidad, de apenas poco más de un centenar de habitantes que cuenta con otros encantos, como la Venta Campa, que sirvió de refugio y despensa a carreteros y caminantes; el rollo de justicia, testigo del poder judicial que los obispos palentinos tuvieron en el pasado en la Pernía; el edificio del Ayuntamiento; pero también varias casas blasonadas levantadas entre los siglos XVI y XVI, cuando varias familias hidalgas se asentaron en la zona y dejaron su huella con los escudos que pueden verse en sus fachadas.
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