Opinión

El papel de los tipos de interés

"Durante este 2023 será raro que se produzca algún cambio económico y la senda de crecimiento en la que veníamos trabajando antes de la pandemia no se recuperará hasta 2025"

El director de ECOVAEstudios, Juan Carlos de Margarida
El director de ECOVAEstudios, Juan Carlos de MargaridaLa Razón

Hace poco más de un mes nos preguntábamos sobre si dejarían de subir los tipos de interés. Y esta pregunta sigue en la mente de muchos economistas tras la subida de 0,25 puntos, llegando hasta el 4%, que ha realizado el BCE en los últimos días siendo un punto máximo desde el año 2008.

Paralelamente el FMI está animando a que se mantengan en esta situación elevada durante un periodo prolongado como medida ante la inflación que no cesa debido, en gran medida, a los costes laborales. Hay quienes incluso ya no se preguntan hasta cuándo van a subir los tipos, sino hasta dónde van a llegar.

Y es que no solo el BCE se está comportando en un sentido alcista, también lo está haciendo la Fed, que ha encarecido el precio del dinero en 525 puntos básicos desde el primer trimestre del año pasado. Con estas previsiones es muy probable que no sea la última subida y entre julio y septiembre asistamos a un nuevo aumento de los tipos de interés.

A la pregunta de por qué estas subidas no están paralizando la inflación, podríamos responder que sus efectos se están notando con ciertos retrasos que hacen que las medidas, en un medio plazo, parezcan no conducir a ningún puerto. Y todo ello con una importante tasa de inflación subyacente que se mantiene y a la que cuesta más llegar con estas subidas de tipos. Es decir, las medidas están presentes y sus frutos comienzan a notarse, aunque el camino aún parece largo.

Siendo claros: durante este año 2023 es raro que se produzca algún cambio económico. De hecho, todo apunta a que la senda de crecimiento en la que veníamos trabajando antes de la pandemia no se recuperará hasta 2025.

Aunque debemos ser optimistas, pues las tendencias inflacionistas, aunque aún son crecientes, se están ralentizando. Todo ello apunta a que el objetivo marcado del 2% cada vez está más cerca, pero las actuaciones del BCE mandan un mensaje claro a consumidores y empresas: aún quedan meses de tendencias alcistas.

Estos aumentos que se están viviendo en EEUU y Europa chocan con los mecanismos puestos en marcha en Asia, ya que China ha recortado sus tipos para impulsar el crecimiento económico. Su economía presenta signos de desaceleración en un momento que parecía recuperarse tras la crisis de la Covid 19 y su impulso inicial en los primeros meses de este año 2023.

Es posible que en el marco de la UE lleguemos a tomar acciones como las que han acometido en China, pero los pronósticos parecen alejar las disminuciones de tipos hasta el próximo 2024, manteniendo durante este año una tendencia alcista y, en el mejor de los casos, constante.

En conclusión, las fluctuaciones en el precio del dinero permiten controlar las tasas de inflación, pero requieren equilibrio para no desmerecer otros escenarios

económico sociales, ya que pueden frenar la inversión y actividad económica generando una severa recesión, con las consecuencias que pueden derivarse para el consumo y el empleo.