Gastronomía
El restaurante de un pequeño pueblo que tiene enamorado a Dabiz Muñoz por sus guisos y carnes de caza
El establecimiento cuenta con una Estrella Michelin y numerosos reconocimientos nacionales e internacionales
España es referente gastronómico. Reunirnos en una mesa para disfrutar de algún manjar con el que contamos es una de las actividades preferidas de los españoles. Además, son cada vez más los establecimientos y los chefs que hacen disfrutar a sus clientes de manjares que te hacen la boca agua. Y uno de los cocineros más prestigiosos de nuestro país, elegido varias veces el mejor del mundo, Dabiz Muñoz, que acaba de ver como su restaurante DiverXO ha sido elegido como el cuarto mejor del mundo, otra vez, tiene muy claro que restaurante en España ofrece al cliente los mejores guisos y carnes de caza.
Dabiz Muñoz que es un apasiado del buen comer y de los sabores reconoce que el establecimiento de "su amigo" Luis Alberto Lera "hace unos guisos para flipar". El mejor cocinero del mundo afirma que es un chef que "habla con las aves cocinadas con conocimiento, precisión, orginalidad y mucho talento". Además lo curioso de este establecimiento es que está situado en un pequeño pueblo de menos de 300 habitantes, y que el restaurante lo ha situado en el mapa.
Estamos hablando del "Restaurante Lera" que se encuentra en el pueblo de Castroverde de Campos, ubicado en el noreste de la provincia de Zamora, lindando con las provincias de León y Valladolid, a unos 65 kilómetros de la capital zamorana. Este bello pueblo, rodeado por amplias llanuras repletas de campos de cereal, cuenta con una población de 276 habitantes, que se dedican en su mayoría a la agricultura y la ganadería.
El "Restaurante-hotel Lera" comenzó siendo una casa de comidas que la familia Lera fundó en 1973, dedicada a redescubrir la cocina tradicional castellana con un estilo muy personal. Luis Alberto Lera tomó la dirección en 2008, un cambio generacional que vino de la mano de una apuesta por respetar la herencia culinaria y enriquecer el recetario con nuevas técnicas.
Esta forma de cocinar le ha ganado no solo el reconocimiento del mejor chef del mundo, sino también el de las guías más prestigiosas del mundo de la cocina: Lera cuenta con dos soles Repsol y una estrella Michelin, además de una estrella verde por su sostenibilidad concedida también por la guía francesa.
La especialidad de este hotel-restaurante es la carne de caza, una cocina muy influenciada por la afición a la montería que su familia ha compartido durante años, además de por la tradición de carne silvestre que abunda en la comarca.
El Pichón Bravío de Tierra de Campos es el plato emblemático por excelencia de la casa, un producto único de esta comarca zamorana que se caracteriza por un sabor intenso y una textura delicada. Este delicioso plato de carne de ave se puede probar en la carta del restaurante, formada además por otros platos clásicos que se mantienen todo el año, como los escabeches, las legumbres, los guisos o el lechazo castellano. Por otro lado, desde el restaurante Lera ofrecen un menú degustación corto (98 euros) o largo (138 euros).
Pero Luis Alberto Lera se resiste a que el restaurante sea conocido solo por sus guisos de caza, porque como según reconoce en la presentación de su establecimiento en su propia web, el “Restaurante Lera” es “mucho más que caza. Aquí, la vanguardia se disfraza de tradición. Escabeches, guisos, legumbres, pichones… platos que, sin perder su esencia, hablan de un territorio y de una forma de entenderlo. Con una propuesta íntima, honesta y sin artificios, Lera ofrece un espacio donde comer se convierte en un acto de memoria, hospitalidad y disfrute, rindiendo culto a la verdad del producto y a la nobleza de lo sencillo”.
También destaca que Lera no es un hotel, es un restaurante con habitaciones. El principal lujo de cada dormitorio es su cercanía a la mesa y la oportunidad de disfrutar de la sobremesa sin prisa ni viaje. Dormir en Lera redondea la experiencia, permite despertar en el silencio de Tierra de Campos, descubrir sus atardeceres y sentir su pulso. Un refugio que ofrece la calma nacida del tiempo bien entendido, el que te invita a olvidar y desconectar (por cierto, no hay wifi).
El desayuno, que va variando en cada estación, se sirve en la mesa comunal del obrador, donde la hospitalidad es artesanía. El pan en horno de leña, las sopas de ajo, el embutido artesano, la bollería tradicional o las mermeladas y frutos de la huerta, hacen del comienzo del día una auténtica celebración.
Pues si hasta el mejor cocinero del mundo, Dabiz Muñoz lo recomienda, creo que nadie debe dejar pasar de visitar Castroverde de Campos para disfrutar de unos platos de locura, que siempre concluyen de la misma forma, chupándose los dedos.