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Sociedad

Salud Mental advierte de un mercado laboral "excluyente" para este colectivo

El movimiento asociativo llama a concienciar a las empresas sobre la generación de empleo digno para personas con problemas de salud mental

Diez jóvenes con problemas de salud mental participan en la nueva edición de ‘PasaXT Hacia el Empleo’ para mejorar su empleabilidad Salud Mental CyLLa Razón

Con motivo del Día Internacional de los Trabajadores que se celebra mañana jueves, la Federación Salud Mental Castilla y León se suma a la una nueva edición de la campaña #EmplearSinBarreras, de la Confederación Salud Mental España, que tiene como objetivo visibilizar los derechos que se ven vulnerados al no tener acceso a un empleo, una situación que viven de forma especialmente frecuente las personas con problemas de salud mental.

La campaña hace hincapié en que las personas con problemas de salud mental sufren una gran discriminación en el acceso a un puesto de trabajo, y pone sobre la mesa los datos más recientes publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que indican que la tasa de actividad de las personas con discapacidad psicosocial es la más baja de todas las discapacidades (27,4%, frente al 35,5%, que es la media de todas las discapacidades). Una tasa que está muy por debajo de la de las personas sin discapacidad (78,5%). Además, las personas con discapacidad psicosocial tienen la menor tasa de empleo, del 19%, casi diez puntos menos que la del conjunto de personas con discapacidad[1].

A esto se suma el estigma que existe en la sociedad y en las propias empresas a la hora de contratar a personas con problemas de salud mental u ofrecerles los apoyos necesarios para su desempeño profesional. Además, tal como recoge el décimo informe ‘La situación de las personas con discapacidad en el mercado laboral’, elaborado por el Observatorio sobre discapacidad y mercado de trabajo en España (ODISMET) de la Fundación ONCE, la precariedad laboral y los bajos sueldos forman parte de esta problemática. Según el estudio, la brecha salarial entre la población con y sin discapacidad ha crecido un 7,2 por ciento.

Asimismo, la campaña advierte de que no acceder a un trabajo implica un bloqueo a otros derechos, que resultan vulnerados. Tal es el caso del derecho a la vivienda, la autonomía o vida independiente, la gestión de la propia economía y de los recursos personales, la participación social, la igualdad, la cultura y el ocio.

“El escaso o nulo conocimiento de las barreras que afectan a las personas con problemas de salud mental, unido a la falta de concienciación sobre la necesidad de derribarlas, perjudica gravemente sus derechos”, sostiene Nel González Zapico, presidente de Salud Mental España, quien urge a mejorar, reforzar e impulsar medidas para que estas personas puedan acceder al empleo, empezando por su formación.

Jonathan Yuste Carrasco integra el Comité Pro Salud Mental en Primera Persona de Salud Mental España es socio de la Federación Salud Mental Región de Murcia. Tiene 36 años, comparte que vive en casa de su madre y tiene reconocido un 47 por ciento de discapacidad. Define que “hay personas que están a la cola de los derechos, y tener una discapacidad reconocida por debajo del 65 por ciento, por la falta de prestaciones económicas, nos deja más, si cabe, a la cola de las dificultades, dentro de las ya conocidas”, en el marco de lo que ocurre al tener un problema de salud mental.

Por su parte, María Isabel García Peña es integrante de la Red Estatal de Mujeres de Salud mental España y activista de Salud Mental Euskadi. García plantea que “la falta de empleo puede limitar a la persona en su proyecto de vida, impactando en muchos de sus derechos”. Analiza que, en efecto, dicha carencia “puede resultar discapacitante, sobre todo, cuando afecta significativamente a la capacidad de una persona para llevar una vida plena y autónoma”. En este marco, asegura que “el empleo no solo proporciona ingresos, sino también bienestar social, autoestima y oportunidades de desarrollo”, mientras que “el desempleo puede generar estrés, ansiedad y depresión”.

Yuste profundiza esta línea. Refiere que “muy en boga entre la gente está el tener un proyecto de vida, pero ¿a qué precio? Me cansé, hace tiempo, de escuchar las incansables promesas irradiadas, y aunque sigo adelante, la realidad es que, cuanto más tienes, más eres dentro de la sociedad”. Ejemplifica su punto con la evidencia cotidiana: “¿Cómo voy a independizarme, si no hay parque inmobiliario accesible y público?; ¿cómo voy a trabajar, si no hay un mínimo por ley en las empresas para personas con discapacidad?; ¿cómo voy a tener una vida independiente, si estoy sujeto a las posibilidades de mi entorno?; ¿cómo conseguir igualdad de contexto, si la meritocracia es un bulo demasiado férreo?; ¿cómo va a dejar de existir la estigmatización, cuando la sinceridad está en peligro de extinción?”.

García asegura que el desempeño de una actividad laboral, además de proporcionar la oportunidad de desarrollar una conducta social, se convierte en una de las maneras de seguir sintiendo que se es útil a la sociedad, "formando parte de ella”.

Durante este 1 de mayo, Salud Mental España reivindica la promoción del empleo pleno y digno en personas con problemas de salud mental; que se faciliten recursos e información adecuados para que la inserción sea posible; alcanzar un 2 por ciento en la cuota reservada para discapacidad psicosocial en la Administración pública, o impulsar las figuras de agente de apoyo mutuo y asistente personal en la cartera de servicios de salud, como oportunidad laboral.

También llaman a concienciar a las empresas sobre la generación de empleo digno para personas con problemas de salud mental, promoviendo una contratación justa; crear condiciones laborales que rompan con la brecha salarial, en puestos de trabajo cualificados, acordes al conocimiento, capacidad y experiencia de la persona, sin perder de vista la perspectiva de género; evitar la discriminación, el estigma y el paternalismo en el lugar de trabajo, partiendo de órganos de selección capacitados; y dotar a la persona de los apoyos necesarios en el puesto que desempeñe.