Medio Ambiente
El vivero municipal ya está listo para la plantación de flores que llenarán de belleza y color Valladolid
Carnero comprueba la importancia socioeconómica de estas instalaciones puesto quegracias al trabajo desarrollado por los operarios se cuantifica un ahorro anual de 200.000 euros al año
El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, ha visitado, este jueves 9 de mayo, el vivero municipal que ya dispone de 50.000 plantas de temporada preparadas para iniciar la plantación en los próximos días en calles y parques de la ciudad. Las variedades mayoritarias son verbena, geranio y petunia.
Como ha destacado el alcalde, “este año, se pretende tener una mayor homogeneidad en los trabajos y vamos a procurar tener ya plantadas esas 50.000 unidades en todas las zonas de la ciudad antes de finales de mayo”.
Además, en el vivero se prepararán otras 20.000 plantas para la campaña bianual a partir del mes de agosto, de cara a la temporada de otoño invierno con las variedades principales de pensamientos, alhelíes y bellis.
En este sentido Carnero ha agradecido el esfuerzo y el trabajo de todo el personal del recinto y ha añadido que “gracias a la existencia de una máquina enmacetadora se posibilita que todas las plantas se produzcan en las instalaciones del vivero, con un coste muy inferior al de mercado, valorándose un ahorro anual en torno a 80.000euros”.
En el vivero, además de estas flores y plantas ornamentales, se cultiva y se mantiene una reserva de árboles. En este ámbito existen dos tipos de preparación de árboles:
- por un lado, a raíz desnuda, es decir, que se cultivan directamente en la tierra y que solo se pueden trasplantar en la época de otoño-invierno, de los que se producen unas 2.500 unidades destacando las variedades de castaño, fresno y arce.
- por otro lado, los árboles en maceta, aptos para cualquier época del año, de los que se producen en torno a 1.000 unidades de las variedades celtis, arce y tilo.
Importancia del compostaje
Otro de los puntos importantes del vivero municipal es el compostaje. En una superficie de 5.000 m2 donde se producen 2.000 m3 de turba al año con los restos de poda y el césped procedente de los jardines, reutilizando este mantillo en el mantenimiento de los jardines.
Con ello se generando un doble beneficio, por un lado, en materia de sostenibilidad, con el aprovechamiento de la materia orgánica para generar mantillo y, por otro, un considerable ahorro económico, de unos 120.000 euros, puesto que no es necesario comprar dicho mantillo ni tener que procesarlo como residuo en el Centro de Tratamiento de Residuos.
Todo esto es posible en unas instalaciones que ocupan 22.000 m2, con dos invernaderos que aglutinan una superficie total de 1.700 m2 y con el trabajo de 4 empleados en temporada normal, incrementado en una persona más en la época de más trabajo.
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