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¿El cine ha perdido toda su poesía?

Las películas adaptadas a partir de un poemario son inusuales, pero empiezan a emerger, de «Mulan» o «Paterson»

La nueva adaptación en imagen real de "Mulan"
La nueva adaptación en imagen real de "Mulan"larazon

La poesía tiene una cualidad mágica porque articula movimientos en objetos inanimados, hace visible lo invisible, hace audible lo que nadie oye y otorga valor y sentido a lo que nunca tuvo valor antes y no tenía sentido. Si sólo los poetas lo supiesen y dejasen de escribir de una vez sobre emociones que todo el mundo ya conoce y engendros similares. La poesía, por tanto, es al lenguaje, pues eso, la luz, el encuadre perfecto, el detalle, los efectos especiales, los grandes logros, los planos secuencia extáticos y el cine en sus formas más sobre humanas y espectaculares. Sí, la poesía es un arte cinético. Entonces, ¿por qué no hay más adaptaciones cinematográficas de grandes poemas? Sencillamente, porque ya hay un montón, y hay que celebrar cada una de ellas.

Uno de los menos conocidos, pero quizá la más exitosa comercialmente es «Mulan», la balada épica de una guerrera que se hace pasar por un hombre para poder combatir en las dinastías del norte de China en el siglo V. Hua Mulan nació así como poesía épica en el siglo VI y gracias a Guo Maoquian se popularizaron sus aventuras en el siglo XI. De ahí llegó a Disney en 1994 y en 1998 se estrenaba en cines demostrando que en Disney hay poesía y no sólo ratones. Hay tanta poesía que en marzo se estrenará la nueva adaptación en imagen real, y volverán a hacerse de oro. Y dicen que la poesía no es magia... En esta ocasión, Lui Yifey interpretará a la joven guerrera, en una producción que buscará centrarse más en la poesía del movimiento y la épica ensoñadora de la balada y menos en el folclore como la adaptación animada.

Uno de los ejemplos de poemario clásico convertido en gran película es muy reciente. En 2016, Jim Jaramush presentaba «Paterson», que era una película nacida de la inspiración que el libro del mismo nombre escrito por William Carlos Williams le había provocado al director. En la película vemos a un conmovedor Adam Driver que interpeta a un conductor de autobús que escribe poemas en sus pocos tiempos libres. Un día, después de regresar del cine con su mujer, ve asustado cómo su perro se ha comido la libreta donde escribía sus versos. Aquella libreta era como el libro de conjuros que convertía su vida ordinaria en magia, es decir, poesía, y ver cómo un perro podía destruirla de forma tan sencilla le atenaza. La película hace que Adam Driver se encuentre con un hombre leyendo el libro «Paterson», de WIlliam Carlos Williams. Éste le regalará al final un nuevo cuaderno y le invitará a seguir escribiendo, pues lo que le convierte en poeta no es lo que ha escrito, sino todo lo que le queda por escribir.

Pocas veces una película resume la capacidad mágica de la poesía como esta película, con un realismo que se trasciende a si mismo a través de unas meras palabras, que son una especie de abra cadabra que abren todas las puertas. Williams Carlos Williams quería hacer con «Paterson» una especie de cuadro de una ciudad que amplificase hasta el infinito convirtiendo a sus gentes en uno y gran ser humano. Por eso, Adam Driver se llama Paterson, porque confluye en él todo el poema, todo la ciudad, todo el ser humano, es decir, toda la poesía.

Otra de las grandes películas basadas en poemas es «Magnolia», de Paul Thomas Anderson, aunque aquí la lírica se adapta a partir de las canciones de Aimee Mann. A partir de limar el realismo hasta lo grotesco, las canciones era poemas de personas en disolución para ver lo que queda cuando todo se ha perdido. La emocionante lluvia de ranas catártica del final del filem y la canción que todos los personajes cantan es esa imposibilidad que se convierte en inevitable.

La lista, a partir de aquí, incluye desde las múltiples adaptaciones de los textos homéricos al «Beowulf» o «El Cid» pasando por el «Gunga Din», de Kipling, los textos del Dr. Seuss, «Pesadilla antes de Navidad», y, por supuesto, «El Curvo», el poema de Edgar Allan Poe que dio vida Vincent Price.