Independentismo

El independentismo impulsa una escuela de verano para diseñar un ejército catalán

Expertos advierten de que estas actividades podrían encuadrarse en el “ámbito paramilitar”

Imagen de archivo de una manifestación independentista
Imagen de archivo de una manifestación independentistaJUAN MEDINAEFE

Con mayor o menor intensidad, el independentismo ha sondeado recurrentemente la posibilidad de tener un ejército a lo largo del “procés”. Algunas veces con resultado estrepitoso, como cuando, a mediados de 2014, la Asamblea Nacional Catalana publicó un documento en el que recogía cómo diseñar una Armada y, ante el revuelo que originó, la organización separatista –entonces liderada por Carme Forcadell- se vio obligada a desvincularse de la sectorial de Defensa y rebautizarla como Societat d’Estudis Militars -nombre inspirado en la organización catalanista paramilitar de 1924-.

La SEM tomó el testigo y, desde entonces, elaboró sendos documentos sobre cómo crear las fuerzas terrestre y área y ha ido publicando informes y notas de opinión -entre otras, por ejemplo, sobre la “vía eslovena” promovida por Quim Torra para la independencia de Cataluña-, además de celebrar seminarios o conferencias. Ahora, en un contexto en el que el Ejército español ha tomado un gran protagonismo en la crisis del coronavirus y se ha granjeado una enorme simpatía -también en Cataluña pese a las arremetidas iniciales de Torra y su Govern-, la SEM se ha activado para tratar de retomar el debate en torno a la creación de un ejército catalán.

Así, está organizando su primera escuela de verano en el Montseny –una zona que se encuentra a 60 kilómetros de Barcelona, aunque el lugar concreto está aún por determinar-, que se celebrará entre el 14 y el 16 de agosto. El programa incluye diferentes apartados: el ejército de Cataluña 1936-37, la Escuela de Guerra de Pins del Vallès (el nombre que tomó Sant Cugat del Vallés durante la Guerra Civil), y la Comisión de Industrias de Guerra; Teoría de la Guerra; Escenarios geopolíticos de presente y de futuro: Cataluña en el mundo año 2020, año 2050 y más allá; viejas y nuevas amenazas, el concepto de seguridad nacional; propuestas geoestratégicas y doctrinales para una Cataluña independiente; propuestas de dimensionamiento de las fuerzas naval, aérea y terrestre; servicios de inteligencia y el dominio “ciber”; aspectos socioculturales de la creación de unas fuerzas de defensa en un nuevo Estado; y, taller de wargaming.

El precio de inscripción a la escuela de verano será de 70 euros para los asociados a la SEM y 120 euros para los no asociados. Las pernoctaciones y comidas van incluidas.

Lo cierto es que expertos en la materia consultados por este diario advierten que este tipo de actividades podrían encuadrarse en el “ámbito paramilitar” ya que se está promoviendo la creación de un nuevo ejército al margen del español. “Puede ser delito porque estás hablando de otro ejército”, aseguran, aunque ven sin problemas otros contenidos en los que se aborda la “información y cultura de defensa”. “Está prohibida la instrucción paramilitar en los países de la Unión Europea y de la OTAN”, precisan.

La presencia de las Fuerzas Armadas en Cataluña durante la crisis del coronavirus generó un inicial rechazo de los dirigentes independentistas, pero la crítica situación ha obligado a cambiar la postura. Las peticiones de ayuda de los ayuntamientos se fueron multiplicando y, al final, el propio Govern también se vio empujado a rectificar y solicitar socorro para labores, sobre todo, de desinfección de residencias.

Los propios expertos recuerdan la falta de fundamento e “ignorancia” que ha reflejado el independentismo con sus críticas sobre el uso del Ejército en esta crisis. Y es que, como explican, los militares tienen una mucha “efectividad” para este tipo de labores de desinfección ya que en las academias también son instruidos en guerras NBQ –nuclear, bacteriológica y química-.

En todo caso, los militares han tenido una gran acogida en toda Cataluña, donde también ha fracasado algún tímido llamamiento a protestar de algunos independentistas radicales. Por ejemplo, en el barrio de Gràcia, Arran promovió caceroladas por la presencia del Ejército para desinfectar una residencia y no tuvo ningún seguimiento.

Las Fuerzas Armadas han desarrollado múltiples actividades en Cataluña y están tratando de ayudar en todo lo posible, como con la recogida de alimentos para repartir en las parroquias ante la situación de crisis.