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La Fiscalía pide 18 años para siete radicales independentistas por agredir a seguidores de Vox

El Ministerio Público les acusa de desórdenes públicos, lesiones, tenencia ilícita de armas y ultraje a España

Manifestación convocada por Vox en Barcelona en marzo de 2019
Manifestación convocada por Vox en Barcelona en marzo de 2019larazon

La Fiscalía pide penas de entre ocho y 18 años de cárcel y la prohibición de acudir a protestas durante cinco años para siete manifestantes acusados de provocar disturbios en una movilización contra un acto de Vox en Barcelona, y de dar una paliza a dos simpatizantes del partido que acudían al mitin.

En su escrito de calificación, el Ministerio Público acusa a los manifestantes de los delitos de desórdenes públicos, lesiones, tenencia ilícita de armas, ultraje a España y también atentado a la autoridad, por haber lanzado supuestamente botellas de vidrio, cohetes y material de construcción contra la línea policial que les impedía acercarse al mitin de Vox.

Los incidentes ocurrieron en una protesta que la CUP, su rama juvenil Arran, la Plataforma Antifascista y grupos de CDR convocaron contra la celebración de un acto de Vox en la plaza de Espanya de Barcelona en marzo del año pasado, que se saldó con dos simpatizantes del partido que lidera Santiago Abascal heridos tras ser golpeados, a puñetazos y patadas, por un grupo de manifestantes.

Según mantiene la Fiscalía, los manifestantes, algunos con el rostro tapado y que enarbolaban pancartas con lemas como “No pasarán”, se concentraron junto a una zona de la calle Tarragona que estaba en obras y, desde allí, aprovecharon para “agredir y acosar a personas aisladas” que se dirigían al acto de Vox, por lo que éstas tuvieron que ser custodiadas por los Mossos d’Esquadra.

El ministerio sostiene que un grupo que ejercía “funciones de liderazgo” en la protesta, entre los que se encontraban los acusados y varios menores de edad, cortaron el tráfico y emprendieron una “acción vandálica descontrolada”, con una “clara actitud beligerante y agresiva” hacia los agentes desplegados.

Para ello, añade la Fiscalía, los concentrados se hicieron con “piezas de pavimento, peanas de cemento, vallas metálicas, palés de madera y contenedores”, a los que prendieron fuego en la calle, al tiempo que rompían grandes piezas de hormigón y ladrillos para tener material con el que atacar a la policía.

Los acusados arrojaron contra la línea policial esos fragmentos de material de construcción, así como huevos, botellas de vidrio, señales de tráfico o bengalas, mientras uno de ellos prendía fuego a una bandera de España “como expresión gráfica de su voluntad de ofender a la nación”, según el fiscal.

En medio de los disturbios, un grupo de manifestantes que no han podido ser identificados lanzaron además tres cohetes “entre aplausos y pitidos de aprobación” de los concentrados: uno explotó cerca de la azotea del centro comercial Las Arenas, otro pasó “muy cerca” de personas ajenas a la protesta y un tercero estalló en la línea policial, sin alcanzar a ningún agente, añade el escrito.

Aprovechando esa “situación de caos”, prosigue la Fiscalía, cinco de los acusados de desplazaron al barrio de Sants, donde siguieron cruzando contenedores, atacando a la policía y prendiendo fuego a una hoguera a modo de barricada.

En ese momento, cruzaron la zona dos personas que se dirigían al mitin de Vox, con camisetas con lemas exigiendo la derogación de la ley de violencia de género, y que fueron insultadas e increpadas por los concentrados.

Varios de los acusados, con el rostro cubierto y aprovechando la “ventaja que les confería su superioridad numérica”, sostiene el Ministerio Público, se dirigieron como una auténtica “masa de acoso” contra ese grupo de simpatizantes de Vox. Mientras uno de los acusados rociaba a un simpatizante con un espray que le dejó sin visión, otro le propinaba porrazos con una defensa extensible que llevaba, según el Ministerio Público.

A su acompañante, también le golpearon “de forma indiscriminada” hasta derribarlo y, una vez en el suelo, siguieron propinándole patadas y puñetazos en la cabeza y el cuerpo, agresión que según la Fiscalía no fue a más debido a la rápida intervención policial.