Análisis

La investidura sigue lejos con la sombra del 13 de julio

La CUP media tras la ruptura entre JxCat y Esquerra para tratar de lograr un acuerdo “in extremis” ante el peligro de una repetición electoral en pleno verano. Los escollos siguen siendo de calado

Los negociadores de la Cup, Eulàlia Reguant; de ERC, Marta Vilalta; y de JxCat, Francesc de Dalmases, en los pasillos del Parlament
Los negociadores de la Cup, Eulàlia Reguant; de ERC, Marta Vilalta; y de JxCat, Francesc de Dalmases, en los pasillos del ParlamentToni AlbirEFE

«Vamos con el objetivo de evitar unas elecciones que no quiere nadie». Así justificaban ayer por la mañana desde Esquerra su presencia en la cumbre a tres con la CUP y JxCat en el Parlament después de haber roto relaciones con los posconvergentes el pasado fin de semana. Un encuentro improvisado en la cámara y auspiciado por la CUP, una formación de alma antisistema, que presume de haber dado el salto a la política para impulsar un «embate» contra el Estado y liderar de abajo a arriba un cambio radical en las instituciones. Clave en los momentos cumbre del «procés» –véase el «no» a Artur Mas que acabó con Carles Puigdemont en el Palau de la Generalitat– ahora media para tratar de recomponer el divorcio entre JxCat y Esquerra y evitar elecciones con un Ejecutivo independentista.

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¿Con qué apoyos cuenta Aragonès en plena cuenta atrás?

ERC tiene a día de hoy los nueve diputados de la CUP tras el preacuerdo firmado y necesita sí o sí del concurso del partido de Puigdemont para la investidura. Su apuesta es un Govern en solitario, un escenario que JxCat no quiere y pide un Ejecutivo de coalición. La mayoría híbrida de izquierdas con el PSC está descartada: los propios republicanos han asegurado preferir ir a elecciones que pactar con Illa.

¿Qué escollos hay entre ERC y JxCat?

El principal escollo sigue siendo el Consell per la República, el mando del «procés» que JxCat exige para Carles Puigdemont desde Waterloo y a través de su entidad privada. Es decir, seguir pilotando el relato, el rumbo y la hoja de ruta del independentismo pese a no presidir la Generalitat. ERC rechaza de plano la idea y avisa de que Aragonès no puede aceptar «tutelas» externas desde el Govern.

¿Qué puntos pactaron en el acuerdo de mínimos JxCat, ERC y CUP?

Tras la cumbre, las tres formaciones emitieron un comunicado escueto y sin concreciones, que plantea impulsar un «gran Acuerdo Nacional por la Autodeterminación» y un «espacio para el debate de la estrategia independentista más allá de la gobernabilidad». Pese a todo, el pacto final sigue lejos. Y es que el redactado es inconcluso y deja margen para que cada partido defienda su posicionamiento. La voluntad del independentismo es reconducir las relaciones tras la ruptura entre posconvergentes y republicanos para seguir negociando en plena cuenta atrás.

¿Cuándo termina este plazo límite y cómo quedarían los comicios?

El plazo para llegar a un acuerdo y tener president y Govern termina el 26 de mayo, dentro de 13 días. De no haber pacto, la cámara se disolvería y las elecciones quedarían convocadas de forma automática en un decreto firmado por el propio Aragonès como líder en funciones del Ejecutivo. Como Cataluña no tiene una normativa propia, se aplicaría la reforma de la Ley Electoral impulsada en 2016 para acortar trámites y plazos y los comicios se celebrarían 47 días después, en concreto el 13 de julio.

¿Cuándo empezaría la campaña?

Según este calendario, la campaña sería de ocho días y empezaría el primer domingo de julio, el día 4. Los partidos temen un importante aumento de la abstención en pleno verano, coincidiendo con la desescalada, el año de fatiga pandémica y el hartazgo político derivado del bloqueo: el Govern lleva en funciones desde octubre y ha gestionado entre reproches las sucesivas olas del coronavirus, la campaña de vacunación y la crisis.

¿Qué ecos tiene el 4-M?

El independentismo observa con recelo la victoria de Ayuso y teme que las recientes elecciones a la Comunidad de Madrid afecten directamente a las negociaciones para la investidura y el Govern: los posconvergentes aprovechan la victoria de la derecha en Madrid para alimentar la desconfianza con la mesa de diálogo de los republicanos.

¿Y la carpeta de los indultos?

El Supremo tiene que dar a conocer su informe –no vinculante– sobre los indultos. Entonces, la carpeta estará ya encima de la mesa del Gobierno de Sánchez. Esta semana, el presidente de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, ha presionado al asegurar que la decisión llegará «antes de verano».