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Sonoro batacazo del independentismo en la calle: 3.000 personas en la manifestación final del 1-O

La movilización debía ser el culmen de un nuevo otoño caliente que ha terminado con escaso apoyo y afluencia

Manifestación previa en la Diagonal de Barcelona este domingo por la mañana STRINGERREUTERS

Manifestación independentista de mínimos para conmemorar el cuarto aniversario del referéndum ilegal del 1-O. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) y el sindicato Intersindical-CSC apenas han logrado reunir a 3.000 personas -según la Guardia Urbana, que en un inicio ha cifrado la asistencia a la marcha previa en 1.200- en el acto final para recordar la huelga del 3-O, el culmen de un nuevo otoño caliente que termina con un fuerte pinchazo. Sea como fuere, la cifra total queda muy lejos de la afluencia de años atrás, antes de la pandemia.

La protesta ha cortado la zona centro de la Diagonal de Barcelona prácticamente toda la mañana de este domingo: los manifestantes han empezado la marcha hacia las 11 desde la plaza Francesc Macià y se han dirigido hacia la plaza Cinc d’Oros (ex Juan Carlos I) por la avenida para celebrar el acto de clausura bajo el lema ‘Lluitem i guanyem la independència’ (‘Luchemos y ganemos la independencia’). A la protesta se han acercado la presidenta del Parlament, Laura Borràs; los exconsellers Josep Rull y Jordi Turull, y la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie. Poca afluencia política para una cita clave del independentismo en la calle.

El precedente más cercano exceptuando 2020, el año de la pandemia, es hace dos: en 2019 y justo antes de la sentencia del “procés”, las entidades congregaron a 18.000 personas en la manifestación de Barcelona, también según la Urbana. Este domingo han sido 3.000, menos de una cuarta parte.

Pese al batacazo, la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, no ha dudado en cargar contra la estrategia del Govern de Pere Aragonès, ausente a la cita. Ha arremetido contra las propuestas “pactistas” que solo han llevado a “derrotas en la historia de Cataluña”, ha asegurado que en el referéndum ilegal del 1-O las fuerzas de “ruptura” se impusieron a las “pactistas”, y ha dicho que ambas jornadas, el 1 y el 3, fueron la demostración de que se puede “controlar el territorio”.

“No tengamos miedo de nuestra propia fuerza. Sepamos reconocer nuestras victorias”, ha apuntado la presidenta de la ANC, quien ha advertido de que la “fuerza” de aquellas jornadas se “perdió” esperando una negociación con el Estado.

Con esta marcha, la entidad culmina tres días de protestas y movilizaciones con escaso apoyo si se compara con las masivas manifestaciones de otros años. Y es que, vistas las concentraciones en su globalidad, el batacazo es evidente: la entidad organizó este sábado tres marchas distintas en Girona, Tarragona y Lleida de varios kilómetros de recorrido, y ninguna ni se acercó a la afluencia de público de 2019, el año anterior a la pandemia.

La gerundense fue la mayoritaria con cerca de 7.000 personas según la organización, cuando dos años atrás –y en vísperas de la sentencia del «procés»– esta cifra rebasó los 12.000 asistentes en la cita en Girona. Las otras apenas sumaron medio millar de manifestantes, a lo que hay que sumar el perfil bajo de los actos del viernes 1-O, salvo las algaradas de última hora de los CDR y el acoso contra la Policía y los Mossos.

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