"Procés"

El 1-O evidencia la desmovilización del independentismo

Pinchazo en las marchas de la ANC, con casi la mitad de afluencia que en 2019. Este domingo la cita es en Barcelona, donde las entidades pondrán el foco en Puigdemont 24 horas antes de su vista

Marcha independentista este sábado convocada por la ANC con la participación del expresident Quim Torra, con salida en Sant Julià de Ramis y destino en Aiguaviva
Marcha independentista este sábado convocada por la ANC con la participación del expresident Quim Torra, con salida en Sant Julià de Ramis y destino en AiguavivaDavid BorratEFE

El 1-O ha servido para evidenciar la desmovilización del independentismo, incapaz de acercarse a cifras de antaño en el cuarto aniversario del referéndum ilegal. Ni la Assemblea Nacional Catalana (ANC), la gran dominadora de la calle en la última década, ha logrado agitar de nuevo un movimiento desnortado por la pugna política entre ERC y Junts.

El objetivo inicial de este otoño era recuperar el pulso de las bases, y vistas las concentraciones de ayer el pinchazo es evidente: la entidad ha organizado este sábado tres marchas distintas en Girona, Tarragona y Lleida de varios kilómetros de recorrido, y ninguna ni se ha acercado a la afluencia de público de 2019, el año anterior a la pandemia. La gerundense ha sido la mayoritaria con cerca de 7.000 personas según la organización, cuando dos años atrás –y en vísperas de la sentencia del «procés»– esta cifra rebasó los 12.000 asistentes en la cita en Girona.

Y eso que la ANC ha querido dar una fuerte carga simbólica a la protesta, que partió desde Sant Julià de Ramis, el pueblo donde tenía su domicilio Carles Puigdemont y tenía previsto votar en el referéndum ilegal de 2017, y también pasó por la capital gerundense, uno de los bastiones del independentismo social y político.

Tampoco en las otras marchas ha habido una afluencia destacada, con tramos en los que había medio millar de manifestantes pese a coincidir en fin de semana. Los dirigentes de los distintos partidos no participaron -sí lo hicieron los alcaldes independentistas de la zona- y sólo se ha acercado el expresident de la Generalitat Quim Torra. Una desmovilización notoria que dista mucho de los momentos álgidos del «procés» a la que hay que sumar el perfil bajo de los actos del viernes 1-O, salvo las algaradas de última hora de los CDR y el acoso contra la Policía y los Mossos.

Pese a querer poner el acento en la participación, la propia presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, ha alertado precisamente al independentismo contra el peligro de desmovilización y contra la «pseudonormalidad», un discurso que repite e los últimos meses a raíz de las disputas entre partidos y la nueva etapa de negociación entre Esquerra y el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos. De hecho y a pesar del pinchazo del 1-O, Paluzie no ha dudado en volver a exigir a los partidos la declaración unilateral de independencia, una clara enmienda a la estrategia del Govern de Pere Aragonès a favor de la negociación y el pacto con la mesa de diálogo en el centro de su hoja de ruta.

Este domingo, la cita es en Barcelona con una manifestación a lo largo de la avenida Diagonal que culminará con un acto político en el centro de la capital catalana. Un cónclave en el que sí está previsto que participen las distintas formaciones del independentismo. Sin embargo, el objetivo de las entidades –en especial de Consell per la República– es poner en el foco en Carles Puigdemont y cargar contra el Estado en vísperas de su declaración en Cerdeña.