Medicina

Un estudio identifica un posible biomarcador para poder hacer medicina personalizada a pacientes con migraña

Los niveles de proteína CGRP en saliva podrían facilitar el diagnóstico de la enfermedad e indicar el tratamiento más adecuado a seguir

El Hospital Mesa del Castillo se implica en dar una solución eficaz a las migrañas, que sufren 2 de cada 10 murcianos
Las mujeres con migraña tienen niveles más elevados de la proteína CGRPlarazonHOSPITAL MESA DEL CASTILLO

La migraña, que afecta especialmente a las mujeres, es una enfermedad que a día de hoy se diagnostica por criterios clínicos en función de lo que explique el paciente, ya que no existe un biomarcador que permita su diagnóstico de una forma objetiva, como tampoco es posible personalizar el tratamiento, que actualmente se define de forma empírica, es decir, probando alternativas hasta dar con la que mejores resultados ofrezca al paciente.

Sin embargo, gracias a un estudio novedoso desarrollado por investigadores de grupo de Cefalea y Dolor Neurológico de Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) esta realidad podría cambiar a corto plazo. Se conoce que durante un ataque de migraña, se liberan diversas sustancias que se asocian al dolor y entre ellas figura una proteína, la CGRP, que se usa como diana terapéutica, bloqueándola con fármacos, aunque esta terapia no siempre es eficaz. Ahora, gracias a los resultados de este trabajo, dicha molécula podría ser un biomarcador eficaz para el diagnóstico de la enfermedad y además permitiría llevar a cabo una medicina personalizada.

Partiendo de estos conocimientos, los investigadores pusieron en marcha el estudio en el que participaron 22 mujeres con migraña y otras tantas sanas, todas ellas de entre los 18 y los 65 años. A todas se les realizó un análisis de sangre de inicio y se les pidió que cogieran una muestra de saliva diaria durante 30 días. También se solicitó a las mujeres con migraña que cogieran muestra de saliva al inicio de un ataque, dos horas después y ocho horas después y finalmente se pudieron recopilar muestras de 49 ataques de migraña.

Con todo este material, se analizaron los niveles de la molécula CGRP en todas las muestras para comprobar, en primer lugar, que “esos niveles eran mucho más elevados en las mujeres con migraña que en las mujeres del grupo de control”, de hecho prácticamente se duplicaban, y, en segundo lugar, que “éstos aumentaban durante el ataque de migraña y volvían a disminuir pasado este episodio”, explica la doctora Alicia Alpuente, especialista del Servicio de Neurología del Hospital Vall d’Hebron e investigadora del grupo de Cefalea y Dolor Neurológico del VHIR.

Sin embargo, estos cambios de los niveles de la proteína durante un ataque de migraña no se veían de forma evidente en todos los casos. Así, mientras en el 79,6% sí sucedía así por tratarse de ataques dependientes de CGRP, en un 20,4% éstos no dependían de la proteína, lo que permitió clasificar a las pacientes en tres categorías: 13 de ellas solo tenían ataques dependientes de CGRP, tres solo ataques no dependientes y seis de ellas presentaban ambos tipos de ataques.

En definitiva, tal y como pone de relieve la doctora Alpuente, “con este estudio podemos obtener un biomarcador objetivo de migraña, cuando en la actualidad ésta solo se diagnostica mediante unos criterios clínicos, y además, en función de los niveles de esta proteína que tenga cada paciente, podemos llevar a cabo una medicina personalizada, adecuando el mejor tratamiento a cada caso”. Por ejemplo, “una hipótesis sería que las personas que tienen esta molécula más elevada, quizá podrían responder mejor a unos tratamientos nuevos y específicos para prevenir la migraña, que consisten en anticuerpos monoclonales, que bloquean esta molécula”.

Además, cabría señalar que el estudio reveló también que las muestras de saliva no solo permiten medir los niveles de CGRP recurriendo a una técnica sencilla y no invasiva, que, a diferencia de la analítica de sangre, permite monitorizar la migraña a lo largo del tiempo ya que dichas muestras se pueden conseguir de forma repetida con facilidad, sino que además son más efectivas que las de sangre. Y es que durante el estudio se observó que las diferencias en los niveles de CGRP de las participantes no eran evidentes en el plasma sanguíneo, lo que refuerza el uso de la saliva para su medición.