Investigación

Hallan una estrategia que, en ratones, logra que la inmunoterapia sea eficaz en cáncer de mama

Ésta consiste en conseguir que todas las células tumorales, incluso aquellas que son invisibles al sistema inmune, presenten antígenos que permitan a las células inmunes identificarlas como nocivas y, en consecuencia, las ataque para así poder acabar con el tumor

El estudio ha puesto de manifiesto que hay unas células tumorales que logran apagar el mecanismo por el que se presentan los antígenos que permiten al sistema inmunológico identificarlas
El estudio ha puesto de manifiesto que hay unas células tumorales que logran apagar el mecanismo por el que se presentan los antígenos que permiten al sistema inmunológico identificarlasServicio Ilustrado (Automático)JUNTA DE ANDALUCÍA

La inmunoterapia se ha convertido en los últimos años en un tratamiento con un gran potencial en el ámbito de la oncología, sin embargo esta terapia ha demostrado una respuesta muy modesta en el abordaje terapéutico del cáncer de mama triple negativo, un subtipo que, pese a que solo represente el 15% de los casos, es uno de los que tiene una progresión más rápida y además afecta principalmente a pacientes jóvenes.

“Con la inmunoterapia la respuesta que se consigue es solo una mejora de meses en progresión libre de enfermedad, entre 2 y 4 meses”, señala el doctor Toni Celià-Terrassa, coordinador de Grupo de Células madre cancerosas y dinámicas de metástasis del Instituto del Mar de Investigaciones Médicas, quien al respecto señala que es muy importante llegar a mejorar esa respuesta, porque “por un lado ésta es un terapia muy prometedora en todos los tipos de cáncer, y en cáncer de mama triple negativo se le ha de encontrar un espacio para que funcione porque, a día de hoy, hay pocas opciones en las pacientes avanzadas y ésta sería muy buena opción por lo que se ha podido ver en otros tipos de tumores, en los que se ha comprobado que funciona muy bien y a largo plazo”.

En este contexto, se puso en marcha un estudio desarrollado en el Programa de Cáncer del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas por el Laboratorio de Células Madre Cancerosas y Dinámicas de Metástasis y el Laboratorio de Terapia Molecular del Cáncer, ambos del Hospital del Mar, con la participación de centros internacionales, para descubrir el motivo de esos resultados modestos de la inmunoterapia y éste ha puesto de manifiesto que, tal y como explica el doctor Celià- Terrassa, “en cáncer de mama triple negativo, hay una subpoblación de células tumorales, que se conoce como células madre, que se hace invisible al sistema inmune al apagar el factor LCOR, el cual regula todos los componentes necesarios para que las células presenten antígenos, de manera que, de este modo, suprime toda la maquinaria de presentar antígenos, que son reconocidos como extraños por el sistema inmune y son las moléculas que permiten al sistema inmunitario diferenciar a las células tumorales de las normales y atacar a las primeras”.

Así pues, “por mucho que se introduzca una inmunoterapia y por muy activa que esté la célula inmune, si se apaga el factor LCOR, ésta no es capaz de reconocer la célula tumoral, por lo que no la podrá eliminar”. En este contexto, destaca el doctor, “es muy relevante el haber identificado que dentro del tumor hay una heterogeneidad de células, de las cuales muchas son visibles, pero una pequeña población, que representa entre el 5% y el 10% de toda la población tumoral, es invisible y son las que llamamos células madres cancerosas, que ya de por sí son más agresivas y, además, con este mecanismo, adquieren una propiedad nueva, que es la invisibilidad en frente del sistema inmune”. “En el estudio con modelos preclínicos, hemos visto que estas células son las que luego llevan a la resistencia ante la inmunoterapia, que es capaz de eliminar el resto de células pero éstas, que son invisibles, sobreviven y, al cabo del tiempo, son las que vuelven a recurrir en forma de tumor”.

Así pues, para conseguir que la inmunoterapia pueda ser efectiva en estos tumores es necesario que se active esta maquinaria de presentación de los neoantígenos extraños en todas las células tumorales para que así el sistema inmunitario las pueda reconocer. En este sentido, en este estudio también se ha visto que “hay que introducir este factor LCOR para que se exprese en todas las células, en las que ya lo expresaban y en las células madre cancerosas, y así hacer que todas ellas sean visibles”, comenta el doctor para continuación indicar que “haciendo eso se consigue que la inmunoterapia sea capaz de reconocer todas las células y eliminar el tumor con un éxito del 100% en modelos de ratón”.

Para lograr introducir ese factor LCOR, los investigadores han recurrido a la técnica del RNA mensajero que se ha usado también para hacer frente a la COVID. “Se introduce ese RNA mensajero en vesículas biológicas, que producen las mismas células y que pueden llevar contenido biológico. A partir de ahí, administramos estas nanovesículas vía intravenosa, en este caso a los ratones, las cuales llegan al tumor, donde la proteína se expresa y es entonces cuando hacemos la combinación con inmunoterapia para acabar con el tumor”, explica al respecto Celià-Terrassa.

Tras los buenos resultados de esta investigación con modelos preclínicos, el siguiente paso ahora es mejorar, pulir, esa estrategia, comprobar qué posibles daños colaterales pudiera tener en otros tejidos y qué efectos secundarios pudiera generar en modelos animales y, tras la comprobación, en unos años se llevaría a un ensayo clínico. En cualquier caso, tal y como indica el doctor, “esta estrategia es posible que se pudiera aplicar en otros subtipos de cáncer de mama con buenos resultados” y, dado que el concepto es aplicable seguramente a otros tipos de tumores, se va a estudiar como funciona en otros campos de la oncología. “Solo hay que ver que el LCOR pueda funcionar y accionar lo mismo en los diferentes tipos de tumor, pero conceptualmente tendría sentido que funcionara en cualquier tipo”, concluye.