Dia Mundial del Niño Prematuro

“Necesitamos bajar la discapacidad asociada a la prematuridad”

La tasa de prematuridad va en aumento y ya se sitúa en el 9%. Pese a que se ha logrado mejorar de forma significativa la supervivencia de estos neonatos, entre un 5% y un 15% de los bebés prematuros sigue teniendo algún tipo de secuela, que acarrea una gran carga y de larga duración

Un bebé nacido prematuro, atendido en un hospital italiano
Un bebé nacido prematuro, atendido en un hospital italianolarazon

El incremento de los partos múltiples o unas madres más añosas son dos de los factores que han contribuido al aumento de la tasa de prematuridad en los últimos años, que actualmente, en España, se sitúa entre el 7% y el 9%. De hecho, en lo relativo a los nacimientos de grandes prematuros, es decir los nacidos antes de la semana 32 de gestación, el incremento ha sido del 200,4% en los últimos 20 años.

Afortunadamente, esta tendencia ha ido acompañada de una serie de estrategias en el tratamiento y cuidado de estos neonatos, como la administración de sulfactante durante el embarazo para potenciar la maduración de los pulmones del feto, la promoción del piel con piel entre el recién nacido prematuro y sus padres o la indicación de corticoides a la gestante, que han permitido mejorar de forma significativa la supervivencia de los bebés prematuros, que son aquellos que han nacido antes de la semana 37 de gestación.

En este sentido, Juan Arnáez, neonatólogo en el Hospital Universitario de Burgos dedicado al área de Neurología Neonatal y director de la Fundación NeNe, recuerda que “antes prácticamente no sobrevivía ningún gran prematuro y ahora, la tasa de supervivencia entre los nacidos en la semana 25 o 26 de gestación está por encima del 80%”. El problema ahora, tal y como indica Arnáez, es que, si bien se logran salvar más vidas, “hay una gran discapacidad asociada a la prematuridad”.

Es por ello que, actualmente, en este ámbito, el foco está puesto en buscar una supervivencia del bebé prematuro libre de secuelas. Al respecto, el neonatólogo recuerda que “esas secuelas se producen a consecuencia, principalmente, de una afectación en el desarrollo neurológico del bebé y engloban lo motor, el aprendizaje y la conducta”.

Secuelas con una gran carga muy larga

Y si bien, “hace unos años, lo más dramático estaba relacionado con lo motor, hoy en día las lesiones en esta esfera no son tan graves, gracias, básicamente, a una mejora en el manejo obstetricio, ya que ahora los partos se atienden mejor; en la reanimación, puesto que, entre otras cosas, ya apenas se recurre al oxígeno para asistir al bebé; y en el manejo neonatal, con los cuidados que rodean al prematuro durante las primeras horas o días de vida”. Sin embargo, ahora han ganado peso las secuelas a nivel conductual y del aprendizaje, de manera que hablamos de niños con dificultades en la gestión emocional, en la forma de relacionarse con los otros o de enfrentarse a los desafíos de la vida, niños con problemas de comportamiento...

Se está investigando mucho al respecto y parece que éstas dificultades están muy relacionadas con el hecho de que el prematuro debe completar su desarrollo fuera del ambiente óptimo para ello, que es el del útero, y eso hace que, al estar fuera del vientre materno, esté expuesto a agresiones como el ruido o la luz, el no poder estar en contacto piel con piel con la madre... que tienen un impacto negativo en el desarrollo de las conexiones cerebrales. Es por este motivo que, en los último años, se está poniendo el foco, ya no tanto en la lesión típica del bebé prematuro, como es el sangrado cerebral, sino en minimizar todas aquellas agresiones externas que puedan afectar a su desarrollo neurológico con cuidados o acciones como protegerles del ruido y la luz, fomentar el método canguro, posicionar al bebé de una forma concreta en la incubadora...

En cualquier caso, en la actualidad, entre un 5% y un 15% de los bebés prematuros siguen teniendo algún tipo de secuela, ya sea motora, sensorial, del aprendizaje, conductual..., lo cual repercute significativamente en el sistema. “Las discapacidades de estos niños no solo tienen repercusiones para ellos mismos, sino que suponen una carga altísima, tanto para los padres, las familias, como para las escuelas o equipos multidisciplinares de fisioterapeuta, logopeda..., ya que son niños que van a necesitar apoyo, y además esa carga es también larguísima porque son individuos que tienen toda la vida por delante”, explica Arnáez.

Falta apoyo a la investigación

Es por ello, que desde la Fundación NeNe reclaman más apoyo de la administración a la investigación en Neonatología y, concretamente, en el campo de la prematuridad. “Necesitamos bajar la discapacidad asociada a la prematuridad, pero en España no tenemos ninguna estrategia de salud dirigida al bebé prematuro, para lo cual es necesario saber y no es posible saber sin investigar”, denuncia Arnáez, quien señala que “en países de nuestro entorno sí que existen políticas de estas características, como en Inglaterra, donde hay una estrategia puesta en marcha con mucho dinero y destinada a disminuir el daño cerebral adquirido, mucho del cual surge desde el nacimiento y el bebé prematuro”.

Es decir que es necesario investigar para recabar la suficiente evidencia científica para poder diseñar e implementar estrategias de salud, pero, en este sentido, cabe recordar que de los 634 proyectos de investigación en salud que el año pasado financió el Instituto de Salud Carlos II, solo 57 (9%) pertenecían al campo de la pediatría y menos del 2% al de neonatología.

Sobre este hecho, Arnáez comenta que “hay muy pocos proyectos de investigación dirigidos al bebé prematuro y no porque los profesionales no queramos o no tengamos interés en ello, sino porque no es fácil tener ese apoyo de las administraciones para desarrollarla y eso no se entiende, porque hay un beneficio objetivado en la reducción de la discapacidad asociada al bebé prematuro”.

“Sin investigación es imposible mejorar de la asistencia”, subraya el neonatólogo, quien reclama “soporte institucional para poder tener tiempo para hacer investigación y no solo para hacer asistencia, para poder sufragar los proyectos de investigación, para homogeneizar la asistencia en España” y para crear una red de investigación gracias a la cual se podría se podría garantizar el numero de pacientes adecuado para los estudios y compartir conocimientos.