Memoria histórica
La tumba de Josep Suñol está perdida para siempre
La búsqueda de los restos de quien fuera presidente del F. C. Barcelona concluyó el pasado sábado en Guadarrama sin que se haya podido localizar la fosa donde reposa
No ha podido ser. Era la última esperanza para por fin aclarar uno de los grandes enigmas de la contienda en agosto de 1936. El pasado sábado, el equipo liderado por Luis Avial concluía la búsqueda de uno de los desaparecidos más conocidos de la Guerra Civil, Josep Suñol, quien fuera diputado en las Cortes por Esquerra Republicana y, especialmente, presidente del F. C. Barcelona. «Desgraciadamente no está. Hemos encontrado casquillos y dos bombas explosionadas de la Guerra Civil, pero no hay ningún rastro de Suñol a unos quince metros de la casilla en la que lo mataron. Ahora sí que doy por concluido este asunto porque no hay más puntos que se puedan revisar. Quedaba este lugar, pero ya no hay más testimonios, ni datos, ni posibilidad porque ya lo que queda es donde se encuentra el edificio del Hospital Militar de Guadarrama y que tiene dos plantas de sótano. Por lo tanto, obviamente, entiendo que esa fosa desapareció durante las obras de este centro», asegura Luis Avial en declaraciones a este diario.
El equipo de Avial revisó a principios de este mes la zona del jardín del hospital, apareciendo también restos de artillería, balas y otros materiales. Quedaba un muro cercano a la carretera y a muy pocos metros del hospital. «Hemos tenido que usar maquinaria especial en un espacio delicado. El Barça nos dijo que adelante y eso hicimos en una línea de quince metros de largo y dos metros de profundidad en una zona en la que se había detectado una anomalía interesante. El resultado es negativo y no hay cuerpos. No hay más puntos que revisar», añadió el especialista quien ha trabajado con geofísicos y arqueólogos.
El hospital que cita Avial es la actual residencia militar de Guadarrama. Se desconocen los detalles de la historia de la construcción del edificio, pero parece evidente, a raíz de la investigación que se ha llevado a cabo en las últimas semanas, que la tumba del que se ha definido como presidente mártir del Barça, habría estado allí. Especulando, es muy posible que los trabajadores de la obra no vacilaran en desprenderse de los restos humanos para poder seguir con los trabajos relacionados con la edificación de un centro que hoy sigue en activo.
La búsqueda, que contaba con el apoyo de la junta directiva de Joan Laporta, también tenía el respaldo de los herederos del hijo de Suñol, fallecido en 2019 a los 92 años. Antes de morir, Josep Suñol hijo había incluso dejado ADN suyo para que se pudiera cotejar con el de su padre si aparecían los restos. Por desgracia, no podrá ser.
Los trabajos en Guadarrama habían sido precedidos de cierta polémica. El equipo de Avial, con el respaldo del Barça, pidió permiso a la Comunidad de Madrid para excavar en ese terreno y buscar el cuerpo de Josep Suñol. La actual ley de Memoria Histórica establece que esto es competencia de las comunidades autónomas. El 8 de septiembre el gobierno de Isabel Díaz Ayuso no puso impedimento alguno y autorizó la petición.
Sin embargo, pese a las buenas intenciones, el Ministerio de Defensa, propietario de los terrenos, prohibió la llegada de los técnicos al recinto. El pasado mes de octubre, tras una petición formal de ERC, Defensa rectificó y aceptó las alegaciones presentadas por Avial, entre las que se encontraba la carta del hijo de Suñol solicitando su búsqueda antes de morir en 2019.
Un enigma sin aclarar
El 6 de agosto de 1936, hacia las seis de la tarde, un automóvil con matrícula militar ARM-2939 y con un banderín catalán equivocó su destino e ingresó en las líneas en manos de las fuerzas sublevadas contra la Segunda República. Entre los cuatro ocupantes estaba Josep Suñol i Garriga, una de las más destacadas figuras de la vida política, social y deportiva de Cataluña. Por la documentación que llevaba el vehículo, el piquete que detuvo a Suñol supo muy pronto de quién se trataba. Todos fueron asesinados y los cuerpos lanzados a una fosa, hoy lamentablemente perdida para siempre.
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