Tecnología

Vall d’Hebron probará el primer medicamento impreso en 3D en Europa en pacientes pediátricos

En unas semanas arrancará un ensayo para testar esta nueva formulación, que permitiría dosificar el fármaco de forma personalizada y mejorar la experiencia del paciente, ya que la impresión en 3D puede crear medicamentos semisólidos y masticables, con una apariencia similar a la de una golosina, así como ofrece la posibilidad de elegir su color y sabor

La impresora 3D permite elaborar medicamentos de forma semisólida y masticables
La impresora 3D permite elaborar medicamentos de forma semisólida y masticablesVall d'Hebron

El poder disponer de un fármaco personalizable, que permita ajustar la dosis del compuesto a las necesidades y características de cada paciente, así como su sabor, olor y color para, de esta manera, hacerlo más apetecible o atractivo parece algo de ciencia ficción, pero es una posibilidad que está más cerca de lo que se podría presumir hace un tiempo gracias a la impresión en 3D.

Y es que, en un par de semanas, el Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Vall d’Hebron tiene previsto poner en marcha un estudio cuyo objetivo es el de probar en niños la eficacia, tolerabilidad y el nivel de aceptación de un fármaco creado con una impresora 3D. Gracias a esta nueva formulación, se simplificaría la dosificación del medicamento, ya que ésta se podría personalizar en función del peso y características clínicas de cada paciente, de manera que se evitarían errores humanos a la hora de administrarlo.

“Las dosificaciones de los fármacos para los niños se hacen, habitualmente, en función del peso, de manera que cada niño lleva una dosis diferente y con la formulación magistral estándar hacemos preparaciones líquidas, entonces hay que ajustar el volumen para coger la dosis que necesita cada paciente y requiere una manipulación”, explica la la doctora María Josep Cabañas, jefa de la Sección de Farmacia del Hospital Infantil y Hospital de la Mujer de Vall d’Hebron e investigadora del grupo de Farmacia Básica, Traslacional y Clínica de Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), quien apunta que “sin embargo, con la impresión 3D, podemos hacer fármacos imprimidos con las dosis que necesita nuestro paciente, son personalizados, de manera que no habrá necesidad de manipulación y, por lo tanto, ganamos en seguridad, porque nos aseguramos que el paciente va a recibir la dosis que realmente tiene prescrita”.

Además, puesto que esta tecnología permite elegir el color, sabor y aspecto del objeto impreso, la nueva formulación probablemente mejoraría la experiencia del paciente, cuyo perfil es el de un menor con enfermedad crónica que ha de medicarse a diario. En este sentido, cabe señalar que la impresora 3D utilizada para el estudio ofrece la posibilidad de crear fármacos masticables y semisólidos, similares a una golosina, gracias a la combinación del principio activo con los excipientes adecuados. Y es que, como explica la doctora Cabañas, “los jarabes a veces pueden tener un sabor desagradable y, en cambio, hemos trabajado para que estos medicamentos impresos tengan un sabor que enmascare el principio activo”.

El ensayo, que es el primero que se realiza en Europa con un fármaco impreso en 3D en el ámbito pediátrico, se llevará a cabo con una muestra de pacientes de entre 6 y 18 años y permitirá comprobar la eficacia y tolerabilidad de la nueva formulación respecto a la formulación magistral habitual, así como su aceptabilidad y capacidad de mejorar la experiencia entre los pacientes, sus familiares y cuidadores. Al respecto, es importante indicar también que ésta facilitaría el transporte del medicamento, ya que los fármacos impresos no han de conservarse en frío.

“En el ensayo vamos a incluir a unos 30 pacientes, que durante tres meses van a recibir la fórmula magistral estándar y durante otro tres más, van a recibir los imprimidos, que serán de diferentes sabores y colores. y así podremos comparar para ver cuál de todas las fórmulas es más aceptable, tolerable y, a la vez, eficaz”, comenta la doctora.

Y aunque este estudio, que es el resultado de la colaboración entre el Servicio de Farmacia de Vall d’Hebron, la Universidad de Santiago de Compostela y la empresa FabRx, se focalizará en el paciente pediátrico, la nueva formulación presumiblemente también podría resultar útil para los adultos, sobre todo para aquéllos en lo que sea necesario ajustar la dosis en función del paciente, los que tengan problemas de deglución o “quienes estén polimedicados, que necesiten tomar muchas cápsulas a lo largo del día, y con la impresión 3D, quizá se podría plantear un imprimido que contenga todos los principios activos, con lo que se podría disminuir el número de tomas a lo largo del día y facilitar la adherencia a los tratamientos”, comenta Cabañas .

Además, la impresión en 3D sería un método de creación de fármacos aplicable a la gran mayoría de formulaciones de medicamentos, exceptuando aquéllos que se vean afectados por la temperatura puesto que esta tecnología aplica calor durante el proceso de elaboración.