Historia

Las tres ciudades que, además de Barcelona, han sido capital de Cataluña

Ni durante el imperio romano ni en la Edad Media, Barcelona tuvo la importancia que ha tenido en la historia moderna

Catedral, Sant Feliu, casas de l'Onyar y el puente de Sant Feliu
Catedral, Sant Feliu, casas de l'Onyar y el puente de Sant FeliuRoger Colom (Ajuntament de Girona)Alicia Romay

Barcelona ha sido la capital de Cataluña durante la mayor parte de su historia moderna. Sin embargo, hay dos ciudades catalanas que han actuado como capital de la región en diferentes momentos de su historia.

  • Girona: Fue capital de la región catalana en varias ocasiones a lo largo de la historia. La primera vez que Girona ocupó este cargo fue durante el siglo XI, cuando la región se encontraba bajo el control de la dinastía de los condes de Barcelona. Girona también fue la capital de Cataluña durante los siglos XIV y XV, cuando la región estaba bajo el control de los reyes de Aragón. Durante esta época, Gerona se convirtió en un importante centro cultural y económico, y se desarrollaron importantes proyectos de arquitectura y urbanismo. Además, Girona también fue capital de Cataluña durante la Guerra de la Independencia, cuando el gobierno provisional catalán se estableció en la ciudad en 1810.
  • Tarragona: Ha sido capital de la región catalana en varias ocasiones a lo largo de la historia. La primera vez que Tarragona ocupó este cargo fue durante el siglo III a.C., cuando la ciudad era un importante centro romano. En concreto de la provincia del Tarraconensis, de la que Cataluña, salvando el anacronismo, formaba parte. Tarragona también fue la capital de la región catalana durante la época de la Marca Hispánica, cuando la ciudad se encontraba bajo el control de los reyes francos. Durante esta época, Tarragona se convirtió en un importante centro político y económico, y se desarrollaron importantes proyectos de arquitectura y urbanismo.
  • Esparreguera: los libros de historia se olvidaron de los 92 días de 1821 en los que Esparreguera se convirtió en la capital de Cataluña. La causa fue una epidemia de fiebre amarilla que obligó a aislar a Barcelona durante tres meses. Las autoridades del gobierno catalán se refugiaron en la villa del Baix Llobregat a 30 kilómetros al oeste de Barcelona, donde murieron 6.244 personas.

Estas ciudades han sido capitales de Cataluña en diferentes momentos de su historia y han contribuido a su desarrollo cultural, económico y político.