Sociedad
El otro éxodo: barceloneses que se mudan a pueblos de Girona por el precio de la vivienda
Comprar en la ciudad ya no es una opción para muchos habitantes de Barcelona, que se mudan a nuevos destinos
La crisis habitacional en Barcelona ha llevado a muchos de sus habitantes a buscar alternativas fuera de la ciudad. Según un informe del Consell Econòmic i Social de Barcelona, uno de cada cuatro barceloneses ha cambiado de residencia por razones económicas o forzosas en los últimos cinco años.
En este contexto, la provincia de Girona se presenta como una opción atractiva para vivir.Aunque el precio del metro cuadrado ha aumentado un 7,2% en el primer trimestre de 2025, alcanzando los 1.750 euros, sigue siendo más asequible que los 2.083 euros por metro cuadrado de media en Barcelona.
Pueblos de Girona: precios accesibles y calidad de vida
Municipios como Santa Coloma de Farners, a solo 1 hora del centro de la ciudad condal, o Anglès, con un precio medio de 953 euros por metro cuadrado, ofrecen viviendas a precios significativamente más bajos que en la capital catalana.
Además, localidades como Salt y Figueres cuentan con pisos en venta desde 37.500 euros, lo que las convierte en opciones viables para quienes buscan adquirir una vivienda sin endeudarse de por vida. Y la conexión entre Figueres, Girona y Barcelona es buenísima en AVE, AVLOS o AVANT, a escasos 40 minutos -para aquellas empresas que financien el transporte a los empleados que viven fuera de Barcelona-.
El impacto en los pueblos y la necesidad de planificación
Este movimiento de población hacia las zonas rurales de Girona también plantea desafíos.Los micropueblos, que durante años han sufrido despoblación, ahora enfrentan una nueva presión demográfica.La alcaldesa de La Granadella, Elena Llauradó, señala la necesidad de apoyo y planificación para gestionar este cambio y evitar que los pueblos se conviertan en "el patio de atrás de la ciudad".
Una oportunidad para repensar el modelo urbano
El éxodo de barceloneses hacia los pueblos de Girona refleja la urgencia de abordar la crisis de vivienda en las grandes ciudades.Al mismo tiempo, ofrece una oportunidad para revitalizar las zonas rurales y promover un desarrollo más equilibrado y sostenible en Cataluña.