Municipal

Collboni pierde la cuestión de confianza y queda en manos de la oposición: nuevo alcalde o presupuestos

Es la última vez que el alcalde socialista de Barcelona podrá activar esta artimaña legal para sacar adelante las cuentas

Por segunda vez en su mandato, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha perdido una moción de confianza en el pleno municipal, por lo que su puesto queda ahora en manos de la oposición, que tiene 30 días para investir un nuevo alcalde o las cuentas de la ciudad se aprobarán automáticamente.

Collboni convocó para esta mañana un pleno municipal para someterse a una cuestión de confianza después de que el viernes pasado, con la abstención de Barcelona en Comú, el pleno tumbara la propuesta de los presupuestos para la capital catalana 2026. Y el resultado de la moción de hoy ha sido el mismo: el PSC ha recibido únicamente el apoyo de ERC, mientras que los comunes se han abstenido y PP, Vox y Junts han votado en contra.

Con este resultado, se abre un período de 30 días para que la oposición municipal realice una moción de censura e invista a un nuevo alcalde. Si pasado este tiempo ninguna candidatura logra el apoyo de la mayoría del pleno, Collboni no solo mantendrá su puesto, sino que su propuesta presupuestaria quedará automáticamente aprobada. De hecho, este es el escenario más probable, pues la oposición no cuenta con un bloque definido que pueda articular una mayoría para investir a un candidato alternativo.

Una artimaña legal

La de hoy era la última oportunidad que le quedaba al gobierno socialista municipal para sacar adelante los presupuestos. Consciente de la dificultad de que la oposición logre articular una mayoría alternativa, Collboni decidió vincular la aprobación de las cuentas a la cuestión de confianza. De este modo, Barcelona contará con unos presupuestos en vigor el 1 de enero de 2026, salvo que prospere una moción de censura antes del 30 de enero.

No es la primera vez que un alcalde de la ciudad condal activa este mecanismo para aprobar unos presupuestos. El primer alcalde en recurrir a una moción de confianza para aprobar unas cuentas municipales fue Xavier Trias, por entonces líder de CiU, que gobernaba en 2015 con apenas 15 concejales. Posteriormente, la expresidenta de Barcelona en Comú, Ada Colau, utilizó hasta en dos ocasiones este mecanismo para sacar adelante los presupuestos, concretamente en 2017 y 2018.

Sin embargo, esta sí es la última vez que Collboni podrá activar esta artimaña legal para sacar adelante las cuentas. El reglamento establece que solo se puede realizar dos veces en un mandato (Collboni ya lo hizo en su primer año), por lo que en 2026 deberá llegar a un acuerdo para aprobar los presupuestos de 2027 o prorrogar los de este próximo año.

El debate de la cuestión de confianza

"Barcelona tendrá presupuestos", ha celebrado Jordi Valls, teniente de Economía del Ayuntamiento, al inicio de su intervención. Valls ha asegurado que "la ciudad no puede esperar", y ha asegurado que este mecanismo que ha activado Collboni para aprobar las cuentas "es un instrumento para confirmar que hay un proyecto sólido". En la misma línea, Collboni ha asegurado que la capital catalana tendrá "el presupuesto más expansivo de su historia".

Por su lado, el líder de Junts, Jordi Martí, ha criticado que la ejecutiva municipal "gobierna con prácticas que degradan la institución", y en el mismo sentido, Daniel Sirera, del PP, ha asegurado que la votación de hoy "evidencia que el gobierno de Collboni no se toma en serio a la ciudad de Barcelona". "Mientras el alcalde se concentra en los pactos, los problemas reales de los barceloneses continúan", ha añadido Sirera.

Además, la portavoz de los comunes, Gemma Tarafa, ha asegurado que se sienten "decepcionados con la inacción del gobierno en algunos temas clave". "Todavía no sabemos su modelo de ciudad ni su proyecto estrella", ha añadido.

Por último, el líder de Vox en Barcelona, Gonzalo de Oro, ha criticado que los concejales socialistas "no pueden estar más alejados de la gente corriente". "Frente a sus discursos triunfalistas está la realidad de Barcelona", ha espetado de Oro.