
Clásico moderno
El Museu Picasso se rinde a la salvaje vigencia de Alfred Jarry
Una exposición se adentra en la influencia del autor de «Ubú Rey» en el mundo del arte
Guillaume Apollinaire intentó que se conocieran, pero parece que el encuentro entre el escritor Alfred Jarry y el pintor Pablo Picasso yo llegó a materializarse. Lo que sí es seguro es que Picasso mantuvo siempre una fascinación por la obra de Jarry, por su «Ubú Rey» hasta el punto de conservar entre sus cosas la pistola que fuera propiedad de uno de los grandes genios de la literatura francesa. Pero Picasso no fue el único artista que quedó prendado con el imaginario de Jarry. Este es precisamente el tema de la exposición que acaba de abrir sus puertas en el Museu Picasso de Barcelona y que demuestra la influencia del padre de Ubú en creadores como Miró, Ernst, Le Corbusier, Dubuffet y, evidentemente, Picasso, entre muchos otros.
Pero ¿quién era Alfred Jarry? Pues estamos hablando de un nombre fundamental para el nacimiento de las vanguardias artísticas del pasado siglo, un precursor de corrientes como el dadaísmo y el surrealismo. Jarry es fundamentalmente conocido por «Ubu Rey» (1896), una sátira salvaje y llena de ironía contra la burguesía que fue una ventana de aire fresco –o un ciclón, según se mire– para las artes escénicas. Pero el autor también escribió poesía simbolista y una novela «El supermacho», que está considerada como un antecedente del surrealismo. Pero el reconocimiento que tuvo su producción literaria no fue el mismo que logró su vida marcada por la precariedad, las enfermedades y los excesos, lo que desembocó en su prematura muerte con solamente 34 años. Sin embargo la huella dejada fue enorme.
En la exposición podemos saber de la relación de Jarry con algunos de los artistas de su tiempo, como Bonnard, Vuillard, Ranson, Sérusier o Denis, quienes colaboraron en los decorados de «Ubú Rey». A ellos les dedicó algunos de sus textos, a la vez que también defendió el denominado arte «deformador» de autores que no contaban con el entusiasmo de la crítica especializada, como Paul Gauguin o Henri Rousseau, conocido como «El aduanero», a quien Jarry dio a conocer.
En la exposición también podemos contemplar las colaboraciones de nuestro protagonista con otros creadores, algo que se ejemplifica muy bien con «Almanach illustré du Père Ubu (XXe Siècle)» realizado en la galería parisina Vollard y que contaba con imágenes de Bonnard. El galerista recuperó a Ubú, tras la muerte de Jarry, para denunciar la Primera Guerra Mundial y la política colonial.
Fue precisamente por otro conflicto bélico, la Guerra Civil española, que Picasso se sirvió del personaje de Alfred Jarry para denunciar los excesos del bando sublevado contra la República. En los grabados titulados «Sueño y mentira de Franco», Picasso convirtió a Franco en un ridículo Ubú, además de acompañar aquellas imágenes de un poema autógrafo que mucho debía al escritor desaparecido.
Probablemente fuera Joan Miró quien mejor supo no solo retratar el universo de Ubú sino el autor de una de las mejores escenografías y figurines sobre el texto de Jarry. En la exposición se presenta su personal lectura para «Mormi el Merma», una producción presentada en Mallorca en 1978 para la compañía de títeres La Claca. Pero antes de llegar aquí, Miró también exploró ese mundo divertido y escatológico mediante varios homenajes, como «Ubu roi» (1966), «Ubu aux Baléares» (1971) y «L’enfance d’Ubu» (1975).
El Museu Picasso tampoco olvida la salvaje e irónica caricatura que Els Joglars realizaron de Jordi Pujol en «Ubú President».
✕
Accede a tu cuenta para comentar


