Desalojo polémico

La presión vecinal consigue frenar el desalojo de la Casa Orsola de Barcelona, aplazado para el martes

La comitiva judicial asegura que hoy había demasiada gente para ejecutar el desahucio y lo aplaza a la madrugada del martes de la semana que viene

Falla el primer intento de desahucio de la Casa Orsola de Barcelona, programado para este viernes a las 10.30 h de la mañana. La comitiva judicial, a través de un comunicado, ha explicado que hoy había demasiada gente concentrada delante del edificio para poder ejecutar el desahucio.

Sin embargo, han comunicado que hay programado un segundo intento de desahucio para las cinco de la madrugada del martes 4 de febrero. "Es una hora bastante insólita", ha dicho Enric Aragonès, el portavoz del Sindicat de Llogateres.

El sindicato ha convocado una nueva maratón de actos contra el segundo intento de desahucio a partir de las 21:00 horas del lunes y ha llamado a concentrarse a partir de las 03:00 h de la madrugada del martes.

Este desalojo ha generadomáxima expectación en el barrio barcelonés de la Nova Esquerra de l’Eixample. El histórico edificio modernista barcelonés, situado en el cruce entre las calles de Consell de Cent y Calàbria, es el punto de mira este viernes debido al primer intento de desahucio a un inquilino del bloque al que le finalizó el contrato y el propietario no se lo quiso renovar.

Se trata de Josep Torrent, el primer vecino del bloque en recibir una orden de desahucio a causa de una demanda de la propiedad, Lioness Inversiones, un fondo buitre que se niega a renovar los contratos de alquiler de estos inquilinos (que pasarán de 900 euros mensuales a más de 2.000).

El contrato de Torrent finalizó en abril de 2022, después de dos décadas viviendo en la finca, y decidió quedarse –junto con otros vecinos– para forzar la negociación colectiva con los nuevos propietarios. Siguió pagando la mensualidad de 700 euros sin irse, y tras dos años de procedimientos judiciales, la Audiencia de Barcelona ha ratificado la sentencia de desahucio para mañana.

La principal sospecha de los inquilinos es que, una vez queden vacíos los pisos, la propiedad establecerá alquileres de temporada o por habitaciones, que «triplican» lo que ellos pagan. Es por ello que la Casa Orsola se ha convertido en estos últimos meses en un símbolo de lucha y de respuesta vecinal ante la especulación inmobiliaria que afecta a toda la ciudad, y que en este caso los vecinos han querido hacer público su caso.