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Tráfico

Desconcierto viario: aumentan un 40% las averías en las carreteras de Cataluña

La principal arteria de catalana, la AP-7, con sus 375 kilómetros de extensión, se ha convertido en el epicentro de esta problemática, con una tendencia al alza

La AP7, la principal arteria catalana larazon

El panorama de la movilidad en Cataluña se ha vuelto cada vez más complicado en los últimos años, con un aumento significativo de averías y retenciones en las principales vías de la comunidad autónoma. Así las cosas, el número de vehículos averiados en las carreteras y autopistas se ha disparado. Según datos del Servei Català de Trànsit, en 2024 se averiaron 2.142 vehículos, lo que supone un aumento del 40% respecto a 2023, cuando se registraron 1.530. Estas incidencias provocaron 4.078 km de retenciones en 2024 y 2.978 km el año anterior. La AP-7, considerada la arteria principal del tráfico catalán, se ha convertido en el epicentro de esta problemática, reflejando una tendencia preocupante que afecta a miles de conductores diariamente.

La autopista AP-7, con sus 375 kilómetros de extensión, ha experimentado un incremento alarmante en el número de incidencias. En 2024, se registraron 648 averías en esta vía, lo que representa un aumento del 51% respecto al año anterior. Este dato es particularmente significativo, ya que una de cada tres averías reportadas en las principales carreteras catalanas ocurrió en la AP-7.

Las consecuencias de estas averías son considerables. Según el Servei Català de Trànsit (SCT), los conductores perdieron más de 1.100 horas en atascos solo en la AP-7 durante 2024. Esta cifra forma parte de un total de 3.320 horas de retenciones causadas por averías en las 20 principales carreteras y autopistas de Cataluña.

Aunque la AP-7 lidera las estadísticas, otras carreteras también han experimentado un aumento en incidencias. La A-2, por ejemplo, registró 217 averías, un 14% más que el año anterior. Sin embargo, el incremento más drástico se observó en la C-55, donde las averías aumentaron un 129%, pasando de 7 a 16 incidentes.

Los efectos de estas averías van más allá de las simples molestias para los conductores. Un ejemplo reciente ocurrió a finales de febrero de 2025, cuando la avería de un vehículo en Santa Perpètua de Mogoda provocó el cierre de un carril en la AP-7 sentido Girona. Este incidente generó retenciones de hasta 8 kilómetros, afectando significativamente la movilidad en la zona y causando frustración entre los usuarios de la vía.

Factores

Varios factores parecen estar contribuyendo a esta situación. El envejecimiento del parque móvil es una de las principales causas señaladas por los expertos. La edad media de los vehículos en Cataluña ha aumentado, lo que incrementa el riesgo de fallos mecánicos. Además, la eliminación de los peajes en algunas vías ha llevado a un aumento del tráfico. Por ejemplo, la C-33, que enlaza con el Nus de la Trinitat y la Meridiana, ha experimentado un incremento significativo en el volumen de tráfico y retenciones desde la liberación del peaje.

La implementación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en Barcelona también parece haber tenido un impacto indirecto. Se ha observado un aumento de incendios y averías en vehículos que circulan por la AP-7, posiblemente relacionado con automóviles más antiguos o mal mantenidos que no pueden circular por el primer anillo debido a las restricciones de la ZBE.

Las consecuencias de estas averías y retenciones van más allá de la inconveniencia para los conductores. Según cálculos de la Cámara de Comercio de Barcelona, solo en los primeros cuatro meses de 2023, las incidencias en el servicio de Rodalies afectaron a 480.000 pasajeros y causaron la pérdida de unas 228.000 horas, con un impacto económico estimado de más de cinco millones de euros para las empresas.

Ante esta situación, las autoridades y expertos en movilidad están buscando soluciones. Ramon Lamiel, director del SCT, sugiere la necesidad de recuperar entre un 25% y un 30% de los viajes en transporte público que se perdieron durante la pandemia. Esto implicaría aumentar frecuencias, convoyes y carriles bus.

Otras propuestas incluyen mejorar la información proporcionada a los conductores para que puedan valorar diferentes opciones de viaje, mantener cierto nivel de teletrabajo y flexibilizar los horarios laborales para reducir la concentración de vehículos en las horas punta.

La situación actual de las carreteras catalanas, especialmente la AP-7, plantea un desafío significativo para las autoridades y los usuarios. La combinación de un parque móvil envejecido, el aumento del tráfico tras la eliminación de peajes y los cambios en los patrones de movilidad post-pandemia han creado una tormenta perfecta de congestión y averías. Abordar este problema requerirá un enfoque multifacético que incluya mejoras en la infraestructura, promoción del transporte público y adaptación a nuevas formas de trabajo y movilidad.