Opinión

Es la juventud

Pero dentro de lo mejor hay que destacar a nuestros jóvenes, no porque el grito de solidaridad no haya tenido una respuesta unánime y sin diferencia de edades, sino porque muchas veces se critica desde la incomprensión a nuestros jóvenes

Es la juventud
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Llevamos días oyendo la frase que la tragedia de Valencia ha sacado lo mejor y lo peor de nosotros y es muy cierto, lo mejor la gente, lo peor la clase política que no ha sabido estar a la altura.

Pero dentro de lo mejor hay que destacar a nuestros jóvenes, no porque el grito de solidaridad no haya tenido una respuesta unánime y sin diferencia de edades, sino porque muchas veces se critica desde la incomprensión a nuestros jóvenes.

Tenemos hijos y a veces nos empeñamos en que sean como nosotros, lo queremos quizás porque esta es la historia de la humanidad, como nuestros padres lo quisieron con nosotros, y nuestros abuelos con ellos, a veces caemos en el error de no pensar que cada persona y cada época son diferentes y esa diferencia es mayor cuando se es joven, cuando se empieza a experimentar de verdad la vida y cuando aparecen nuevos retos. De verdad es prudente que les digamos como tienen que afrontar retos como por ejemplo la Inteligencia Artificial?.

Ellos son ellos y han demostrado que cuando se les necesita están ahí, quizás nosotros tengamos también algún mérito por educarlos con unos valores, porque ante el drama han sido jóvenes con valores, con ideas, con planteamientos muy diferentes los que no han dudado en saltarse clases, en pedir permiso en los trabajos, en sacrificar sus ahorros, para acudir a ayudar.

Me decían mis hijos que han vuelto de Valencia satisfechos por el trabajo realizado, por la gente que han conocido, por el agradecimiento de los hombres y mujeres de los diferentes pueblos, pero desencantados con el sistema.

He visto su cara de asco al ver a los políticos en televisión tirándose los trastos por la cabeza unos a otros, su comentario; -no pienso votar más-, y ni su madre ni yo sabíamos que decirles, solo que votar es la única manera de arreglar las cosas, y entonces nos respondían, -pero papá no lo ves?-, no ves lo que dicen?-, -allí sobre todo los primeros días estábamos solos-.

Quizás haya usted vivido con sus hijos o nietos algo semejante, tenemos que entenderlo. Con el tiempo reubicarán sus ideas, pero la huella de esa solidaridad del pueblo y los voluntarios les quedará, ojalá la utilicen para luchar por un mundo mejor, ojalá esos jóvenes a los que sin querer hemos colocado en una burbuja social, económica, académica, esta experiencia que hoy les ha llevado al descreimiento, les refuerce en la idea de que se pueden cambiar las cosas.

Ellos los jóvenes lo han demostrado, por encima de todo están las personas, la solidaridad y pasar a la acción cuando es necesario. Estoy seguro que los que han ido allí, han vuelto descreídos pero mejores por ver desgraciadamente lo que es una tragedia, pero también por haber acudido espontáneamente a un llamamiento que se llama solidaridad.