Municipal
Desde el Racc: "No entendemos las políticas restrictivas en movilidad sin ofrecer alternativas"
La entidad considera que se ha perdido la oportunidad de situar a Barcelona como referente en la movilidad y califica los próximos 4 años como claves
En los últimos 4 años, Barcelona ha puesto en marcha una serie de medidas de movilidad que, a efectos prácticos, no han logrado resolver los grandes problemas de su área metropolitana en este ámbito, perdiendo así la posibilidad de dar un salto de calidad importante que sitúe a la ciudad como referente.
De hecho, si bien se ha incrementado el espacio para peatones, bicicletas y patinetes con 200 nuevos kilómetros de zonas y carriles 30 y con 70 nuevos kilómetros de carril bici, no se ha evidenciado un cambio profundo hacia un modo de trasporte más sostenible, ya que el trasporta el transporte público ha bajado más de 10%, mientras que el uso del vehículo privado solo ha caído un 4% respecto al 2019.
Así las cosas, el próximo mandato se presenta clave para hacer de la movilidad un eje de progreso social y económico de la ciudad. Éste es el mensaje principal que el presidente del RACC, Josep Mateu, ha lanzado en el marco de Tribuna RACC.
Bajo el lema "La Gran Barcelona. Impulsamos una visión de la movilidad al servicio de las personas", Mateu ha recordado que de las 45 medidas que propuso el club automovilístico en 2019 para mejorar la movilidad de Barcelona, solo se han hecho realidad nueve (20%) y 12 (27%) de ellas se han empezado a abordar, pero en el 53% de estas medidas (24) ni siquiera se ha llevado a cabo una sola actuación de calado, lo cual resulta especialmente preocupante ya que, tal y como ha señalado Mateu, "sin infraestructuras, no se puede progresar".
Así pues, en el RACC existe la convicción de que Barcelona ha perdido la ocasión de convertirse en referente de movilidad por diversos motivos, pero destacan especialmente dos. "Es necesario enfocar la movilidad de Barcelona desde un punto de vista metropolitano y eso no acaba de arrancar. A veces, las Rondas son como una frontera", aseguraba Mateu, quien también hacía referencia a la "puesta en marcha de una serie de medidas forzadas que se hacen con una rapidez inmediata, sin antes haber solucionado aspectos prioritarios". En este sentido, el presidente hacía alusión, por ejemplo, a las políticas dirigidas a hacer desaparecer el vehículo privado del centro de la ciudad, que se han puesto en marcha sin presentar alternativas de movilidad a los conductores.
Por todo ello, de cara al nuevo mandato, el RACC ha presentado una decena de medidas orientadas a recuperar el tiempo perdido y poner a Barcelona como referente de la nueva movilidad, que ha de ser motor de la transformación de las grandes ciudades en la próxima década.
Medidas a emprender
En este sentido, Mateu señaló como primordial la priorización de las inversiones en transporte público metropolitano, principalmente en Ferrocarriles y Rodalies, para así poder mejorar la congestión que sufre la ciudad y su entorno. En cualquier caso, cabe recordar que "en Rodalies no se había hecho nada desde los años 80 y entre el 2000 y el 2015 se priorizó la Alta Velocidad, que concentró un 75% de las inversiones, de manera que, aunque la previsión es invertir 6.000 millones de euros en 10 años y poner en funcionamiento 101 trenes nuevos, como llevamos un retraso de 10 años, primero hay que ponerse al día y las mejoras estructurales no se empezarán a notar hasta 2025".
Esta medida, además, debe ir acompañada de una estrategia metropolitana para desarrollar una red potente de aparcamientos en las estaciones de tren y un impulso de la intermodalidad, ya que como indicaba el presidente del RACC, "cada día hay unas 300 mil personas bloqueadas para entrar y salir de Barcelona, tanto en vehículo privado como en transporte público", de manera que hay que ofrecerles una alternativa para que puedan acceder a la ciudad y moverse por ella sin tener que hacer uso de su propio vehículo. Al respecto, recordaba que "el transporte público dentro de la ciudad es fiable, pero el tema es que los barceloneses caminan y usan el metro y el autobús, sin embargo un 80% de la gente que se mueve por el Eixample, por ejemplo, son personas que vienen de fuera, del Área Metropolitana"
En cuanto a la movilidad dentro de la ciudad, para Mateu "es evidente que existe una tendencia en las grandes ciudades europeas a la desaparición del vehículo privado del centro de las ciudades, pero ello no se puede hacer imponiendo solo medidas restrictivas, sino que hay que ofrecer alternativas", como la promoción de la movilidad compartida, el impulso de la intermodalidad o el fomento del uso de coches más limpios. Sin embargo, para el presidente del RACC, en los últimos años "no se han puesto en marcha medidas que ayuden en este sentido". "No se han implantado zonas de aparcamiento bonificadas para el coche compartido y no existe un servicio de patinete compartido y, en cuanto a la moto, se ha adjudicado el motosharing a ocho empresas y es imposible que todas ellas sean rentables", añadía para a continuación referirse al problema de la falta de coordinación en la ejecución de las obras previstas en el espacio público y el proyecto de la Superilla del Eixample,
Obras sin planificación
"Barcelona ha iniciado muchas actuaciones sin haber solucionado antes el tema del transporte público. Se han puesto en marcha las obras de Vía Laietana y las Superilles sin dar prioridad a lo importante, que es el transporte público", lamentaba Mateu, quien recordaba que de 2022 a 2030 está previsto realizar más de 20 actuaciones en la vía pública.
Otro de los grandes problemas a los que debe hacer frente la ciudad es el de lograr la convivencia entre los diferentes medios de transporte, que, según Mateu, "en este momento no conviven, sino que coexisten". De hecha, el 65% de los ciclistas dicen sentirse vulnerables cuando circulan por Barcelona, aunque también es importante señalar que el 30% admite no conocer la normativa de circulación. Por ello, desde el RACC apuestan por "facilitar esa convivencia entre medios de transporte, abogar por hacer formación y pedagogía entre sus usuarios y establecer unas normas claras", con coherencia entre las diversas ordenanzas municipales.
Y si un de los objetivos es lograr una movilidad más limpia, entonces es imprescindible fomentar el uso del vehículo eléctrico con incentivos a la compra y ampliando la red de puntos de recarga y reducir la congestión con, por ejemplo, medidas orientadas a mejorar el reparto de mercancías. "Se ha reducido el 30% de las plazas de carga y descarga en la ciudad y no entendemos esta política de reducir primero este espacio antes de buscar una solución".
Objetivo: 30% de transporte público
Por último, el plan del RACC para los próximo 4 años pasa también por reducir la siniestralidad de los motoristas, que en 2022 protagonizaron 16 de las 23 accidentes con muertos en la ciudad, y el desarrollo de un Plan de la Moto. Sobre este medio de transporte, Mateu recordó que “las motos en Barcelona son muy importantes, no en vano es la ciudad Europea con más motos por habitante y éstas contribuyen a reducir la congestión, por ello, hay que tratarlas bien”.
También es imprescindible resolver el conflicto entre los VTC y los taxis, ya que las huelgas y movilizaciones convocadas por este motivo tienen un impacto en la ciudad, en sus residentes y sus visitantes. Según el presidente del RACC, en este aspecto "seguimos igual que hace 4 años". "Es un tema que, políticamente, nadie aborda y ha de haber voluntad y determinación para hacer una regulación", que no expulse al VTC del mercado y facilite la necesaria evolución del taxi.
En definitiva, Barcelona afronta años claves en lo que se refiere a su movilidad, que puede ser determinante para el progreso de la ciudad, y, en este sentido, el club automovilístico establece como objetivo para la Gran Barcelona, entendida como la ciudad y su área metropolitana, lograr que, de cara a 2030, el 30% de los desplazamientos en día laborable se hagan en transporte público.
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